En la Escuela de Cadetes General Santander ascendieron 302 oficiales de la Policía el pasado 11 de mayo. 30 llegaron al rango de coronel, 109 se convirtieron en tenientes coroneles, 45 pasaron a mayores, 60 a capitanes y 58 a lograron ser tenientes. En la tarima estaban como altos mandos el ministro de Defensa, Iván Velásquez y el director de la Policía, William René Salamanca. Faltaron el presidente Gustavo Petro y sus populares discursos de paz y seguridad cuando les habla a los uniformados.
Abajo, al frente de la tarima, en el extenso pastal bien podado estaban los policías vestidos de gala y armados con su sable que serían ascendidos. En aquel grupo también faltaba uno. Estaba vacío el puesto del teniente coronel Carlos Feria, el policía que cuida todos y cada uno de los movimientos de Gustavo Petro y que ese día pasaría al grado de coronel.
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El coronel Feria, hoy llamado a juicio por la Fiscalía por el caso de las chuzadas de la niñera de Laura Sarabia, Marelbys Meza, que forzó su salida del cargo de jefe de gabinete de gobierno, estaba en Ipiales, Nariño, cuidando al Presidente, responsabilidad que tiene desde la campaña. Asumió el rol en febrero de 2022, meses antes de darse la primera vuelta de las elecciones presidenciales. Feria estaba como comandante de Buga, en el valle del Cauca y Petro, quien lo conoce desde que fue alcalde de Bogotá y quien le tiene toda la confianza, lo solicitó al gobierno Duque para que fuera jefe de seguridad suyo en campaña. Luego lo mantuvo en la Presidencia.
Que hacía Petro en Nariño mientras en Bogotá se daba el ascenso de uniformados
Mientras los 301 policías cambiaban de grado, formados bajo el sol picante de Bogotá, en medio de una aburrida y larga ceremonia, Petro estaba en el suroccidente del país. El presidente llegó como invitado al encuentro de varias comunidades indígenas, a quienes, antes de arrancar para Suecia donde el participa en el Foro ‘Paz, Reconciliación y Derechos Humanos’, les prometió planes para mejorar el desarrollo de sus comunidades. Y su escudero Feria estaba, como siempre, a su lado.
El ascenso del coronel Feria será individual y en una reunión privada en la casa de Nariño, mientras el juicio de la Fiscalía avanza. Está acusado de los delitos de constreñimiento ilegal, abuso de función pública y peculado, sindicado de haber ordenado el uso del polígrafo para fines privados como se dio en el caso de la niñera del hijo de la entonces jefe de gabinete Laura Sarabia por un episodio familiar como fue el extravío de dinero en el apartamento de la mencionada Sarabia. Dos subalternos de Feria, el capitán Elkin Augusto Gómez y el intendente Jhon Alexander Sacristán también están vinculados penalmente al caso.
La confianza del Presidente en Feria es inquebrantable. Como lo es también la que le tiene al exsenador Armando Benedetti quien también está investigado por la Corte Suprema de justicia en materia grave por presuntos actos de corrupción que han derivado en delitos de Justicia por los delitos de enriquecimiento ilícito, cohecho y concierto para delinquir, a quien el Presidente no dudó en nombrar primero embajador en Caracas y hace poco ante la FAO en Roma. Su encuentro en Estocolmo, en la reunión del Presidente con los embajadores en Europa hizo nuevamente evidente esa cercanía.
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Carlos Feria no ha dejado de ser la sombra de Gustavo Petro. Con la seriedad que lo caracteriza, aprendió ese oficio mientras lo cuidaba como alcalde y luego a la distancia lo seguía protegiendo como comandante de Policía de Chía, donde está localizada su residencia familiar.
Igual que ocurrió con el teniente coronel Carlos Feria, al grado de coronel fueron ascendidos 29 uniformados, con lo cual el general William René Salamanca, otro de los de plena confianza del Presidente va consolidando la línea de mando con oficiales cercanos a él.
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