En principio se podría leer la renuncia de Edwin Palma Egea (quien fungiera hasta el 1 de agosto como viceministro de Relaciones Laborales e Inspección del MinTrabajo) como una derrota contra su principal antagonista, Luz Ángela Martínez Bravo; pero no hace falta mirar con un telescopio para percibir que el saliente exviceministro se retira de un barco agrietado en medio de océano.
Edwin Palma, desde muy joven se vinculó al sindicalismo e hizo parte de Ecopetrol; mientras que Luz Ángela Martínez Bravo, empieza su alta carrera de la mano del uribismo cuando fue nombrada como directora Ejecutiva del Fondo Nacional de Vivienda[1] en el Gobierno de Uribe. Siendo muy cercana al exalcalde Enrique Peñalosa y a su Partido Verde.
Es alta especialista en Derecho Administrativo, habilidad que le ha permitido hablarle al oído de la MinTrabajo Gloria Inés Ramírez y para mantenerse en el cargo más esencial: la Dirección de Directores en Inspección, Vigilancia y Control (IVC), ya que maneja un 73% del ente ministerial a nivel nacional, siendo más poderosa que los viceministerios.
A grandes voces se dice que es ella la que manda en el barco ministerial y no Gloria Inés, por carecer de la alta experticia administrativa. La MinTrabajo solo se centra en su gran habilidad política, virtud que demostró haciendo lobby en el Senado para sus dos reformas, de las cuales se aprobó la pensional.
La pírrica batalla naval
La Comisión Nacional del Servicio Civil sacó a concurso casi un 90% de los cargos del Ministerio de Trabajo e inmediatamente los trabajadores en provisionalidad prendieron las alarmas por temor a presuntos cambios en los manuales de funciones y a los requisitos excluyentes para el examen. Coincidiendo este hecho con el momento de las reformas y con el incumplimiento sustancial de los acuerdos firmados entre la ministra y los sindicatos.
Los sindicatos solicitaron aplazar el concurso y pidieron el cumplimiento sustancial de lo acordado en los pliegos, verbigracia: la nivelación salarial, tomando como base otras entidades estatales; debido a que la entidad ministerial está entre las peores pagas; asimismo la no a la sobrecarga laboral, reiterativa, manifestada en acoso laboral y respeto a sus derechos humanos laborales, entre otros.
Para Edwin Palma estas solitudes laborales eran justas, además porque su visión estratégica le permitía mirar que el cuerpo de trabajadores con experiencia cualificada permitiría que el barco ministerial llegara a buen puerto en el 2026; ya que la armonía en el espacio de oficina y de campo entusiasmaría a los trabajadores para cumplir sus fines misionales con compromiso institucional.
Los sindicatos lo solicitaron para buscar la pronta resolución del conflicto laboral antes de la hora cero; pero esta solicitud no fue aceptada por la ministra.
La declaratoria de huelga enfureció mucho a la ministra, y en río revuelto ganancia de pescadores. La directora, Luz Angela, se ofreció a aplastar la huelga y para ello le pidió a la ministra un permiso para recorrer todo el país en sus Direcciones Territoriales.
En ese escenario, la "misión de vigilancia" fue fallida y lo único que hizo fue radicalizar más la huelga que duró más de 2 meses y solo fue suspendida a punta de hambre, debido al no pago salarial de muchos huelguistas, más no fue finalizada.
En la acción de los pulsos de las partes en conflicto, la directora de Inspección, Vigilancia y Control (IVC) viajó de pueblo en pueblo (con la contratista María Esperanza Aladino Agudelo, con recurso público y sin funciones específicas); orientando el no pago a los sindicalistas y abrir procesos disciplinarios a los que persistían en la huelga.
Toda esta mano dura generó dolor y rencor en la gran mayoría de los trabajadores, afectando el eje misional, pues de las 14.600 Acciones Laborales de Inspección y Vigilancia que se deben hacer para la vigencia 2024, solo en este octavo mes de agosto se han realizado 2000 mil inspecciones.
El estratega Palma decide capitular con su renuncia al ver el panorama oscuro del eje misional y además porque sus convicciones no le permiten ir contra la génesis de los derechos humanos sindicales.
También ha visualizado la operación tortuga que como desquite los trabajadores están realizando. El cuerpo orgánico de toda la estructura de planta laboral ha sido intoxicado, siendo posible que los marineros prefieran encallar o hundir ese barco.
La guerra la sigue presidiendo Luz Ángela Martínez Bravo, y es por ello que el ministerio ha sido denunciado ante la OIT. La ministra, el viceministro Iván Daniel Jaramillo y Luz Ángela también han sido denunciados penalmente.
El último registro probatorio se evidenció en los presuntos abusos que quedaron registrados cuando los que vigilaban trataron de desmantelar la huelga el 22 de julio de los corrientes, ello quedó registrado en la red con videos en la sede principal de Bogotá.
Para borrar las evidencias de las directrices y órdenes contra los sindicatos, la directora de Directores de Inspección, Vigilancia y Control (IVC) cambió su correo electrónico, por otro institucional.
[1] https://www.uniontemporaldecajas.org/images/archivos/FNV/2008/0538-2008.pdf
