Edwin Palma Egea
Vicepresidente
Unión Sindical Obrera - USO
El Instituto Colombiano del Petróleo es el corazón de Ecopetrol, su más importante generador de valor agregado y el instituto que hace la prospectiva de la empresa más rentable del Estado Colombiano. “es responsable en Ecopetrol del desarrollo de fortalezas tecnológicas de negocio mediante la investigación, desarrollo, transferencia y aseguramiento de tecnologías y conocimiento estratégicos para maximizar el valor de la operación y crecimiento óptimo dentro de un marco de desarrollo sostenible.” Pero con dolor hay que decir que acaba de ser feriada y toda su capacidad prácticamente destruida.
El ICP fue, hasta el 20 de febrero de este año, una red de comunidades científicas que han hecho de Ecopetrol la institución nacional líder en investigación e innovación tecnológica del país. Y las razones son tantas como las 65 patentes de invención registradas y las 34 en proceso de registro que han salvado vidas de trabajadores, protegido a comunidades de los efectos dañinos de la industria petrolera y ahorrado miles de millones de dólares con sus invenciones y desarrollo de productos y procesos que mejoran la exploración, explotación, transporte y refinación de petróleo reduciendo costos, mejorando la seguridad y la calidad. Todo esto le suma a la empresa y le significa a la nación ingresos por 473 millones de dólares cada año.
Las cifras eran impresionantes, el ICP operaba en alianza con 20 empresas que emplearon a más de 1000 profesionales y técnicos con los más altos niveles de formación y experiencia, que trabajaban en más de 18 laboratorios 29 Plantas Piloto y un Centro de Información Técnica con más de 120.000 documentos y esto le costaba a Ecopetrol 80 millones de dólares, es decir por cada dólar invertido en el instituto, la empresa ganaba 5.
Como lo dice la empresa el ICP “es responsable en Ecopetrol del desarrollo de fortalezas tecnológicas de negocio mediante la investigación, desarrollo, transferencia y aseguramiento de tecnologías y conocimiento estratégicos para maximizar el valor de la operación y crecimiento óptimo dentro de un marco de desarrollo sostenible.” (Cfr. Presentación de ECOPETROL)
Pero a pesar de todo lo anterior, la dirección del ICP cerró intempestivamente los laboratorios, las plantas piloto, y ahora tiene a sus costosos investigadores y científicos haciendo el trabajo de técnicos y tecnólogos, que no están haciendo reportes a autoridades ambientales, ni análisis de visto bueno y en consecuencia de 16 proyectos de investigación el ICP solo mantiene 4. Y la razón de este desastre político, económico y ambiental, cuyos costos se pueden medir en cientos de millones de dólares, fue impedir la sindicalización de sus empleados que reclamaban de ECOPETROL S.A. lo apenas justo: formalización, empleos directos y libertad de sindicalizarse.
La respuesta de la empresa y del Estado fue la militarización y el despido. Mientras tanto, los empleados despedidos resisten a la entrada del ICP en Piedecuesta (Santander), viendo pasar a diario a los nuevos empleados precarizados, tercerizados y claro no sindicalizados que intentan realizar labores para las que no tienen ni experiencia ni formación.
El ICP es clave para la nación y para el pueblo de Colombia, no solo por sus ingresos, sino por papel en el mantenimiento de la soberanía petrolera del país. Debe seguir cumpliendo su misión, atendiendo las emergencias ambientales, desarrollando tecnologías para aumentar la exploración, explotación y producción de crudo, para facilitar su transporte y garantizar que los combustibles que consume el país sean de calidad y contaminen menos.
Eso solo lo pueden hacer estos hombres y mujeres del ICP, los mejores científicos del país, que llevan hasta 25 años al servicio de Ecopetrol. Comprometidos con su trabajo y con el crecimiento del Instituto. Ningún convenio, ninguna otra fórmula de tercerización, servirán para cumplir con su misión, menos con la Universidad Industrial de Santander, que a pesar de ser pública, no puede convertirse en intermediario vergonzoso para seguir precarizando trabajadores y sobre todo para aplicar la cultura antisindical que reina en Ecopetrol.