El mundo ha tenido varias transiciones energéticas a lo largo de su desarrollo; la transición al carbón, que ocurrió en 1850, la transición al petróleo, la transición al gas y la que se está dando actualmente, la transición hacia las energías renovables. Pero, a diferencia de las veces anteriores, cuando las transiciones han surgido por temas económicos, es la primera vez que la humanidad inicia una por motivos ambientales, que deben cruzarse, inevitablemente, con variables económicas para poder ser impulsada.
Durante la Conferencia de Usuarios Esri- CUE 2024- el evento sobre Sistemas de Información Geográfica (SIG) más importante de América Latina, Víctor Hincapié, profesor de la Universidad Javeriana y experto en energía y sostenibilidad, en su presentación magistral hizo énfasis en las variables que hay que considerar para lograr una transición energética, que resulte realmente sostenible y eficiente en el tiempo.
Para el experto, la transición energética implica cinco factores determinantes:
- Eficiencia: En la medida en que los procesos se vuelven más eficientes es necesario dejar de consumir, que es lo que no ha ocurrido hasta ahora, pues las eficiencias energéticas han ocasionado el aumento de consumo y, por ende, de energía. Si ocurre lo mismo con las energías renovables habrá sido en vano el esfuerzo.
- Cambio tecnológico: aunque la transición energética no se trata solo de un cambio tecnológico, buena parte de su éxito sí depende de esta variable. “Necesitamos cambiar los vehículos de combustión, la generación a carbón e, incluso, la manera como nos alimentamos. Necesitamos cambiar las formas de refrigeración y calefacción. Hoy en día, por ejemplo, existe la Biomímesis, que consiste en imitar la naturaleza. En este proceso ya han surgido refrigeraciones naturales, que se ven, especialmente, en edificios y construcciones con una refrigeración natural, que evitan el consumo de energía.
La tecnología juega un papel muy importante en la eficiencia de la producción de energía, específicamente, los Sistemas de Información Geográfica (SIG), “porque en la medida en que logramos engranar una buena digitalización y una buena innovación, podremos lograr menores consumos energéticos sin disminuir la calidad de vida de lo que estamos haciendo ni la calidad del producto”.
Sobre esto, Katherine Vargas, gerente de Recursos Naturales de Esri Colombia, detalló que una de las tecnologías clave en el proceso de generación de energías renovables son los SIG, pues, entre otras cosas, ayudan a elegir los mejores lugares para los proyectos, a planificar de manera óptima el terreno, a tener más y mejor información en tiempo real para decidir y gestionar, y a informar cómo funcionarán los proyectos en diferentes situaciones. Esta contribución es esencial para hacer que los proyectos de energía limpia sean más eficientes, rentables y sostenibles en todo el mundo.
- Adopción de políticas: los cambios tecnológicos y la necesidad de procesos realmente eficientes implican la adopción de políticas que vayan encaminadas hacia la matriz de cada país sobre sus emisiones, pero que confluyan con las políticas globales. “No se puede pensar en establecer política en Colombia, si el vecino no está alineado con ellas o con el objetivo en común. Al ser un tema global y que parte de las necesidades medioambientales, entre todos tenemos que adoptar políticas que permitan el proceso de cambio y de sustitución de la producción de consumo hacia energías renovables”.
- Modelos económicos: es necesario el desarrollo de modelos económicos para que la transición energética funcione, es decir, equiparar en costos las nuevas tecnologías para que sean competitivas con las anteriores. “En este momento se ha venido trabajando con un concepto denominado primas verdes, que es una especie de subsidio en la diferencia del costo entre una tecnología tradicional (vehículo de combustión, por ejemplo) y una tecnología limpia (vehículo eléctrico). Esto permite que las competencias se den en igualdad de condiciones.
- Infraestructura energética: no es posible sacrificar la seguridad energética del país y el mundo, por lo que la infraestructura debe irse desarrollando de manera progresiva. La transición es un proceso que requiere de un trabajo articulado para no poner en riesgo la respuesta a las necesidades de las personas y del sector productivo.
Hincapié dio detalles de los avances en el desarrollo de la infraestructura energética en el mundo: las fuentes de crecimiento hace 20 años eran del 1% en energía eólica, del 3% hace 10 años y del 15%, actualmente.
De cara a la energía solar, se ha multiplicado por dos la potencia instalada de los parques solares, en los últimos 20 años. Por ejemplo, un giga en 2004 se demoraba un año en ser construido; en 2010 se demoraba un mes y en 2016 una semana. El año pasado, casi a diario se construía un giga de parques solares. Para tener una idea, Colombia tiene instalados casi 20 gigas en parques solares, lo que significa que en el mundo se instala cada 20 días la capacidad que tiene Colombia.