El sistema de salud en Colombia ha estado en cuidados intensivos a lo largo de más de 30 años1, y cada vez más asfixiado por la corrupción, los sobrecostos con irregularidades en los pagos entre los servicios prestados, la intermediación de las EPS u operadores (regímenes de excepción) y las ineficientes intervenciones que sufren los hospitales que a veces quedan en peores condiciones en muchos de los casos.
El Chocó, un departamento históricamente aislado, ubicado en el andén del Pacífico, presenta unas particularidades de infraestructura, acceso carreteable, necesidades básicas y conectividad, históricamente marcadas2, y que aún hoy en día son el clamor de la comunidad.
No es ajeno entonces conocer que los entes de salud con los que cuenta el Chocó son aparte de básicos, obsoletos o con entidades abandonadas. Es aún más preocupante que los niveles de atención se limitan casi que a puestos de salud en algunos municipios o corregimientos, en hospitales de primer nivel en casi todas las capitales provincianas.
Por otra parte, el único Hospital departamental de segundo nivel es el de la capital Quibdó, que aparte de haberse quedado en el pasado por su tamaño y limitación espacial de crecimiento, este ha sido intervenido3 por más una década, pero no se le ve mejoría, al menos desde la parte financiera y en el pago al recurso humano.
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En Istmina, es la capital la provincia del San Juan, donde confluye todas las personas que son más de 98 mil habitantes4 , al ser una ciudad de tránsito fluvial y carreteable, alberga la única entidad financiera que es el Banco de Bogotá; comercialmente tiene una gran generación de ingresos en cuanto a productos de la canasta básica familiar, licores, provisión de gasolina, pipetas de gasas, entre otros.
Hace ver entonces no solo la relevancia de Istmina, sino de contar servicios y un portafolio de servicios básicos, entre los cuales debe de estar el sistema de atención en salud de este. Recientemente, el gobierno nacional anunció la asignación presupuestal para un Hospital de segundo nivel para Istmina.
Mientras este llega, existe unos desafíos con el actual hospital y su gestión que sigue en deuda: No solo con los pasivos a EPS que incluso han funcionado como interventoras, autogenerándose cobros de servicios mientas intervenían el hospital, según informe de ministerio de salud5, pendientes de pagos al recurso humano, entre otras.
Temas como la humanización del servicio, y ser un hospital con manejo eficiente de los recursos que propenda a la generación de recursos aprovechado sus espacios inutilizados generando nuevos servicios y que pretenda llegar a estándares de calidad son temas claves para generar un ambiente acogedor y de confianza en la salud de la población.
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La apuesta es entonces hacia una gerencia eficiente, eficaz, cercana y que le apunta a la excelencia operativa. Se busca entonces una agenda humanizada con protocolos que lleven a la capacitación del recurso humano en el trato a la atención del paciente, a la educación del paciente al trato adecuado con el personal que atiende su salud, generando una relación de doble vía que genere respeto y trato cálido, unas instalaciones humildes, pero con condiciones de pulcritud y dignidad para la atención.
Adicionalmente, una gestión eficiente, trasparente y eficaz de los recursos, subsanado las obligaciones que generan altos intereses y que en últimas generan detrimento de los recursos administrados, buscar acuerdos de pago para cumplir con las obligaciones con EPS u Operadores (regímenes de excepción), con el personal llegar a generar concertaciones para determinar tiempos y mecanismos de carteras pendientes.
Una gestión retadora buscará la autogestión de las instalaciones, sostenibilidad ambiental de manejo de residuos hospitalarios y de basuras, servicios prestados, sistemas internos de gestión y recursos tecnológicos con los que se cuenta para cumplir a cabalidad con los estándares de habilitación, actuando hacia un PAMEC (Programa de auditoría para el mejoramiento de la Calidad) generando una seguridad en la atención de los pacientes y unos altos estándares de calidad que busque la acreditación.
La cooperación es con el relacionamiento internacional permitirá jalonar recursos o equipos biomédicos para dotar de equipos nuevos en servicios existentes o nuevos servicios. Con entidades nacionales del orden público o privado buscar recursos, insumos para dotar nuestros servicios.
Estas acciones permitirán un manejo integral del hospital, sin embargo, hará falta pensar en un sentido de pertenencia para liderar, ser inspirador y atraer el espíritu de trabajo en equipo y lograr los objetivos propuestos. Considero que estamos para servir.
*Odontólogo, especialista en Gerencia de Instituciones de la Salud - EAFIT