Desde que nació Johnny Depp nunca ha podido ver el mundo como es. A sus 52 años ya se acostumbró a forzar sus ojos para intentar divisar las sombras que lo rodean. Su ojo izquierdo prácticamente es un cuenco vacío, en su ojo derecho la miopía asciende a 10 puntos y ya se le ha detectado hipermetropía. Esos lentes oscuros que derriten a sus fans no son un capricho suyo: son dos escudos con los que intenta que su ceguera no se haga notoria.
Hace un par de años, cuando confesó su secreto, empezó a darle la pelea de frente a sus excesos con el alcohol y las drogas. En Comando especial, la serie que lo lanzaría al estrellato, llegaba al set de grabación ojeroso, seco y con aire ausente. La cocaína, el Jack Daniels y un puñado de porros eran la dieta diaria del aspirante a estrella. El primer escándalo en el que su nombre se vio involucrado fue cuando el actor River Phoenix murió en los brazos de su hermano Joaquin, frente al Viper Roomel, club que le pertenecía a Johnny, en donde habían estado de juerga hasta la madrugada. Phoenix tenía 22 años y acababa de protagonizar, junto a Keanu Reeves, la película Los reyes de la noche.
La leyenda nocturna de Depp aumentaría cuando en febrero de 1994 conociera a Kate Moss. El tenía 31 años y ella 20. Juntos eran dinamita… y explotaron. Al otro día de haberse conocido se encerraron en un hotel en Nueva York, a seguir una carretera interminable de cocaína que duraría cinco años.
A este descendiente de indios navajos y cherokees siempre le han gustado los chicos malos. La estrecha amistad que ha sostenido con Hunter Thompson, el escritor norteamericano que creó una nueva forma de hacer periodismo a partir del consumo de sustancias sicoactivas y con quien compartió agotadoras semanas en donde corrían imparables los ríos de ron y de Keith Richards, guitarrista de los Rolling Stones y desde hace cincuenta años candidato número uno a morir de una sobredosis, sumado a las interpretaciones freaks que ha hecho en las películas de Tim Burton, lo han convertido en un símbolo de la contracultura.
Aunque sus fans lo reconocen por su personaje Jack Sparrow, los mejores papeles que ha hecho fueron en Ed Wood, El joven manos de tijera y Buscando el país del nunca jamás, por el que recibió su única nominación al Óscar. Su discapacidad, que cada vez es más notoria, no le ha impedido entregarse al máximo en una profesión tan agotadora como es la de la actuación, ahora se apresta a rodar la quinta parte de Piratas del Caribe, aunque su intento de entrar a Australia los dos perros que tiene como mascota, contradiciendo la legislación de este país, le costó ser expulsado, entorpeciendo y atrasando la filmación.
Adorado por jovencitas de todo el mundo, Johnny Depp goza del codiciado privilegio de tener una juventud y eterna. Escondido en algún recoveco de su mansión, seguramente, un retrato suyo se carcome cada día mientras él permanece hermoso aunque cada vez le cueste más mirarse en un espejo.