La historia de este viñedo de donde sale el vino que llega a Colombia con el sello de Quinta las Cabras es tan antigua como la independencia política de Chile. Hace 200 años, en 1824, el militar y político chileno Francisco Ignacio Ossa le compró una gigante hacienda de 680 hectáreas puesta al lado del río Cacahopal, a Manuel Blanco, quien tuvo una destacada participación en la guerra de independencia de Chile y Perú y fue nombrado Presidente.
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Francisco Ignacio Ossa quería el terreno como un regalo para su primogénito Gregorio. El negocio incluía una vieja casona, un extenso sembrado de vid, los barriles de roble y las bodegas de añejamiento. La familia Ossa conservó la antigua casa que se convirtió en la insignia del negocio familiar. Ossa le cambió el nombre a la hacienda y al viñedo. Los bautizó La Rosa.
Ossa y las generaciones que le siguieron se propusieron montar una productora de vino a gran escala. Pero el impulso del negocio llegó por cuenta de Recaredo Ossa Undurraga, tataranieto del general Ossa y además sobrino por el lado materno de Francisco Undurraga Vicuña, fundador del Viñedo Undurraga, que se convirtió en una de las marcas de vinos más populares de América Latina. Traía el negocio del vino en la sangre.
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Recaredo Ossa, a quien llamaban ‘don Reca’, fue el patriarca de la quinta generación. En sus manos se crearon las empresas filiales de la familia y se extendieron los negocios e inició un agresivo plan de exportaciones a América Latina. En 1987, a los 82 años se retiró del negocio y le entregó el manejo a su único hijo Ismael Ossa Errázuriz quien tomó las riendas de Viña La Rosa. Heredó el olfato de negociante de su padre y fue él quien creó el sello Quinta las cabras que se vende masivamente en los supermercados D1 en Colombia.
La unión comercial entre D1 y los chilenos se dio en 2009, casi desde el arranque de la línea de mercados de bajo costo que trajo a Colombia otro chileno: Michael Olmi, quien también se inventó Justo & Bueno. Olmi buscó a los representantes del viñedo La Rosa para que le fabricara vinos exclusivos para D1, hoy en manos del grupo Santo Domingo, con la condición de ser económicos y de calidad. Así nació entonces la marca Quinta Las Cabras.
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Con la muerte de Ismael Ossa en 2021, el grupo empresarial, que completa la séptima en manos de la misma familia tomó las riendas del viñedo que entonces producía 6 millones de botellas al año, Benjamín Ossa Prieto. Este gran volumen es precisamente el que permite los precios económicos como el que ofrece D1 de $ 20.000 la botella, con lo cual se ha podido también generalizar el consumo que hasta hace unos años era ajeno a muchos colombianos. La viña Quinta as cabras puso el vino en la mesa de muchos colombianos.