Mitos sobre La Guajira

Mitos sobre La Guajira

“Lo que no se conoce no se puede gobernar”

Por: Mauricio Ramirez Alvarez
abril 30, 2015
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Mitos sobre La Guajira

La Crisis Humanitaria de La Guajira es cierta, es imposible tapar el sol con las manos, se vive a diario, se siente en la piel y el alma de sus habitantes, pero lo grave de la crisis no es que exista sino no saber el tamaño de la misma y por lo tanto saber que todas las acciones que se tomen para remediarla resultan siempre insuficientes o de bajo impacto.

Dice un viejo adagio chino que “Lo que no se conoce no se puede gobernar”, y en el caso de La Guajira, igual a como se repite en muchas regiones de Colombia, esto es definitivamente cierto.

No se sabe cuál es el tamaño o dimensión de la problemática del Departamento, empezando porque no se sabe a ciencia cierta cuantos indígenas hay en La Guajira, porque como en muchas otras regiones de Colombia, sus ciudadanos quedaron mal contados y por lo tanto oficialmente muchos guajiros oficialmente no existen para el Estado Colombiano.

Muchos periodistas y medios de comunicación con fines de elevar rating han salido a generalizar muchas cosas de La Guajira, manejan cifras erradas, cran zozobra donde no existe y esto lo que hace es desdibujar la verdadera problemática del Departamento, tratando de achacar responsabilidades a personas concretas sin entender que muchos de los problemas son multi causales, algunos son históricos y otros son estructurales porque es así como funciona nuestro sistema político nacional, en un Estado donde las inequidades son el pan década día.

Varios medios de comunicación y periodistas han repetido hasta la saciedad que en el Departamento han muerto 14.000 niños por desnutrición, hecho que no es necesariamente cierto, los estudios que hizo Planeación Departamental de La Guajira señalan que entre 2008 y 2013 (cifras DANE), murieron oficialmente 2.969 niños menores de cinco años (faltando los subregistros de casos no identificados), de los cuales 278 correspondieron a muertes plenamente identificadas por desnutrición, los restantes 2.691 casos corresponde a otras causas de muerte (que incluyen accidentes, mordeduras de serpiente, homicidio, etc.), pero muchas otras que aunque se identificó a otras patologías, posiblemente hayan estado relacionadas a casos de desnutrición crónica, de las cuales muchas podían haber sido tratadas si los servicios de aseguramiento de la salud (EPS) hubieran asumido sus competencias como lo consagra la ley, pero desafortunadamente en La Guajira el sistema de salud pública es exactamente el mismo que existe en Bogotá, en Medellín, en Pasto o en la Amazonia, no funciona y es un problema nacional.

Si a esto le sumamos las muertes fetales, que en el periodo 2008- 2013 fue de 1.202 casos, daría la escandalosa cifra de 4.171 niños y niñas desde la gestación y hasta los 4 años que han muerto oficialmente en La Guajira.

Que hayan muerto 14.000, 4.171, 2.969, 278 o uno solo es grave, eran vidas humanas, niños a los cuales se les debía proteger sus derechos por mandato constitucional, pero que por múltiples variables no se hizo con la trágica consecuencia de su fallecimiento.

¿Y LAS ACCIONES, QUE?

Señalan algunos periodistas y muchos ciudadanos que desconocen la región que no se hace nada, cosa que no es cierta, siempre ha existido acciones y se impacta mucha población, el problema es que estas accione son llegan a todos, como pasa en otras tantas regiones del país, pero si se hacen muchas cosas, de no ser así, y dadas las condiciones del Departamento, la fuerte y prolongada sequía, la escases de alimentos, la pobreza extrema y muchas otras variables que tratare de mencionar a continuación, la mortalidad de niños seria devastadora.

Muchos niños están siendo atendidos y están lejos de morir por esta “enfermedad social”, porque el hambre es desafortunadamente una enfermedad social que se genera en sociedad desiguales.

El ICBF ha incrementado en forma importante sus acciones, el Departamento y los Municipios han desarrollo muchas acciones, el Gobierno nacional también ha intervenido para atender la crisis, el problema es que como ya mencione, sino se sabe cuál es la población en riesgo, estas acciones tienden a quedar cortas y no llegan a toda la población.

El bienestar y la garantía de derecho debe ser universal, un derecho de todos, y no para una parte de la población, sea esta el 30%, 50% o 90% de la población, si parte de la población queda desprotegida, hay claramente injusticia social.

LAS CAUSAS DE LA CRISIS

1. El Semidesierto, La Sequía y el Cambio Climático: El 80% del Departamento de La Guajira, está conformado por lo que en la región se conoce como la Media y Alta Guajira y que aglomera 6 de los 15 municipios existentes y que está representado, con excepción de Dibulla, por un semidesierto con baja capacidad para producir alimentos, escasa pluviosidad (escases de lluvias) y la ausencia de ríos y arroyos permanentes. Paradójicamente en esta difícil región vive el 78% de la población del Departamento, representada en si mayor parte por población indígena rural dispersa.

Esta zona, siempre ha sido un semidesierto, así la describen los cronistas españoles durante el descubrimiento, conquista y colonia, por lo tanto, los guajiros han aprendió a lidiar históricamente con él, no en vano se le dice a los Wayuu “Hombres de Arena”. Esto no quiere decir que vivir en el desierto sea fácil, sino todo lo contrario, solo el pueblo wayuu es capaz de hacerlo, las temperaturas, la radiación solar, la ausencia de lluvias, las largas sequias, la ausencia de recursos naturales, siempre ha sido el pan de cada día, pero en los últimos años, la vida en esta región se ha vuelto más y más difícil, los periodos de sequía se han prolongado cada día mas, llegando a casos de hasta tres años sin llover en muchas zonas, presentándose una paradoja, pese a las elevadas temperaturas y escases de agua, en esta región nunca se generan incendios forestales por una sencilla razón, no hay suficiente masa vegetal que quemar.

A causa del Cambio Climático, esta región se ha visto expuesta adicionalmente a largos periodos de sequía de hasta tres años continuos, lo que ha generado que las fuentes naturales y artificiales como lagunas, grandes reservorios y jagüeyes se sequen y que los pozos profundos y artesianos comiencen también a secarse por descenso del nivel freático al no haber recarga en el suelo del preciado líquido.

La Guajira en la región media y alta Guajira tiene más de 3.000 grandes reservorios, represas y jagüeyes construidos por el Departamento y los municipios (para los que se preguntan dónde esta los dineros de las regalías, aquí esta parte de la respuesta), pero estos cuerpos de agua adolecen de falta de mantenimiento (para los que no lo saben con recursos de regalías no se podía hacer mantenimiento porque la norma antes exigía que solo se podía hacer la inversión inicial mas no hacer mantenimientos periódicos por que estos se asumían como gastos de operación lo cual estaba y aun hoy está prohibido.

Aunado a esto se debe generar las alertas porque la franjan que divide el semidesierto de las zonas que podríamos llamar fértiles se ha ido rompiendo y la desertificación poco a poco viene ganando terreno. Una causa, entre muchas, está en la tala indiscriminada del bosque protector y las largas sequias, más el pastoreo indiscriminado que hay en la región.

La Fundación Humboldt estima que en la media y alta guajira se ha perdido el 95% del bosque natural a causa de la tala realizada por cientos de años por la misma población indígena, tala que hace para poder atender sus necesidades naturales como generar carbón vegetal para poder preparar sus alimentos, construir sus viviendas, etc.

2. Error censal y rápido crecimiento de la población.

En la totalidad del Departamento residen numerosas colectividades procedentes de diversas culturas, los Wayuú que son mayoritarios, los indígenas serranos (wiwa, kogui, arhuaco y kankuamo), los afrodecendientes, los grupos minoritarios árabes, los “criollos” (con sus diversidades sociales y territoriales internos), blancos y mestizos. También hay presencia del pueblo Zenu e Ingas que se han asentado en el territorio producto del desplazamiento forzado de sus regiones.

En cuanto a la cantidad de indígenas que habitan en el Departamento de la Guajira, la realidad nos demuestra que no se sabe cuántas personas hay, en especial en los Resguardos Indígenas de la Media y Alta Guajira y la Sierra Nevada de Santa Marta, lo que hace que difícilmente el Estado, llámese nación, departamento o municipios puedan garantizar sus derechos y proyectar un buen nivel de desarrollo.

Al desconocerse la cantidad de hombre, mujeres, jóvenes, ancianos, niños y niñas, donde viven, bajo qué condiciones, y sobre todos, sin la valoración y correcta medición de su estado de vulnerabilidad y acceso a servicios esenciales como la salud, agua, alimentos, educación, seguridad alimentaria, seguridad ciudadana, justicia, etc., ninguna entidad el Estado, ni la sociedad podrán garantizar los derechos de los mismos, no se pueden desarrollar programas ni asignar recursos eficientemente y con coberturas acertadas, los proyectos que se ejecuten no podrán ser evaluados y mucho menos controlados, lo que permite que sin duda alguna muchos se pierdan en su ejecución, permitiendo incluso el fenómeno de la duplicidad de acciones o la corrupción.

Durante el censo de población del año 2005, el DANE tuvo dificultades logísticas y operativas para lograr un barrido censal en la alta y media guajira (falta de vehículos, recursos y plazos) por lo cual recurrió a aplicar una técnica de la conciliación demográfica con los últimos censos para obtener tanto el factor de omisión por edad y sexo a nivel total nacional y departamental, así como la población base para la realización de las proyecciones de población, omitiendo de paso aplicar la encuesta post-censal como mecanismo para medir la no cobertura del censo. Esto fue reconocido públicamente por el DANE en el Documento Grupo 3 Versión 0902 lo que implica que no se midió realmente cuanta población rural había en ese año (indígenas y campesinos) y como se componían por edad y sexo, lo que implica que todas las proyecciones poblacionales actuales estén erradas.

La realidad del Departamento y las cifras que se reciben a diario indican que la población de los Municipios de Riohacha, Dibulla, San Juan, Albania, Barrancas, Hatonuevo, Manaure, Maicao y Uribía (donde se concentra la mayoría de la población indígena) es posiblemente mucho mayor a la señalada por el Censo y sus proyecciones anuales, que para 2014 se estimaba por el DANE en 417.965 indígenas (44.94% de la población del departamento), pero que según estimaciones del departamento, en la realidad podría estar superando los 600.000 habitantes étnicos, afectando con ello muchos elementos, como la forma de medir las coberturas de vacunación, de salud, mortalidad, de pobreza, de empleo, educación, etc.

Igualmente afecta en forma dramática la asignación de recursos para atender estos grupos poblacionales, tanto del Sistema General de Participaciones SGP que llega a cada municipio y resguardo o los recursos asignados para la cobertura en Salud o Educación.

Un requisito fundamental para una buena planeación del desarrollo territorial es disponer de un conocimiento detallado de las particularidades demográficas de la población, como son su tamaño, su ritmo de crecimiento, sus grupos etarios, sus estructuras demográficas y su distribución espacial.

Tomando como base los datos del Censo de población 2005, para el año 2015, el 44% de la población del Departamento sería menor de 17 años, convirtiendo al Departamento de La Guajira en el Departamento más joven del país, y el que presenta tasas de reproducción más altas.

En un estudio muestral que hizo el Departamento de La Guajira en las sabanas de Manaure, el 57% de la población censada era menor de 17 años, lo que indica que la población se está multiplicando aceleradamente.

Un agravante al hecho de estar mal contados es que no existe cartografía actualizada de La Guajira, los mapas del IGAC datan de los años 70, la mayor parte de las comunidades no están cartografiadas, y es más, se desconoce existencia, es decir, se sabe cuántas personas hay y donde viven, de tal forma que si no se sabe, es muy difícil poder protegerlos. Para los que no saben el deber de contar la población le corresponde al DANE y determinar su ubicación le correspondería al IGAC, que son entidades nacionales.

Percepción errada sobre los wayuu, y desconocimiento de los pueblos de la sierra nevada.

Los altos funcionarios del Gobierno nacional tienen una percepción errada sobre el pueblo Wayuu, piensan que son pocos indígenas que viven en unas cuantas rancherías, y con base en eso toman decisiones. Es todo lo contrario, son más de 600.000 indígenas que viven altamente dispersos, con distancias entre casa y casa entre 500 metros a varios kilómetros distribuidos en casi 17.000 kilómetros cuadrado.

Hagan un sencillo ejercicio mental, si fuera posible trasladar toda la red de acueducto de Bogotá e intentáramos conectar con toda esa tubería todas las rancherías donde viven los Wayuu, esta no alcanzaría.

El solo Municipio de Uribía tiene más de 21.963 puntos poblados y en cada punto poblado puede haber desde una vivienda hasta 100, los cuales se intercomunican por una red de trochas que sumadas dan más de 26.000 kilómetros lineales (de Bogotá a La Guajira solo hay 1.104 kilómetros)

Manaure, que apenas tiene 7.591 km2, tiene más de 7.741 puntos poblados, Maicao con 5.130 km2, tiene 5.130 puntos poblados, y Riohacha con 8.254 km2 tiene 5.800 puntos poblados.

Esta información no la conoce el Gobierno Nacional, o por lo menos se niega a reconocerla, por eso cuando el Presidente de la Republica fue a la Guajira el 8 de agosto de 2014 se limitó a prometer la construcción de 100 pozos profundos pensando que con eso solucionaba el problema, sin saber que se necesitan más de 5.000. (Por cierto, de los 100 pozos profundos prometidos solo ha hecho 3)

Dibulla, por el contrario, es una región con numerosas fuentes de agua, relativamente fértil, con selvas húmedas y todos los pisos térmicos necesarios para sostener y generar diversidad de alimento, pero pese a esto, la desnutrición en estos pueblos también es histórica, y peor, es una desnutrición generacional heredada de padres a hijos, pero con el agravante que esta problemática ha sido poco estudiada, en parte por lo cerrados culturalmente de estos pueblos indígenas (solo se conoce una investigación realizado por la Universidad de la Sabana sobre el tema)

Dibulla tiene 3.461 puntos poblados en la Sierra Nevada (koguis, wiwas y arahuacos), se ha podido identificar más de 34 centros poblados con hasta 300 viviendas jutas, la mayoría no aparece en la cartografía oficial, el resto de puntos corresponde a viviendas indígenas dispersas en alta montaña a los cuales se llegan por trochas de mula.

En una próxima escrito abordare otros temas que acrecientan la problemática, como la falta de vías, el acceso a salud y educación, la inexistencia de servicios como energía eléctrica por falta de interconexión, la pobreza extrema, el bajo desarrollo económico, la baja presencia institucional, la economía inexistente, , la nacionalidad wayuu y los problemas con Venezuela, otros temas de salud, pero también intentare abordar las acciones novedosas que desde el Departamento y los Municipios se han hecho que son altamente significativas, pero que por falta de recursos, son insuficientes.

También en próximos escritos abordare el mito de las regalías, donde la región paso de departamento rico a pobre extremo, analizaremos el caso de tutela que se interpuso para proteger la vida de los niños indígenas y que fue negada en primera y segunda instancia, bajo el argumento de que no existía ningún riesgo para los niños, y sobre la resolución humanitaria 165 de 2015 sobre La Guajira que expidió la Defensoría del Pueblo en febrero de 2015 y de la cual nadie habla, o sobre las verdades y mentiras sobre el Rio Ranchería.

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