“Los viejos no son capaces de aprender cosas nuevas, son improductivos, no pueden con la tecnología…”, son algunos de los prejuicios sobre los mayores.
Cerca de 5 millones de colombianos tienen hoy más de 65 años de edad. Los compatriotas mayores serán cada vez más numerosos. ¿Qué pasará con su calidad de vida? ¿Trastos viejos o personas útiles a la sociedad, productivas, relevantes?
Los debates sobre la reforma pensional han dejado claro que Colombia se encuentra en una transición demográfica profunda que cabe en una afirmación sencilla: mientras en 1950 los mayores de 65 sólo representaban el 3,2 % de la población, 100 años mas tarde, en 2050, la franja de los mayores de 65 será de alrededor del 20 %. Y al final del siglo será cercana al 35 %. Hoy, de hecho, es del 9 %, es decir, unos 4,7 millones. *
Prácticamente, uno de cada diez colombianos será mayor de 85 años a finales del siglo mientras en 1950 solo uno de cada mil llegaba a esa edad.
En pocas décadas Colombia será un país con muchas personas mayores. Aunque la población total empezará a decrecer a medidos del presente siglo (llegando a unos 57 millones de habitantes), en el 2100 será de 46 millones. Significa que 16 millones, para esa fecha, serán mayores de 65 y que más de 4 millones de ellos tendrán mas de 85 años.
Desde el punto de vista de la sostenibilidad del sistema pensional, que no es el propósito del presente artículo explorar, la consecuencia es clara: el número de personas que conforman la población económicamente activa, contrastado por el número de adultos mayores, se comprime en forma dramática. El diseño de un sistema pensional que sea sostenible no puede pasar por alto la estructura demográfica venidera.
Las preguntas que me surgen se encarrilan en otra ruta: la de la calidad de vida de los millones de colombianos mayores del futuro... y de ahora.
Sí, la gente vive más años. Sin embargo, aún bajo el supuesto de un sistema pensional financieramente sostenible, ¿se trata de añadir años a la vida o vida a los años? ¿De qué sirve que la esperanza de vida aumente si los mayores se convierten en personas deprimidas, irrelevantes, tratadas como trastos viejos, es decir inútiles?
Los prejuicios frente a los mayores son norma social. Una señal, emitida por ignorancia, fue la de enclaustrar a los “abuelitos” durante la pandemia, refiriéndose a los mayores de 70 años que, por supuesto, no pudieron no sentirse ofendidos.
Cinco prejuicios generalizados sobre los mayores:
- No son capaces de aprender cosas nuevas.
- Son lentos y menos productivos.
- Son frágiles y suelen enfermarse.
- Están desconectados de la realidad moderna, particularmente de la tecnología.
- Son inflexibles y resistentes al cambio.
Es obvio que, estadísticamente, la muerte está más cercana para los mayores y que las enfermedades acechan. No obstante, cada uno de los prejuicios pueden ser desmontados. Tema para varias columnas.
Contienda presidencial en EE. UU. entre dos octogenarios, conciertos de los Rolling Stones, cuya Satisfaction completa el año entrante 60 años, con un Mick Jagger de 80
Quienes deben superar los desafíos, incluidos los prejuicios, son las mismas personas mayores. De hecho, muchos lo están haciendo. Famosos o anónimos, son relevantes por sus acciones. Basta ver la contienda electoral presidencial en los Estados Unidos entre dos octogenarios, los conciertos de los Rolling Stones, cuya Satisfaction completa el año entrante 60 años, con un Mick Jagger de 80. También la vida silenciosa y productiva de millones de mujeres y hombres anónimos que, por decisión o por necesidad, viven más activos que congéneres menores.
El reto está en otorgar más vida a los años y no vieceversa.
*Una visión del país, S. Montenegro, Red Vistage, Marzo 2024.
X: @rafaordm