EL TEFLÓN CUBRE, IMPERMEABILIZA Y SELLA; no permite el goteo que produce la filtración de agua; pues es un polímero muy resistente al calor y a la corrosión. El teflón tiene múltiples usos y hace presencia en diversas faenas de las obras de construcción, la medicina y otras actividades.
El concepto metafórico usado acerca del teflón se ajusta a lo que popularmente se interpreta: una aureola de invulnerabilidad y la persona que lo posee se hace automáticamente impenetrable, intocable e imprescindible a sus seguidores que lo aman hasta el delirio.
El político poseído por el teflón, el hecho de tenerlo no es gratuito y, a Gustavo Petro innegablemente lo cubre. Detrás del teflón que lo arropa existen hechos, acciones y luchas contra la corrupción estructural, una vida diáfana y transparente, que la gente identifica plenamente y lo convierte en beneficiario de una imbatibilidad suprema ante los insoslayables ataques de sus enconados enemigos políticos.
Hay que reconocerlo,
Álvaro Uribe Vélez lo tuvo mucho tiempo, sostenido por los medios hegemónicos, las fuerzas irregulares y las encuestas favorablemente acomodadas. El teflón con el paso de los años hace agua, se desgasta, se corroe y comienza a filtrar; el no saber retirarse a tiempo es una de las causales del deterioro del Teflón.
Toda carrera política que se prolonga demasiado termina mal, el Teflón no es infinito, la vida cambia, las multitudes son volubles, y el amor de un pueblo tiene profundidades insondables, de tal manera que su fidelidad no está garantizada de manera sempiterna.
Existe un interés desproporcionado por graduar a Gustavo Petro como corrupto y sus enemigos le ejercen. Se equivocan; es un propósito fallido. Igualarlo en corrupción es una meta superior de la ultraderecha: significa quedar todos untados. Y como todos lo estamos hagámonos pasito. Eso piensan, pero las acciones de Gustavo Petro durante su vida pública y política, por más de 40 años, no corresponden a ese deseo. Todos sabemos que lo suyo no es "plata es plata", lo suyo no es forrarse de dinero, lo suyo es la gloria, luchar por unos ideales y ser consecuente con unas férreas convicciones.
Petro no conoce la mezquindad, ni el afán de riqueza, ni la codicia de convertir como por arte de magia un desvalorizado lote en Mosquera Cundinamarca, en uso de Zona Franca y su precio elevarse al infinito. Petro no ha participado en latrocinios como el de Chambacú, Reficar u Odebresch; pero si se le conoce por denunciar el carrusel de la contratación en Bogotá, el Paramilitarismo y por años, dar batallas en el Congreso de la República por adoptar comportamientos con más asepsia y ética.
Quizás se da un gusto pequeño burges al lucir unos zapatos Ferragamo, un trasplante capilar, unos tenis de marca, igual un fino bluyin, una guayabera de lino, una camiseta Lacoste, o satisfacer los caprichos que el mundo femenino de su querida esposa demanda. Pero estas nimiedades, nunca serán comparables, con el permanente saqueo de billones de pesos, que hemos padecido históricamente el pueblo colombiano, de parte de la nefaria ultraderecha.
Pero el teflón necesariamente tiene que apoyarse en un soporte real, para sobrevivir en el tiempo. Lo importante es la credibilidad que acompaña al amo y señor del teflón. Hay que decirlo claramente: a Gustavo Petro lo quieren tumbar, pero el prestigio internacional que ha adquirido, lo blinda de manera automática. La comunidad internacional está informada sobre el golpe judicial que se pretende contra el. Igual a lo sucedido con Dilma Rousseff, Fernando Armindo Lugo de Paraguay, Pedro Castillo del Perú, Manuel Zelaya de Honduras y Luis Ignacio Lula Da Silva de Brasil.
El "Golpe Blando" diseñado previamente, para desconocer la voluntad popular, que llevó al poder al candidato del Progresismo en Colombia, no es una fantasía, no es un cuento es una realidad que palpamos todos los días: el brazo político comunicacional de unos medios que tomaron partido, una Procuraduría o ministerio público totalmente parcializado que recogió las banderas de la proterva Fiscalía de Barbosa, un Consejo Nacional Electoral, buscando afanosamente la violación de topes electorales donde no los hubo y un Consejo de Estado decretando pérdidas de investidura con un criterio jurídico poco ecuánime.
En respuesta a todo el ruido mediático tenemos a un presidente resistiendo los embates del Fascismo criollo, pero a su vez, no deja de gobernar: cada día reparte hectáreas de tierra fértil, tierra no expropiada si no, comprada por el estado a un precio justo. Petro se desplaza con todo su gabinete a zonas del país tradicionalmente olvidadas y prefiere gobernar por fuera del frío palacio presidencial.
¡Y continúa la dinámica del cambio!
Aumentan históricamente las incautaciones de droga, le lleva agua a la Guajira, se propugna por una reforma laboral, pensional y de salud, se construyen Colegios y Universidades para la gratuidad en la educación, avanza la Paz Total y el proceso con el ELN alcanza avances históricos, se controla la inflación y el desempleo, el dólar a menos de 4.000 pesos, se crea conciencia ambiental, se reactiva el tren, el turismo va por las nubes y para terminar: levanta valientemente su voz contra el genocidio del pueblo Palestino. ¿Y así, con todo lo anterior...lo quieren tumbar?
El teflón no es gratuito, el polímero que cubre la humanidad del presidente, se encuentra constituido por una serie de hechos y acciones que toca la sensibilidad de las masas que lo apoyan y conforman su base social. El Constituyente Primario salió el 1 de mayo a las calles por primera vez a a apoyar un gobierno, otrora, las marchas siempre habían sido en contra de los gobiernos, hoy la gente en las calles son el impenetrable teflón que marcha en pro de las reformas sociales y no permitir una ruptura institucional.