El conflicto armado en nuestro país, el cual supera los 60 años de existencia, ha sido el epicentro de todas las transformaciones sociales, políticas, económicas, psicológicas, etc. que han degradado la integridad y el progreso de la nación cafetera más importante del mundo.
Se ha vacilado mucho por el origen exacto de la conformación de estos grupos insurgentes, ya que por un lado se habló de los años de 1929/1930 donde proliferaron los enfrentamientos violentos entre el Estado y los campesinos por el dominio de sus tierras, pero luego se mencionan los años 1948/1958 luego del asesinato del caudillo Jorge Eliecer Gaitán, desatando una sanguinaria y cruda violencia posterior al “Bogotazo”, dándole más vigor al bipartidismo.
La pugna entre el Estado y el sector rural de Colombia radica por quien tiene más territorio. Los predios han sido el principal tema de la discordia, donde los terratenientes y personalidades con curules especiales dejan sin garantías a los campesinos e indígenas y personas del común que hacen derecho a una finca.
El Estado colombiano, con el transcurso de los años, piensa de una manera más subjetiva considerando conveniente aprobar los caprichos de algunos líderes de la patria donándole “merecidamente” predios que le pertenecen a las comunidades ancestrales que han poblado el territorio nacional.
Uno de los impactos de mayor índole ocurre en los años 80 a causa de dos variantes específicas:
*Por un lado, el narcotráfico se tomó las riendas del poder con los grupos al margen de la ley; se dieron cuenta que los secuestros eran una pieza valiosa para ser escuchados y tenidos en cuenta según sus exigencias a la hora de pronunciarse, pero la venta ilegal de drogas los fortalecía de una manera abrupta económicamente, consolidando así sus ansias de poder despropiando a los campesinos e indígenas de sus comarcas para ampliar de una manera descomunal sus laboratorios ilícitos.
*La otra cara de la moneda muestra una sociedad suprimida, aniquilada, acribillada y lapidada por el sin fin de muertos y heridos con problemas tanto físicos como psicológicos, todos víctimas de este conflicto que más que una huella es una cicatriz que tal vez perdone pero jamás olvida; todo este rencor y exclusión capitalista genero la lucha de las clases, conflictos sociales que se veían venir con mucha fuerza pero que tampoco se previno al respecto, a consecuencia de ello se consolidaron bandas criminales urbanas (paramilitares), hoy también conocidas como Bacrim.
Estos grupos paramilitares en un principio buscaban neutralizar la guerra que las FARC y el ELN desencadenaron décadas atrás, pero un día estos grupos conformados por élites políticas y grandes mentes criminales como Pablo Escobar o el “Mexicano” se multiplicaron ocasionando más preocupación y dolor a la Nación.
Otro factor de mucha importancia, pero en total abandono, es la pérdida de la multiculturalidad étnica que constituye nuestra patria. El capitalismo llega en la peor época de nuestro país para quedarse, las nuevas tendencias “dependistas” y modas impuestas fracturan las nuevas generaciones de todo el territorio colombiano, homogeneizando el pensamiento y promoviendo que estas generaciones de los 90 para acá migren a las grandes metrópolis en busca de mejores oportunidades, viendo ya inútil seguir defendiendo su etnografía; a consecuencia de ello, las puertas de las grandes capitales solo se regocijan con las élites y grupos burgueses, aumentando así la cifra regular de desplazamiento y desempleo.
Once procesos de paz vividos, tres de ellos han contado con mucho realce, uno en el gobierno de Belisario Betancourt en los años de (1982-1986), el otro en el periodo de Andrés Pastrana (1998-2002) y el ultimo en el actual gobierno de Juan Manuel Santos, el cual ninguno de ellos ha podido solucionar los problemas indelebles de una sociedad golpeada por la violencia.
La salud, un factor olvidado en Colombia
Para contextualizar un poco, recordemos que en estos días el tema de la salud viene tomando una postura verídica en la situación de la vida rural colombiana. La pelea entre Juan Carlos Pinzón (ministro de defensa) y Alejandro Gaviria Uribe (ministro de salud) con el tema de la prohibición del glifosato en las zonas rurales del territorio.
El glifosato es una sustancia química creada por la multinacional Monsanto con el fin de eliminar de raíz la producción de cultivos ilícitos y evitar la propagación del narcotráfico por medio de un decreto estipulado en el plan Colombia en el año de 1978; aunque en el año 1984 la comisión científica dice que el uso del glifosato es un daño abominable para el campo, esta decisión se torna únicamente política donde se mantiene el acuerdo.
Gracias a estudios realizados en el departamento del Putumayo (víctima directa) por la subdirección de salud pública, 189 formatos de quejas fueron presentadas por los propietarios de cultivos lícitos, residentes de 50 veredas de los municipios de Orito, Valle del Guamuez, San Miguel y afectados por el programa de erradicación de cultivos ilícitos mediante fumigación aérea con glifosato realizada entre noviembre de 2001 y febrero de 2002, se logró establecer lo siguiente:
De las 189 quejas presentadas por personas procedentes de las 50 veredas, la mayor proporción (13.2%) de estas correspondía a la vereda la Florida del municipio Valle del Guamuez. Según el tipo de cultivo descrito, 93.7%(177) de las quejas hacía referencia a daños ocasionados sobre la agricultura (cultivos de pan coger, frutales etc.). 6.3%(12) de los casos declararon dedicarse a la agricultura y la ganadería.
El área total del predio declarada por cada uno de los quejosos oscilo entre media hectárea y 90 hectáreas con un promedio de 11 hectáreas. 52% (1094 hectáreas) de 2098 hectáreas cultivadas fueron afectadas por la fumigación aérea con glifosato. Según el tipo de cultivo y de acuerdo a las hectáreas declaradas la mayor proporción de hectáreas afectadas correspondió a pastos destinados a la cría de ganado en 34.4%(376) de los casos, seguido por los cultivos de maíz, plátano y yuca.
71.4%(135) de las personas que presentaron quejas correspondía al sexo masculino y 28.6%(54) de los quejosos fueron mujeres cabeza de familia. Entre niños menores de 10 años y personas de la tercera edad se presentaron los síntomas más fuertes, ya que en el 80% de su superficie corporal (piel) estaba quemada y llena de llagas, padeciendo de igual manera fiebre, escalofríos, sudoración y dolor de cabeza. Además de náuseas, vómitos, tos, heces con sangre, dolores musculares (paludismo).
Todo esto ocurre en nuestro país porque las decisiones son radicalmente políticas, descuidando factores tan relevantes como el de la salud el cual es el único capacitado para prevenir lo que ahora padecemos. Desde que nuestro gobierno cambio el sistema francés de salud (sistema donde el medico iba a su hogar, conocía a su familia y a fruto de esto el trato era más humano y personal, gracias a esto las personas concebían una empatía que generaba una mirada más crítica sobre la salud para la prevención de las enfermedades), por el sistema Norte Americano de la salud ( el medico tiene su centro especializado donde el paciente tiene que transportarse a él, tomar su turno y luego remitirse a su medicamente) es donde se fractura y entra en crisis la salud nacional e internacional.
¿Qué papel cumple una buena comunicación?
La salud ha dejado a un lado la comunicación dedicándose exclusivamente a recetar. Acá es donde la etnografía, epistemología y sociología juegan un papel importante para la sociedad.
Recordemos que estamos en un país multicultural donde cada comunidad tiene sus creencias y modo de ver el mundo. La salud ha pasado por alto este detalle tan crucial a la hora de una buena atención porque según las diferentes concepciones respecto a las curaciones, se juega la manera de como poder romper la barrera médico-paciente y generar unos vínculos armoniosos donde el paciente comprenda un lenguaje más humanizado por el médico y pueda él también tomar medidas al respecto de su enfermedad.
El tema económico también juega un papel que entra en debate, ya que los periódicos y medios masivos de comunicación encuentran soluciones muy poco asequibles para la sociedad promedio.
Conclusiones
El tema psicológico juega el papel más importante en una sociedad que vive en guerra.
Según estudios de médicos sin fronteras, 4.455 personas encuestadas en el sur de Colombia (Cauca, Nariño, Caquetá, Huila, Putumayo) padecen ansiedad y depresión (34%), y según Jiovany Arias de la Universidad de los Andes, el 90% de 208 víctimas de la violencia en Montes de maría sufren de depresión y estrés postraumático.
La comunicación y la salud deberían ir más de la mano cuando de coyuntura se trate, en esta Colombia donde ha vivido más de 60 años en guerra el trato humano no puede ser subestimado. Más de 6 millones de personas afectadas psicológicamente por la violencia donde su tercera parte son niños, ósea el futuro de nuestro país, es donde entra la alerta roja para que el sector social- humano y la rama científica-exacta se aglomeren con el fin no solo de curar al paciente sino también de educarlo.
Posdata: “Puedes juntar a todos los Zuckerberg (creador de Facebook) del mundo pero si los aíslas y no los combinas con las razones, el porqué de lo que están haciendo, tendríamos un mundo muy difícil de manejar”. Dave Csyntian.