El puesto de Secretario de Comunicaciones de la Presidencia ha sido uno de los más variables durante el gobierno de Gustavo Petro. El primer elegido para tomar esa responsabilidad fue Germán Gómez, un periodista cercano a Laura Sarabia, con quien coincidió mientras trabajaban para el entonces senador Armando Benedetti. Luego llegó una ficha de Hollman Morris como María Paula Fonseca, quien no tardó en ser reemplazada por otro amigo de Sarabia como Juan David Moreno. Ahora, sin haber cumplido aún dos años en la Casa de Nariño, Gustavo Petro tendrá una cuarta persona manejándole los temas de prensa: Daniel Téllez.
Téllez llega en calidad de encargado después de que Moreno presentara sorpresivamente su renuncia. Se trata de una designación que ha generado cierto malestar entre personalidades cercanas al gobierno, quienes no ven con buenos ojos que las comunicaciones de Presidencia las maneje alguien que ha sido cercano a orillas opuestas del poder.
Particularmente, a Téllez se le crítica por dos pasos que ha tenido por el sector público. Uno durante la segunda Alcaldía de Enrique Peñalosa en Bogotá como Jefe de la Oficina Asesora de Comunicaciones del Instituto Distrital de las Artes (Idartes), donde alcanzó a completar nueve meses y otro en la Alcaldía de Claudia López como asesor de la gerencia de Canal Capítal cuando a la cabeza estaba Ana María Ruiz. Allí sí alcanzó a estar más de dos años.
También tuvo un complicado paso por el Ministerio de Cultura
Este no es el primer nombramiento que recibe Daniel Téllez durante el gobierno Petro, puesto que octubre de 2022 fue contratado como Jefe de Divulgación y Prensa del Ministerio de Cultura. En ese momento la ministra era Patricia Ariza, pero rápidamente fue testigo del remezón que desencadenó la salida de la artista plástica y la llegada del músico Jorge Zorro como encargado.
Alcanzó a compartir con Zorro durante cuatro meses, hasta que no se aguantó más y renunció, no sin antes alborotar el avispero. Téllez dio a conocer entonces que había dos razones fundamentales que habían motivado su salida del Ministerio. La primera correspondía a su desacuerdo con la forma en la que estaban siendo utilizadas las redes y los canales oficiales de la entidad y la segunda, aún más grave, a que había sido víctima de discriminación por su orientación sexual.
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