Anualmente se celebra en Suiza la conferencia internacional del trabajo. Espacio donde representantes de los gobiernos, los empresarios y los trabajadores abordan las distintas problemáticas del mundo laboral desde la segunda guerra mundial.
Han sido significativos los avances y conquistas para los trabajadores del mundo expresados a través de sus normativas , convenios , recomendaciones y resoluciones en garantizar los derechos de los trabajadores en todo el mundo, lo mismo que su sanción.
Nuestro pais como miembro dela Oit asiste a estas conferencias con delegados de cada uno de los actores que hacen parte de la Oit.
En representación de los trabajadores del país han asistido delegados de las confederaciones sindicales. Pero teniendo en cuenta la baja cobertura de afiliación de los trabajadores del país , la mayoría de trabajadores desconoce de los desarrollos de la Oit , y menos del papel de sus representantes.
En consecuencia en los últimos decenios se ha cuestionado el papel de estos representantes, como se eligen, que papel desempeñan, y que rendicion de cuentas hacen al país sobre la representación que tuvieron en los espacios oficiales de la Oit.
Si bien es a los afiliados de estas organizaciones a los que corresponden velar y vigilar las actuaciones de estos representantes , teniendo en cuenta la autonomía sindical , también es cierto que dada su calidad de representación de un país ante una organización de la Onu debería de existir una veeduria oficial y/o ciudadana para examinar el trabajo realizado.
Uno de los aspectos que más se ha cuestionado es lo relativo a la democratizacion de la representación, en el sentido que no sean siempre los mismos asistentes, que podría dar lugar a una sospecha de turismo sindical, y que sean trabajadores activos, y no pensionados como nuevamente ocurrió este año.
Otro aspecto que llama la atención es que en la agenda de la Oit no se aborde el problema del trabajo decente y la meritocracia en el sector público, sobre todo en países como el nuestro donde la paralaboralidad es el común denominador que violenta la democracia, y los derechos laborales de las personas que ingresan a trabajar con el estado, lo mismo que la igualdad de oportunidades