Cuando escuchamos en coro la frase “FUERA PETRO“ por grupos de personas que no saben por qué lo manifiestan, como tampoco saben quién puede ser su reemplazante, no nos desconcertamos, pero sí nos preocupamos porque los protestantes no tienen un norte diferente al caos.
La mayoría ha oído que Petro no ha cumplido con lo que prometió en su campaña presidencial, entonces sin conocer que el Gobierno está presentando las reformas ofrecidas y que por táctica de quienes añoran el País de antes de Petro no quieren ni siquiera estudiarlas en el Congreso, sabotean el estudio arguyendo impedimentos, inasistencias y haciendo declaraciones sobre las mismas con supuestos falsos artículos que no incluyen los enunciados a considerar.
Para muchos ignorantes que por desprestigiar hablan de Petro como guerrillero, como si lo fue, como también lo fue la hoy presidenta de México, se olvidan que el presidente perteneció a un movimiento cuyos jefes vivos y otros del EPL son militantes activos del Centro Democrático con cargos de dirección, como si fuera algo menor en una organización política. Para los desmemoriados y desinformado “el único guerrillero malvado“ es el señor presidente.
Según los críticos, antes de los malos manejos con los carrotanques de la Guajira, situación reconocida públicamente por el primer mandatario nunca ocurrieron saqueos al Estado.
Entonces Reficar y el robo de 3.500 millones de dólares, el caso Odebrecht o el saqueo por intermedio de las EPS por más de 16 billones de pesos, para no nombrar sino tres de los tantos casos que sucedieron por allá en un País lejano, donde no ocurrían masacres de inocentes para denotar pírricos triunfos políticos y militares.
Se previene a los ciudadanos por la no entrega de la Presidencia en el 2026 y lo hacen los que torcieron la Constitución para ellos si repetirse en el cargo y lo lograron a base de chantajes, ofreciendo y entregando cargos llenos de mermeladas del más agrio limón acusando a uno de los ideólogos de esa Constitución la que Gustavo Petro juró respetar.
Así como Israel busca por todos los medios provocar una tercera guerra pisoteando tratados, infringiendo las normas básicas de convivencia mundial y atacando indefensos de la misma manera, los medios de comunicación colombianos tratan por todas las formas que el Presidente Petro cierre o amordace algún noticiero o periódico. Para ello se valen todos los días de las ventajas que nos da la manida libertad de prensa al insultar, ofender, atacar y desprestigiar, a este Gobierno, a sus miembros y sus familias. pero esto no pasará como si ocurrió en gobiernos anteriores incluso adquiriendo costosos y avanzados sistemas de persecución.
Por eso quienes añoran el pasado gritan “FUERA PETRO“ anhelando que vuelvan los militares y demás autoridades que nunca vieron pasar una tonelada de droga pero cuyo veneno nos quitó identidad en todo el mundo. Ese irrespeto bien ganado por narco estado, el actual gobierno lo ha ido reparando con intervenciones memorables en los organismos internacionales, los que hoy nos ven con liderazgo y respeto.
Si las reformas propuestas no pasan por lo ya narrado, de todas maneras Colombia sentirá un cambio. Los afros ya no serán los negros olvidados y sabrán que una de ellos fue vicepresidenta y otro Canciller de la República y los indígenas tendrán como referencia a una de los suyos como embajadora de Colombia en uno de los organismos mundiales.
Vivíamos en el País donde todo marchaba “perfecto“ y llegó un corroncho zipaquireño contestatario quien en muy contadas ocasiones utiliza nada más que un lápiz en sus destacadas intervenciones ante entusiastas auditorios quien vino a cambiar, a destapar y a denunciar el porqué de nuestras desigualdades y tristezas.
Colombia es un país de 52 millones de habitantes y los grandes medios publican encuestas hechas por firmas parcializadas a 3.000 personas de los estratos altos (el 0.0057%) de los habitantes arrojando resultados lógicamente contrarios a la realidad los que se presentan con bombos y platillos.
Por fortuna repetimos que si vivíamos en un país mejor y no lo sabíamos, después de Petro viviremos en ese mismo país con una brecha social más angosta y sus olvidados habitantes podrán montar en el “helicotero“ de una mayor prosperidad y esperanza.