El pasado domingo 7 de julio, el repartidor Carlos Andrés Barreto fue ultimado de un tiro en el abdomen por una persona que no soportó que no le diera paso. El problema es que el hombre no podía, por más que trató de explicarle a su agresor que su moto estaba averiada, el otro hombre accionó el arma contra él. Otra muerte que se suma a tantos casos de intolerancia en Colombia.
Los hechos ocurrieron en el municipio tolimense de El Espinal, donde a pesar de haber sido trasladado a un centro médico cercano, el Hospital San Rafael, falleció pocos minutos después. El hombre era padre de familia.
"Algún día voy a estar contigo, por el momento descansa en paz. Yo mientras tanto saldré adelante, y por supuesto poniendo el nombre tuyo en lo alto, te amo. Podré tener cien vidas y jamás merecerte", fue el mensaje que su hijo le dedico por medio de la red social Facebook.
Su agresor iba acompañado de otro hombre y ambos se desplazaban en una camioneta, el alcalde de El Espinal, Wilson Gutiérrez Molina, ofreció hasta 5 millones de pesos a las personas que den información que sea útil para capturar al responsable.
"La vida es un derecho fundamental y estos hechos no se pueden volver a presentar en nuestra ciudad", remarcó el mandatario en declaraciones a un medio regional.
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