Emilio Archila logró lo que ningún funcionario de Gustavo Petro ha conseguido: tener todo el poder para la implementación del Acuerdo de Paz con las Farc que se había firmado entre Juan Manuel Santos y las Farc en noviembre de 2016. Muy recién llegado el presidente Duque, creo un nuevo cargo: la Alta consejería presidencial para la estabilización y la consolidación. El escogido fue Emilio Archila, el director programático de la campaña de Marta Lucía Ramírez, la fórmula vicepresidencial de Duque y bajo su responsabilidad quedaron funcionarios y presupuesto, que ni era ni es tan escaso como lo pregonan en el actual gobierno.
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Lo primero que hizo Mauricio Lizcano cuando aterrizó en el Dapre fue disolver la Alta Consejería de Archila, desarticular la implementación del Acuerdo paz, y repartir responsabilidades entre media docena de funcionarios que después de dos años no logran trabajar coordinadamente y la implementación está empantanada. El Presidente Petro elevó su protesta por el estancamiento de la implementación a Naciones Unidas e insiste en responsabilizar al gobierno Duque la situación.
Archila dejó sus realizaciones plasmadas en un libro escrito a dos manos con el expresidente Iván Duque titulado Paz con legalidad: un camino de hechos hacia la paz, en el escribe el estado de cada uno de los capítulos del acuerdo, Política de víctimas; Política de reincorporación; Sustitución de cultivos; Planes de desarrollo con enfoque territorial y los 17 frentes que tiene la reforma rural integral, eje del acuerdo. Esta conversación con Juan Manuel Ospina es una respuesta a los rayos y centellas que le han caído durante dos años y enfatiza en una única recomendación: Continuidad.