Las dos potencias del mundo, Estados Unidos y China, libraron un cabeza a cabeza por la hegemonía de los Juegos Olímpicos que se disputaron entre el 26 de julio y el 11 de agosto de 2024 en París.
Este duelo, que al final se define por número de medallas de plata, puesto que quedaron empatados en oro, tiene sus antecedentes, ya que demuestra el ascenso de China como potencia. En la última Olimpiada, Tokio 2020, se definió por una medalla de oro, pero en las anteriores la hegemonía de Estados Unidos era apabullante. En economía y desarrollo social se dice que Estados Unidos es una potencia en decadencia, mientras China es un gigante en ascenso. El próximo duelo Olímpico será en Los Ángeles, donde Estados Unidos juega de local, lo que genera expectativa ante el crecimiento económico y deportivo de China.
Las 10 primeras posiciones en París las completan Japón, Australia, Francia, Gran Bretaña, Corea del Sur, Países Bajos (Holanda), Alemania e Italia, de donde es fácil deducir que todos estos países tienen un nivel de desarrollo avanzado, gozan de alta tecnología, desarrollan grandes obras de infraestructura y destinan fuertes sumas de dinero al deporte, por lo cual hacen planes deportivos a largo plazo, que incluyen desde la construcción de los escenarios necesarios, hasta las mínimas necesidades de sus atletas, combinando el deporte aficionado con el profesional, puesto que en las Olimpiadas no hay distinción, la participación está definida por las marcas y las clasificaciones, no por los dólares mensuales que gana el deportista.
Mientras las grandes potencias dirimían su hegemonía, los colombianos rezaban por no irse “blanqueados”; solo al final de las competiciones les regresó “el alma al cuerpo”, con la hazaña de Ángel Barajas, el “ángel prodigio”, un adolescente de 17 años, que venciendo las vicisitudes de su vida obtuvo en gimnasia una medalla de plata con sabor a oro. Después llegó el día “plateado”, ya que en una sola jornada los pesistas Yeison López y Mari Leivis Sánchez le regalaron al país sendas platas, para cerrar con el bronce de la luchadora libre Tatiana Rentería. En total, tres medallas de plata, una de bronce y catorce diplomas fue el saldo de los deportistas colombianos, ubicados en el puesto 66. En las Olimpiadas de 2012 habían sido 9 medallas, incluyendo una de oro; en 2016, histórico para Colombia, se alcanzaron 8 medallas, pero 3 fueron de oro; y en Tokio 2020 se llegó a 4 platas y 1 bronce para 5 medallas. El balance podría hacer concluir que hay un estancamiento con tendencia a un declive.
Los deportistas galardonados y sus entrenadores dieron a conocer sus historias, con un denominador común: Provienen de familias humildes, llenas de sacrificios económicos, rodeados de hambre, miseria, desempleo, y huyéndole hasta al desplazamiento, carentes de escenarios apropiados, herramientas y elementos de prácticas, sin alta tecnología, ni recursos para su manutención, lo cual los pone en clara desventaja ante el resto de competidores del mundo.
El Gobierno de Petro reveló haber hecho “importante inversión” para el deporte: “El @MindeporteCol destinó 1.573 millones de pesos para apoyar a los deportistas que han participado en los Juegos Olímpicos de París 2024”, trinó Petro, ¡como si fuera mucho! Mientras, en el Congreso de la República denunciaron que el presupuesto 2025 para el deporte baja de $1 billón, 312 mil millones, a $454 mil millones, es decir, Petro lo recortó en $900 mil millones. Ese es el apoyo. ¡Este es el cambio para el deporte, qué tal!
