Hace dos años, el Congreso de la República aprobó la Ley 2232 de 2022, la cual buscaba eliminar poco a poco, pero por completo, los plásticos de un solo uso del país. Entonces se les dio a las empresas un tiempo de gracia para comenzar a adecuar sus procesos y acostumbrarse a la nueva era de economía circular que se avecinaba, pero ese tiempo ya pasó y desde el pasado 7 de julio ocho productos, incluyendo a las bolsas plásticas, pasaron a ser parte del pasado.
Con esta decisión se abrieron oportunidades para empezar a responder a la creciente demanda de un producto que antes no estaba tan cotizado, las bolsas papeles, comenzando así una batalla por mandar en esta línea de negocio. El nuevo escenario encontró bien parada a una empresa vallecuacuana que empezó hace 90 años produciendo bolsas y sacos de papel: Colombates.
Aunque nació en una pequeña planta en 1934 en Apulo, Cundinamarca, la llegada de clientes como la Colombia Sugar Company, comercializadora de azúcar refinada que años después sería comprada por el Ingenio Central Castilla (hoy fusionado con Riopaila, llevaron a los fundadores liderados por José María Cortés a montar en 1946 una moderna planta en Palmira, la capital agrícola de Colombia.
El motivo de su traslado hacia el Valle del Cauca fue sencillo, la centralización de la industria azucarera en el Departamento los obligaba a estar cerca para ofrecer sus sacos para empacar azúcar. Sin embargo, también contaban con una línea de negocio enfocada hacia los empaques de cemento, otra industria con mucha presencia en la región con Cementos del Valle, empresa que había sido fundada por empresarios vallecaucanos y antioqueños en 1938. No fue sino hasta 1980 que comenzaron a expandirse y fue allí cuando añadieron a su portafolio las bolsas de papel, el producto que les daría el impulso definitivo cinco décadas después.
Sin embargo, antes de que comenzaran a incursionar en ese nuevo mercado, se dio otro hito importante dentro de su larga historia, se integraron con otra tradicional empresa vallecaucana dedicada a la producción de papel y cartón. Se trató de Cartón Colombia, compañía fundada en 1944 en Medellín por los empresarios paisas Mario Uribe y John Gómez Restrepo, a quienes se les ofreció la representación de la estadounidense Container Corporation Of America Filadelfia.
La idea de Cartón de Colombia siempre fue fabricar cajas, primero con cartones importados y luego con propios y desde el primer momento estuvo comprometida con el reciclaje y la sostenibilidad. Sin embargo, con el pasar de los años se fueron diversificando pasando a hacer otro tipo de productos con cartón y con papel.
En la primera década del nuevo siglo, más específicamente en 2005, con Colombates ya consolidada en el mercado de estas bolsas, se dio un nuevo hecho que cambiaría la historia de la empresa para siempre. Así como pasó con varias pequeñas y medianas empresas colombianas dedicadas a la fabricación de papel y cartón, terminó siendo adquirida por la gigante irlandesa Smurfit Kappa, multinacional que acaba de llegar a un histórico acuerdo para fusionarse con la gringa WestRock, convirtiéndose así en la cartonera más grande del mundo.
Tras ese negocio, Smurfit utilizó a Colombates como puente para llevar a cabo estrategias sostenibles, entre las que se encuentra una alianza con el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), una ONG que se dedica a la conservación del medio ambiente. Esta tiene como objetivo realizar un trabajo conjunto para promover la protección y conservación de las zonas forestales del país. Los irlandeses se comprometieron a restaurar, expandir y proteger los bosques, así como ayudar a acabar la tala ilegal y trabajar en estrecha colaboración con los Parques Nacionales Naturales de Colombia (PNN).
Hoy, sus productos incluyen bolsas de papel industriales, para domicilios, comerciales, para E-commerce, entre otras y algunos de sus aliados son Gef, Chevignon, Espirit y Punto Blanco.
Dos barranquilleras le compiten fuerte a los irlandeses
Al otro lado de Colombia y solo 15 años después de la fundación de Colombates, los hermanos Elías y José Zaher Matuk crearon Unibol, Ambos trabajaban en una empresa de abarrotes en Barranquilla y vieron en las bolsas de papel una oportunidad única de mercado. De hecho, desde el comienzo su apuesta fueron las bolsas 100% recicladas.
Aunque no fue así durante toda su historia, puesto que en la década de los 80 se le midieron a incursionar en las bolsas de polietileno para diversificarse, cosa que no les salió, por lo que décadas después se volvieron a centrar única y exclusivamente en el papel. Buena decisión teniendo en cuenta la situación actual.
La propiedad de la empresa nunca salió de la familia Zaher y hoy día es manejada por la tercera generación con Elías Zaher como presidente; Margarita Zaher, quien es esposa de José Manuel Carbonell, nuevo presidente de Olímpica, como gerente de logística; Daniel Zaher como gerente administrativo, entre otros miembros. Su compromiso con la sostenibilidad es tal que cuenta con procesos que permiten evitar la tala de árboles y reutilizar agua. Los productos fabricados por la compañía de la familia Zaher son exportados a 15 países y pueden encontrarse en establecimientos como D1.
Posteriormente, en 1997, también en la capital del Atlántico, José Díaz Peris creó una empresa con la que pretendía dedicarse a la impresión de piezas publicitarias a la que bautizó Ditar, mezcla resultante de su apellido con el de su esposa. A esa labor se dedicaron casi dos décadas con un éxito relativo, pero fue su hijo, Juan Carlos Díaz Tarud, quien, en 2015, cuando ya llevaba las riendas de la compañía, decidió meterse de lleno al mercado de las bolsas de papel.
Así lleva haciéndolo ininterrumpidamente desde hace nueve años y ni siquiera la pandemia fue un obstáculo, puesto que supieron aprovechar factores como el incremento de los domicilios para cubrir la demanda que había por sus bolsas plásticas en mercados como el de los Estados Unidos, que hoy en día sigue recibiendo sus productos junto con otros destinos del Caribe a los que han podido llegar gracias a ProColombia.
En su corta historia, Ditar ha conseguido hitos como el de ser aliados de Nike o el de ganar el premio a mejor Empresa Industrial Manufacturera en la XII versión del Premio al Mérito Empresarial que entrega la Universidad Simón Bolívar.
A estas tres compañías les vino como anillo al dedo la ley que pondrá a las productoras de plásticos a reinventarse y a los consumidores a cambiar su manera de hacer mercado.
