En Bogotá, los guías caninos prestan sus servicios en estaciones, en el aeropuerto, en parques, en colegios y en puestos de control en las vías para detectar sustancias ilícitas y paquetes sospechosos que puedan afectar a la ciudadanía. También tienen una línea comunitaria de perros para las actividades de relaciones públicas con las comunidades y otros para realizar terapia asistida. Este último trabajo se realiza de forma conjunta con la dirección de sanidad de la Policía Nacional y todos los caninos están adiestrados para realizar acompañamiento terapéutico a pacientes, principalmente niños. Todo esto y más son las labores que hacen en conjunto los perros y la Policía, dos aliados que vienen trabajando juntos en Colombia desde hace 130 años.
El 23 de octubre de 1890 el expresidente Carlos Holguín Mallarino sancionó una ley con la cual creaba los cuerpos policiales acompañados por perros en Bogotá. Luego, seis décadas después, el Cuerpo de Bomberos de la capital comenzó a llevar perros a sus operaciones, como también lo hicieron los comandos antidisturbios. Sin embargo, no fue sino hasta 1960 que se comenzó a implementar el entrenamiento canino de forma estructurada y fue gracias a un curso que hizo el capitán Víctor Delgado Mallarino en España. Lo que dio lugar a la creación de un centro de adiestramiento en Suba dos años después, el cual comenzó con apenas ocho pastores alemanes.
Un hecho histórico se dio el 26 de mayo de 1963, en el Tolima, día en el que falleció el agente Álvaro Rojas Ahumada, famoso por haber sido el primer guía canino y justamente fue en un operativo en el que el delincuente había sido ubicado por un perro especializado en rastro.
Sin embargo, los guías caninos en Bogotá surgieron realmente por la necesidad que tuvo la Policía de contar con perros especializados en búsqueda y rastro, narcóticos y explosivos, teniendo en cuenta la guerra de carteles del narcotráfico y microtráfico que hubo en la capital del país entre los años 80 y 90 con el cartel del Dorado que suplía de personal al cartel de Medellín. Por ello, en 1988 se creó la especialidad de guías caninos con 18 perros entrenados en explosivos, narcóticos, búsqueda y rastro, estos ejemplares fueron donados a la policía metropolitana de Bogotá por la empresa Avianca.
Los guías caninos hoy en día
La Policía de Bogotá cuenta con 42 perros especializados en: divisas, fauna silvestre, narcóticos, explosivos, búsqueda y rescate y, para prepararse, los guías caninos deben hacer un curso en la escuela de adiestramiento de Facatativá durante un año y de ahí pasar a recibir el grado de especialista en manejo y conducción de caninos, por lo que todos están en capacidad de manejar y conducir cualquier perro. Aunque eso sí, no es conveniente que estos perros cambien con frecuencia de guía, por lo que cada uno tiene un perro asignado para su adiestramiento.
En 2010, la Policía de Bogotá, con proyectos desarrollados en alianza con la Universidad Nacional y la Secretaría de Ambiente, estableció los parámetros para la selección, reproducción y crianza de caninos de trabajo y, además, crearon el manual para el entrenamiento de perros detectores de sustancias, fauna silvestre e hidrocarburos como el nitrato de amonio.
Las 5 mejores razas de perros que existen a nivel internacional para realizar ese tipo de labores son el pastor belga malinois, el pastor holandés, el pastor alemán, el golden retriever y el labrador, porque son las que tienen más capacidad para el trabajo y resistencia para realizar las labores diarias de la Policía. No obstante, en general los más utilizados en la institución son los pastores belgas malinois por ser enérgicos, muy nobles y siempre estar listos para el trabajo. Como lo cuenta la capitana del grupo K9 de la Metropolitana de Bogotá, Natalia Velásquez Daza.
¿Cómo consiguen a los perros?
Los perros de la Policía llegan de varias formas, entre las que se encuentran donaciones que hacen grandes empresas o Embajadas como la de Estados Unidos, a través del criadero de Mancilla que tiene la institución en Facatativá o comprando los perros, cuyos precios pueden oscilar entre los 5 y los 25 millones de pesos e incluso hasta más.
El proceso de adiestramiento es fácil y sencillo siempre y cuando el animal conserve su instinto de presa y caza. Inicia a los 2 meses de edad en el criadero de mancilla y a partir del año ya están listos para prestar el servicio, pero primero deben ser certificados por la Policía y un instructor especializado que dé cuenta de que el ejemplar está en muy buenas condiciones para garantizar la seguridad de los ciudadanos.
En la Policía Nacional los caninos gozan de un buen bienestar, están en un lugar apropiado donde puedan descansar con comida, agua y tienen un seguimiento rutinario con veterinarios las 24 horas y enfermeros caninos a su cuidado para prevenir enfermedades y que sean revisados periódicamente antes, durante y después de prestar el servicio.
Los perros de antiexplosivos trabajan hasta los 6 años y los de narcóticos hasta los 8 o 10. Después se jubilan y entran a un programa de adopción a terceros e incluso pueden ser adoptado por el mismo guía, para ello las personas que se postulen para adoptar el perro deben cumplir con algunos requisitos como tener un veterinario de cabecera, entre otros.
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