Culminado con éxito el foro Negociación colectiva, meritocracia y ética publica, convocado por organizaciones sindicales independientes, sin apoyo gubernamental ni de ONG, se obtuvieron importantes conclusiones del evento.
Conclusiones de expositores independientes y con un amplio bagaje académico y otros con la praxis sindical de muchos años.
La principal conclusión es sobre la meritocracia y la carrera administrativa, su desarrollo hasta el gobierno del cambio.
En primer lugar, la meritocracia no tiene dolientes, ni institucionales, ni de los organismos de control, ni de la sociedad civil y menos de la clase política; entendida esta como la extensión del mérito a otros tipos de vinculaciones laborales como los funcionarios directivos, de libre nombramiento y remoción, provisionales, contratistas de prestación de servicios, y trabajadores oficiales.
La carrera administrativa ha evolucionado por presión de algunos sectores de la sociedad civil, pero no es suficiente. Siguen existiendo atajos para su cumplimiento integral. Y en el Gobierno del cambio la propuesta de la formalización, con la creación de plantas temporales, y la eliminación de los contratos de prestación de servicios ha sido una farsa para continuar con el clientelismo tradicional en favor de la clase política gobernante.
Y con el silencio complaciente de la comisión nacional del servicio civil, la Procuraduría y Contraloría General de la República.
Actualmente, existen aproximadamente un millón quinientos empleos públicos entre provisionales, contratistas de prestación de servicios, trabajadores oficiales, libre nombramiento y remoción, que son vinculados por lógicas clientelistas , nepóticas y de amiguismos. Mientras que del total de empleados de carrera son apenas el 30% aproximadamente.
Es decir, que el estado está capturado por mafias, clanes, partidos, y roscas que contradicen lo dispuesto por la constitución política y, hasta tratados internacionales , y violan los principios mínimos de la ética pública.
El otro capítulo tratado en este foro fue sobre el estado del arte del sindicalismo y la negación colectiva. Tema sobre el cual existe una total anarquía, ilegitimidad representativa, muchos intereses de poder, y las nuevas voces de los sindicatos independientes son silenciadas con un decreto expedido por el gobierno del cambio, buscando el unanimismo al rededor del presidente.
PD. En este mismo sentido, el jurista Rodrigo Uprimny, en columna de El espectador ha invitado al presidente del cambio a que haga extensiva de manera cierta el mérito como una oportunidad de transformación democrática para la elección de los altos servidores del Estado, sustentado en la Constitución y recomendaciones internacionales.
Ojalá la mala hierva algún día sea extirpada de raíz para que no se reproduzca.
