En Suárez (Cauca), un grupo de mujeres afrodescendientes mineras unen esfuerzos para dignificar su oficio y superar las inequidades de género que enfrentan como mujeres cabezas de hogar, que también se dedican a labores del cuidado. Con este propósito, ellas crearon la Asociación de Mujeres Seleccionadoras y Luchadoras por la Paz de Suárez (ASOMUSELUPAZ), la cual está integrada por 37 mujeres.
Suárez está ubicado en el norte del Cauca, limita con los municipios de Buenos Aires, Morales y López de Micay. En el Censo del DANE (2005), Suárez tenía una población total de 19.002 personas. De este grupo, el 58,2% se autorreconoce como negra, afrocolombiana, raizal o palenquera, y el 21,2% como población indígena.
La extracción minera de oro es una de las principales actividades económicas de Suárez, con orígenes que se remontan al período colonialista. Durante esta época, personas esclavizadas, traídas de algunos países de África, fueron forzadas a trabajar en condiciones inhumanas en las minas.
Esta explotación minera no solo enriqueció a las élites colonialistas, sino que también dejó una profunda huella en el territorio, que hoy se evidencia en las brechas de inequidades socioecónomicas que afectan a la población étnica. Una parte de ella vive de la minería de subsistencia como un medio de generación de ingresos para suplir algunas necesidades.
Cabe destacar que Suárez tiene un Índice de Pobreza Multidimensional (IPM) del 28% en cabecera municipal y del 51% en centros poblados y zonas rurales. Dane, Censo de Población y Vivienda (2018).
De otro lado, es fundamental enunciar que, este grupo de mujeres afrodescendientes mineras se dedica a seleccionar partículas de oro del material que desechan de las minas. Por esto, se les conoce como seleccionadoras. Este es un término ampliamente utilizado en el argot minero para las mujeres que se dedican a este oficio.
Las mujeres seleccionadoras tienen una jornada extenuante. A partir de las cuatro de mañana se embarcan en un viaje a las montañas de Suárez, específicamente a la vereda La Turbina, en donde está ubicada la mina. Allí, ellas esperan en las afueras de las bocaminas, durante largas horas, el material (piedras) que desechan de la mina.
Posteriormente, cuando ya tienen el material en sus manos, ellas lavan, muelen y extraen de forma artesanal el oro. Hay días en que la jornada tiene recompensa y hay otros en que no. Dado que su oficio depende de la persona propietaria de la mina. En palabras de una de ellas, “Si el dueño de la mina no trabaja o no desecha el material, nosotras no tenemos cómo extraer el oro”. Diana María Lucumí Mina (Integrante de ASOMUSELUPAZ).
Sumado a esto, las mineras trabajan en condiciones precarias e informales. Es decir, que enfrentan la inclemencia ambiental, hacen grandes esfuerzos físicos, asumen largas jornadas y también sufren inequidades de género en el ejercicio de este oficio. En ese sentido, Senides Lucumí Mina, Representante Legal de la Asociación, expresa que a las mujeres mineras les compran el oro a precios más bajos que a los hombres mineros.
Asimismo, también es enfática en afirmar que “solo los hombres trabajan en las minas, mientras que las mujeres, afuera de las bocaminas, se dedican a seleccionar el material, tallar, romper, quemar y carretear”.
El crecimiento de la industria minera en 2023 contrasta con el contexto anterior. Los datos del Boletín Estadístico de la Agencia de Minería (enero 2024) revelan un Productor Interno Bruto Minero (PIB) de 4.424 millones de dólares, exportaciones por 14.068 millones y una inversión extranjera directa de 3.005 millones de dólares.
Sin embargo, como dice ChocQuibTowm “no se rinde el que nació donde por todo hay que luchar”. A pesar de las barreras que enfrentan las mujeres mineras en Suárez, y aunque algunas dejaron el territorio por desplazamiento forzado o para buscar otras alternativas de subsistencia; hoy permanecen en la Asociación 37 de 57 mujeres seleccionadoras que resisten y le apuestan a la minería como una alternativa para lograr la autonomía económica.
También es importante destacar que, en este recorrido, las mujeres seleccionadoras han alcanzado victorias significativas como constituir legalmente la Asociación, algunas de sus integrantes han tenido la oportunidad de compartir sus experiencias en distintos espacios a nivel nacional e internacional, en países como Francia. Además, hoy gozan de un reconocimiento que las ha llevado a participar en distintos espacios de diálogo con entidades gubernamentales y no gubernamentales, para mejorar las condiciones de vida de las mujeres mineras.
Por otra parte, la Asociación tiene proyecciones importantes como obtener una casa para las mujeres mineras en Suárez y obtener un molino para comenzar a hacer una minería artesanal sin mercurio. También es una aspiración para ellas, seguir capacitándose en diferentes ámbitos.
En palabras de Senides, “estamos trabajando fuerte y sacando la cara por nuestra Asociación. Nosotras esperamos lograr todo lo que hemos proyectado. Eso nos daría una alegría inmensa, porque cuando uno logra sus sueños es algo muy grande”. La Asociación de Mujeres Seleccionadoras y Luchadoras por la Paz de Suárez (ASOMUSELUPAZ) esta articulada al ecosistema de trabajo colaborativo que lidera Pacífico Task Force, desde allí esta Asociación une esfuerzos para el fortalecimiento de la justicia étnico-racial, ambiental y de género en el Pacífico colombiano. Igualmente, han participado de distintos procesos formativos, también de fortalecimiento técnico y financiero, que les ha permitido avanzar en su propósito. Al respecto Senides menciona que:
“Nosotras nos sentimos muy orgullosas de ser mujeres mineras; pero, no vamos a decir que no hemos sentido ganas de “tirar la toalla”, pero gracias a iniciativas como Pacífico Task Force seguimos adelante, por nuestras familias, por las demás compañeras. Para cumplir con nuestra visión y nuestra misión que es mejorar la calidad de vida de nosotras y también de nuestros hijos; de las demás personas que están en el territorio alrededor de nosotras”.