Una manera burda y rastrera de hacer oposición es por medio de la acusación. Un tira y afloje entre gobierno y oposición lleva a la necesaria tarea de comprender a qué se alude cuando, por ejemplo, la extrema-derecha califica a Gustavo Petro de comunista o neocomunista, cuando el presidente Petro asume que la extrema derecha es parte de ese capitalismo destructor de la democracia, o cuando, incluso, muchos ciudadanos se atreven a emitir, como simples parlantes esas “acusaciones”.
Por supuesto, que, ser comunista, anarquista, socialista, progresista no está estipulado en el código penal colombiano como un delito, y tampoco, el ser capitalista, neoliberal o liberal. Inclusive hay un calificativo despectivo, la “godarria”, que proviene de godo, para acusar a una parte de la población adherida a las ideas tradicionales de derecha, aunque este calificativo, lo que busca en realidad es desdeñar y destruir la moral de un individuo que se opone a las ideas clasificadas dentro de la izquierda, ser de la “godarria”, ni siquiera es ser de derechas o extremas derechas, ser calificado de esta manera realmente es una descalificación moral, al igual que su opuesto, el "mamertismo", una palabreja utilizada por las derechas más espurias contra los seguidores del Partido Comunista inicialmente, y luego extendida a todo lo que se denomina izquierda, aún sin saber su origen significado. En ese orden de ideas, valdría la pena definir algunos de estos conceptos de manera rápida o tangencial, para que el común de la ciudadanía comprenda qué significa cada una de ellas.
Como no hay suficiente espacio para introducir todo en este artículo, sería iniciará por definir y delimitar que es eso de la derecha y la izquierda, además que diferencias hay entre sus matices de centro y extremas. Por supuesto que, estas líneas apenas delinean algunas características notables de las dos partes conformantes del abanico o espectro ideológico, sin embargo, puede servir para ilustrarnos y animarnos a investigar más al respecto.
Es necesario anotar que la izquierda y la derecha política se originan con la Revolución Francesa de 1789. Durante las sesiones de la Asamblea Nacional, los miembros del cuerpo legislativo se sentaban en diferentes partes de la sala según sus opiniones políticas. Veamos:
Izquierda: Los que se sentaban a la izquierda del presidente de la Asamblea eran generalmente republicanos, antimonárquicos y apoyaban cambios radicales. Eran partidarios de la igualdad, la justicia social y, en muchos casos, la secularización de la sociedad. Entre ellos se encontraban los jacobinos, que promovían una república democrática y la abolición de los privilegios de la nobleza y el clero. Un representante importante de esta corriente fue el señor Maximilien Robespierre.
Derecha: Los que se sentaban a la derecha del presidente de la Asamblea eran generalmente monárquicos, conservadores y apoyaban el mantenimiento del statu quo. Defendían la autoridad del rey, la jerarquía social tradicional y, en muchos casos, la religión establecida. Entre ellos se encontraban los girondinos y otros grupos que abogaban por una monarquía constitucional o reformas más moderadas. Lo anterior no significa que fueran partidarios del absolutismo, pero, como se dijo anteriormente, eran moderados. Jacques Pierre Brissot fue uno de sus más relevantes representantes.
Con el paso del tiempo, estas categorías se fueron transformando para representar un espectro mucho más amplio de ideas políticas, las izquierdas, generalmente, abogan por las ideas progresistas, la justicia social, los derechos de los ciudadanos, mientras que las derechas, propugnan por la estabilidad, el orden establecido, las tradiciones, el libre mercado y muy especialmente la autoridad y la jerarquía. Si bien en cada nación ser de derecha o izquierda puede tener variación, se podría aceptar que, en líneas generales, estas posturas políticas tienen unas características más o menos aceptadas en todas las organizaciones que se denominan así.
Las derechas, entonces, son conservaduristas, o sea, tienden a valorar la tradición, la estabilidad y el orden social. Prefieren mantener las estructuras y normas existentes en lugar de promover cambios radicales; además, han sido protectores del libre mercado, aunque ha habido derechas proteccionistas; es nacionalista, o sean enfatizan en la defensa de la soberanía nacional, la defensa de los intereses nacionales, en estas épocas críticas, muchas de ellas son defensoras de las políticas antiinmigración y aúpan por defender los valores tradicionales del país; se puede aceptar también a la derecha como defensora de la autoridad y el orden, valoran el cumplimiento de la ley y el orden público; suelen apoyar políticas que refuercen la seguridad y la disciplina social, incluyendo un fuerte sistema de justicia y fuerzas de seguridad robustas; son moderadas e inclusive escépticas ante el cambio social, cautelosos frente a las reformas sociales y culturales, normalmente se oponen a cambios rápidos en cuestiones de género y sexualidad, y aspectos diversos de la vida social.
Por otro lado, las derechas enfatizan la responsabilidad individual, la autosuficiencia y la libertad personal. Creen que las personas deben tener la libertad de tomar sus propias decisiones y asumir las consecuencias de sus acciones, y no puede faltar de ninguna manera su posición frente a la religión y valores tradicionales, ya que, en muchos casos las derechas políticas se han encontrado alineados a los valores religiosos y morales que sostienen la tradición, y de ahí se desprende la defensa de la familia heterosexual, la educación y la vida personal.
En la actualidad, las ideas libertarias se incrustan en el ala derecha del abanico ideológico y en América Latina, sus ideólogos son fuertes en la industria editorial, un caso exitoso es Agustín Lajé, quien en su best seller Generación Idiota, expone este tipo de ideas, que tiene, como la mayoría de los textos de esta línea política la tarea de combatir el progresismo y el marxismo cultural (Schuster en Nueva Sociedad, mayo de 2023). No es para nada menospreciable la influencia de este autor, ya que, además de la citada obra, otras como La batalla cultural y El libro negro de la nueva izquierda se han sabido posicionar en el mercado que, hasta hace algunos años era reticente a publicarlos por sus posturas radicales y extremas (Schuster en Nueva Sociedad, mayo de 2023).
En Colombia, ha habido importantes representantes de la derecha política como Laureano Gómez, su hijo Álvaro Gómez, Plinio Apuleyo Mendoza, Alejandro Ordóñez Maldonado, Paloma Valencia, Fernando Londoño Hoyos, Álvaro Uribe Vélez, Iván Duque Márquez, María Fernanda Cabal, Oscar Iván Zuluaga Escobar o Francisco Santos y Andrés Pastrana Arango por nombrar solo los que vienen a la memoria.
Con las izquierdas políticas ocurre exactamente, lo mismo que con las derechas, no se puede unificar en una sola categoría, por lo tanto, decir derecha o izquierda es conceptualmente erróneo, nada más observar en nuestra selva política ideológica, que el MOIR (Dignidad) de Robledo y Pedraza es un tipo de izquierda muy diferente a las ideas progresistas de Gustavo Petro, al punto, de que, muchos exMOIR niegan que el progresismo petrista sea de izquierdas y que, inclusive le “acusan” de neoliberal. Este es tema para otro artículo.
Las izquierdas, entonces, concuerdan, a nivel general en que, buscan reducir la desigualdad social y económica, proponen la redistribución de las riquezas, defienden los llamados impuestos progresivos, servicios públicos universales y programas de bienestar social; defiende de manera enfática la justicia social, o sea, los derechos de las minorías como por ejemplo la igualdad de género, los derechos de las comunidades LGBTQ+ y la eliminación de cualquier tipo de exclusión y discriminación.
Creen las izquierdas en el intervencionismo estatal sobre la economía, con el fin de corregir desequilibrios y garantizar el bienestar de toda la población, más allá de su posición socioeconómica, aunque enfatiza en la población más vulnerable; incluye lo anterior, por ejemplo, la regulación de mercados, nacionalización de renglones económicos fundamentales, la provisión de servicios públicos.
Contrario al ala derecha del abanico que se contenta con una democracia representativa, el ala izquierda se centra en la democracia participativa y popular, donde la ciudadanía está habilitada más allá de las urnas para la toma de decisiones que les beneficiará. Los referendos, la ciudadanía en las calles generando presión, las constituyentes populares son parte de este ideal hiperdemocrático. Cabe destacar que, para las derechas, este tipo de democracia genera temor y desconfianza, y, por lo tanto, quien se atreve a aupar a la ciudadanía para que se sume a la participación, es criminalizado y atacado con gran virulencia. Lo hemos visto en países como Colombia y México. López Obrador y Petro son un ejemplo tangible del ataque y acusación de las derechas en su contra, por tener ellos en el pueblo, sus bases políticas de avanzada y su soporte en las calles y su activismo político constante. Politizar la ciudadanía es consecuencia de este tipo de democracia, y ello a los enemigos del Cambio les genera prurito, temor y terror.
La defensa de los derechos laborales es otro punto expuesto por las ideas izquierdistas. La defensa de los trabajadores, la solidificación de los sindicatos que promueven mejores condiciones laborales, protección social y salarios justos son parte del ADN de las izquierdas; la sostenibilidad ambiental que es de alguna manera, una idea un poco más reciente, es apropiada por algunas de estas tendencias, aunque no todas están decididas a aceptarla producto de las visiones economicistas de algunas izquierdas.
el antimilitarismo en la actualidad es importante, aunque, no es exclusiva de ella, ya que algunas ideas de centro derecha, también la adoptan; el secularismo, que defiende la laicidad y separación entre Estado e iglesia siempre ha estado dentro del grupo de aportes ideológicos izquierdistas. Esta postura ha sido especialmente neurálgica, pues, las tendencias derechistas la utilizan para hacer ataques contra esta, tachándola siempre de atea y enemiga de Dios. Ya sabemos lo que esto significa en un medio como el latinoamericano y los políticos del otro espectro saben utilizar sus estrategias para generar rechazo de parte de la población creyente.
Hay un énfasis en el apoyo solidario de la comunidad y en políticas que ayudan a construir y fortalecer el tejido social y la promoción de la cohesión comunitaria.
Y bueno, la característica infaltable; las izquierdas son críticas del capitalismo, aunque no todas ellas son tan anticapitalistas como se pudiera creer. Critican eso sí, las injusticias y desigualdades inherentes al sistema capitalista, y proponen alternativas como la moderada humanización del capitalismo desde las ideas progresistas, o un modelo socialista democrático, y/o también está la promoción del comunismo.
En Colombia, las figuras representativas de la izquierda van desde los políticos liberales, socialistas, progresistas y comunistas hasta intelectuales de estas mismas tendencias. Los más reconocidos son: María Cano, Betsabé Espinel, Jorge Eliécer Gaitán, Gabriel García Márquez, Antonio García Nossa, Jaime Pardo Leal, Jorge Enrique Robledo, Francisco Mosquera, Bernardo Jaramillo Ossa, Carlos Gaviria Díaz, Rodrigo Londoño, Gerardo Molina, Carlos Lozano, Aida Avella, Aurelio Suárez Montoya y por supuesto, Gustavo Petro Urrego, actual presidente de la república. Cabe destacar que estos personajes se encuentran en constante tensión por pertenecer a tendencias de izquierda disímiles y, en muchas ocasiones, en franca pugna ideológica, oposición virulenta entre dichas tendencias.
En la América Latina, existen teóricos de izquierda importantes, pues, alimentan constantemente sus ideas, manteniéndolas a tono con los tiempos. El boliviano Álvaro García Linera es un ejemplo, pero, también, Boaventura de Soussa, quien con sus epistemologías del sur y su sociología de las ausencias y las emergencias ha dado un puntal de muy alto nivel a las ideas de izquierda en el Sur del Mundo, además de promover la interculturalidad y la plurinacionalidad. Sin duda alguna, existe una pléyade de personajes que ayudan a mantener vigentes estas ideas.
No se puede terminar este artículo sin hacer una distinción muy tangencial entre derecha, centro derecha y extrema derecha. Ya hemos podido divisar que la derecha posee un enfoque conservador en términos sociales, económicos y culturales, valorando la tradición, el orden y la autoridad, encontramos también la centro derecha, más moderada y aunque es menos conservadora, mantiene algunos de sus principios; la extrema derecha adopta posturas radicales y autoritarias frente a las dos antes citadas, enfatiza, a menudo la defensa nacionalista, rechaza el multiculturalismo y la diversidad de identidades, normalmente auspicia una cultura homogénea.
En lo económico, si la derecha, como ya se dijo, defiende el libre mercado y las política fiscales que favorecen a las empresas y al sector económico, la centro derecha, sin renunciar a este, podría estar más abierta a regulaciones moderadas y a políticas de bienestar social limitadas, y finalmente, la extrema derecha, apoya políticas proteccionistas y nacionalistas, a veces combinadas con elementos de intervención estatal para proteger los intereses nacionales y reducir la globalización.
A nivel social, ya se dijo que la derecha defiende los valores tradicionales y religiosos y se pueden oponer a cambios sociales como el aborto, los derechos sexuales de comunidades LGBTQ+ o a la legalización de las drogas, por su parte la centro derecha, si bien sigue enfatizando en los valores tradicionales y la estabilidad social, podrían, en algún momento, ser más moderados y tolerantes en cuestiones sociales; y la extrema derecha, suele ser más restrictiva en cuanto a derechos civiles y políticas sociales, con una fuerte oposición a la inmigración, multiculturalismo y políticas de inclusión social que perciben como amenazas a la identidad nacional.
Las diferencias entre izquierda, centro izquierda y extrema izquierda son las siguientes. Ya se dijo que la izquierda defiende la justicia social, busca reducir la pobreza proveyendo derechos laborales a los trabajadores, promueve los derechos, la igualdad social y económica, además de aupar para el acceso a servicios públicos, educación y salud. La centro izquierda defiende algunos principios de igualdad y justicia social, sin embargo, busca equilibrar la eficiencia económica con la equidad social y la extrema izquierda, busca transformaciones estructurales profundas en la sociedad y la economía. Suele criticar el sistema capitalista como intrínsecamente injusto y explotador.
A nivel económico, la izquierda aboga por una intervención estatal más activa en la economía para regularla y promover el bienestar social. Puede apoyar impuestos progresivos, políticas de bienestar social y la propiedad pública en sectores estratégicos. la centro izquierda promueve políticas económicas mixtas que combinan el mercado libre con regulaciones estatales para proteger a los trabajadores, fomentar la inversión en educación y salud, y reducir la pobreza y la extrema izquierda .está de acuerdo con la nacionalización de las industrias más importantes, la abolición del sistema financiero tradicional, una redistribución radical de la riqueza y podría defender sistemas económicos alternativos como el socialismo y el comunismo.
Por último, a nivel social, la izquierda suele apoyar políticas progresistas en temas como los derechos LGBTQ+, la igualdad de género, los derechos reproductivos y la multiculturalidad, la centro izquierda podría adoptar posiciones más moderadas en temas sociales, aunque generalmente apoya políticas progresistas en derechos civiles y sociales y finalmente, la extrema izquierda adopta posiciones muy progresistas en temas sociales, apoyando la igualdad de género, los derechos LGBTQ+, la justicia racial y étnica, y la defensa de los derechos de las minorías. Estos últimos promueven cambios revolucionarios y profundos.
No hay espacio para definir el centro. Sin embargo, se ha abordado un poco los dos centros del espectro como son la centro derecha y la centro izquierda. Estas lo que hacen es permitir un equilibrio entre las propuesta de izquierda y derecha asumiendo posturas ideológicas moderadas y pragmáticas que sean aceptadas por la mayoría de la población, sin generar polarización ideológica y proponiendo desde sus ideas, consenso. Los partidos de centro político pueden contribuir a la estabilidad, la gobernabilidad y la cohesión social, facilitando el diálogo y el consenso en la formulación de políticas públicas.
En otros espacios expondremos otras categorías muy usadas en la política colombiana de manera despectiva o peyorativa. Por lo pronto, espero sea suficiente esta breve exposición.
Hasta la próxima.
ADENDA: Hoy por hoy todo el mundo se pregunta si ante la crisis que vivimos en el mundo, las categorías derecha e izquierda siguen siendo vigentes. Creo que sí, de todos modos, valdría la pena hacer un análisis pormenorizado sobre la nomenclatura política, porque, en este siglo XXI las ideas son cada vez más difusas y los límites de dicha nomenclatura se podrían confundir entre ese mar de nuevas maneras de abordar las ideas políticas.
REFERENCIAS
Schuster, M. (mayo 2023). Los nuevos bestsellers de la derecha «sin complejos». Entrevista a Ezequiel Saferstein. En Nueva Sociedad. Enlace: https://www.nuso.org/articulo/libros-derecha-libertarios/