Cuatro cabezas rapadas que según la justicia española pertenecían a grupos de neonazis fueron condenados a cinco años de cárcel por propinarle una brutal golpiza a un colombiano en el 2010 por la que se vio obligado a dejar España por temor a represalias. La condena tuvo el agravante de ser un caso de racismo, duramente castigado en Europa, dado que fue "un ataque de cinco personas contra una sola de complexión menuda y con un severo déficit de audición suplido con unos audífonos", según quedó plasmado en la sentencia. Aunque los cuatro condenados negaron ser neonazis, el juez consideró que "profesan la ideología nacionalsocialista, despreciando a las personas de origen extranjero por el mero hecho de serlo y, en representación de dicha ideología, visten estética skinhead portando la cabeza rapada". Además los cinco años que tendrán que pasar en la cárcel, los 'skinhead' deberán indemnizar con 12.525 euros a la víctima por las lesiones y por el daño moral.
