Han pasado días desde que el “Coalemo” venezolano se robó de la manera más descarada que hemos visto en los últimos años las elecciones en Venezuela, luego de ese lamentable domingo 28 de julio pocas cosas han pasado realmente; con un supuesto 51% de los votos Maduro ganó las elecciones presidenciales, tras ello la sociedad venezolana ha salido multitudinariamente a las calles, pero sin grandes implicaciones políticas, mientras que las sociales abundan.
Más de una decena de jóvenes han dejado su vida por la libertad de su pueblo, para que sus familias no se sigan desintegrando y los jóvenes mueran en vida ante un sistema que actualmente no brinda oportunidades a su pueblo, por mencionar un ejemplo, mientras un profesional en Colombia, puede ganar entre dos y tres millones de pesos, en Venezuela un profesional gana tan solo cuarenta dólares.
Hoy son más de dos mil ciudadanos apresados por la dictadura, mientras la comunidad internacional se muestra estupefacta y con un silencio concubino y complaciente, lo cual de cierta medida les llena también las manos de sangre, en la región los gobiernos más radicales como el de Colombia, Brasil y México en su complacencia con la dictadura, no permitieron que la OEA exigiera a la dictadura mostrar las actas electorales y así esclarecer las elecciones en el país.
La solución a la dictadura de Maduro no vendrá de afuera, la solución tampoco será democrática, pero esta no puede ser violenta, la sociedad venezolana, debe pasar de la protesta a la acción cívica, donde las arengas se transformen en pasos agigantados, donde se liberen las instituciones y con brío, muera la opresión; en una democracia las personas que componen los gobiernos, son simples servidores públicos, pero cuando sus acciones solo responden a cobijar al Cartel de los Soles y a un puñado de familias que saquean constantemente los recursos del país, es labor de cada ciudadano sacar a todos estos parásitos públicos de sus cargos, sin importar sus niveles, es hora que el pueblo ejerza una contrarrevolución, sin armas, pero con contundencia, donde no haya funcionario que siga es su poder y que de una u otra manera salga de sus puestos y que ahora sí, el pueblo sea quien ostente el poder y delegue en sus verdaderos y legítimos representantes las riendas del poder.
Las marchas nos han mostrado al mundo entero que es lo que realmente el pueblo desea, el chavismo no ha podido socialmente sostenerse y acude a los mercenarios y a la implementación de la violencia armada para sostenerse; pero está en los pies, las manos y las voces de más de seis millones de venezolanos que votaron por Edmundo Gonzales la labor de derrocar de una vez por todas a maduro y a toda esa dictadura que lo único que ha hecho es que cerca de 8 millones de venezolanos hayan tenido que dejar su vida de lado y migrar de su país, para no seguir pasando necesidades y poder dar una pequeña luz de esperanzas a sus familias que han dejado atrás.
