Para muchos, es la primera vez que pueden haber escuchado de un país como Nepal, una pequeña nació rodeada de dos grandes colosos como lo son China e India. Hasta hace poco Nepal se regía por costumbres antiguas, y que hasta mediados del siglo XX no poseía carreteras, ni hospitales, ni telecomunicaciones, ni energía eléctrica, ni escuelas o industria.
Nepal es un país netamente agricultor, y la verdad sea dicha, el futuro de un país está en sus campos, en su desarrollo rural, en su educación y en sus aulas de clase, el 80% de la población se dedica a esta tarea, cultivando tabaco, grano y caña de azúcar.
Allí, solo existe un canal de televisión debido a la falta de un sistema de electrificación masivo, lo que impide la masificación de las cadenas televisivas, cuenta con doce emisoras diferentes, lo que hace a la radio quizá, su medio de información más relevante.
Es un Estado que se encuentra entre los países más pobres y con menos desarrollo del mundo, es considerado el segundo menos desarrollado de Asia después de Afganistán. Un lugar al que le ha costado conseguir un equilibrio, que ha tenido que luchar contra una rampante corrupción y una sangrienta y larga guerra civil, (¿les suena familiar?)Únicamente hasta mayo del 2008 dejo de ser una monarquía para pasar a ser una república federal, una república que hoy se ha vuelto a quebrar, tras aquel terremoto de 7,8 grados.
Hasta el momento la devastación ha dejado zonas completamente aisladas y 5.000 muertos confirmados, los hospitales de la capital Katmandu no dan abasto, los medicamentos en especial las gasas y los antibióticos se están terminado, hay aldeanos, si ciudadanos no, aldeanos, que carecen de alimentos y agua potable, otros duermen a la intemperie y se calcula de forma preliminar que ocho millones de personas han sido damnificadas por el fenómeno natural.
Pero por qué hablar de su tragedia cuando podemos resaltar sus riquezas, ¿De qué tipo de riqueza estamos hablando? ¿Acaso la riqueza solo es monetaria? ¿Un país no puede ser rico por sus fuentes hídricas? ¿Por su valor histórico? ¿Por su flora y su fauna? ¿Por su gente? De donde vengo la riqueza de un país se mide por su capital, sus ingresos, su PBI, pero muchas veces la riqueza va más allá de eso.
Nepal se encuentra ubicado en el Himalaya, lugar en el que se encuentra Sanghamitra, mejor conocido como el “Everest”, la montaña más alta del mundo, además de otros grandes colosos, razón por la cual Nepal es llamado el techo del mundo, cuenta además con una gran llanura conocida como el Parque Nacional de Royal Chitwan, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, aquel lugar alberga más de 400 rinocerontes indios, más de 450 especies de aves, yaks, leopardos de las nieves, delfines del Ganges, osos monos y cocodrilos, es un país también reconocido por poseer aún tigres de bengala, pandas rojos y elefantes en estado salvaje, especies que se encuentran en estado de extinción,
Un territorio donde el bambú abunda y es utilizado para toda clase de construcciones y estructuras, una tierra montañosa donde es normal encontrarse plantas de marihuana creciendo por todos lados, allí es una mala hierba allí. Y sí, algunos nepalíes la fuman y hacen su propio hachís llamado xaras.
El valor de una nación como Nepal, está en sus costumbres, en su folclore, en su tradición oral, donde cuenta historias para explicar el origen del amor, de la guerra, de los demonios, de la vida, de la muerte, después de todo es la tierra donde nació Siddartha Gautama, Buda, al lugar donde muchas personas escapan para convertirse en monjes nómadas, de esos que no tienen posesiones, y que viajan de templo en templo llevando una vida ascética y en paz.
Un lugar donde aman el fútbol a pesar de tener una selección nepalí pésima, una nación que ha aprendido a gritar y aplaudir cada vez que su equipo cruza el medio campo, y que a pesar de nunca haber clasificado a una copa mundial, disfrutar del deporte de igual forma.
Es claro que un país en ascenso como Nepal, , se encuentra ante una situación que no puede atravesar sola, y es casi un alivio ver, que el resto del mundo ha puesto sus ojos en aquella pequeña nación dispuesta a ayudar, en épocas de indolencia ante las masacres en África, los conflictos en Medio Oriente, sin dejar de lado la circense situación en nuestro país, vale la pena pensar que aún existe algo de humanidad dispuesta a ayudar a un Nepal que debe resurgir de los escombros para ver el amanecer de una lúgubre noche.