¡Ay!, oye Poncho que bonito es escuchar en la madrugada el sonido de un acordeón / si me despierto me palpita el corazón y me lleno de ganas por salirme a parrandear.- Pero mi mujer no me deja levantar / pa’ pedirte Poncho que me cantes un paseo / ella sabe muy bien que ese es mi deseo / y que es un pretexto pa’ salirme a parrandear.- Así comienza una de las más bellas canciones que enaltecen el folclor vallenato, el mismo que se resiste a caer en el lento proceso de extinción, sometido por los golpes bajos que le aplican desde la esquina del que alguien, con toda razón, calificó con el apelativo de “vallenato salchipapa”, que para algunos puristas y conocedores de esa música le endilgan a Erich Martínez, bajista actual del grupo del Mono Zabaleta, al que se le considera ser el padre de ese engendro musical, que en todo caso significa algo efímero y pasajero que no hará historia, según sus contradictores.-
Concluida la 57 edición del Festival de la Leyenda Vallenata, que vio coronarse al acordeonero Jaime Luis Castañeda Campillo como el nuevo Rey Profesional, bien vale la pena hacer un viaje imaginario por algunas letras, ya olvidadas, de varias canciones que marcaron una época, no sin antes señalar que el recién elegido en el trono del vallenato hace parte de la agrupación del cantante Rafa Pérez y exintegrante del Grupo Kvrass, que logró alzarse con la corona al interpretar con todas las de la ley el paseo ‘Si el guayabo me matare’ de Alejandro Durán; el merengue ‘La brasilera’ de Rafael Escalona; el son ‘Yo tuve un amor’ de Fredy Peralta y la puya ‘Déjala vení’ de Náfer Durán, para que el jurado lo diera como ganador en el parque de la Leyenda Vallenata, que con ello le rindió un homenaje a Iván Francisco Villazón Aponte.-
En cuanto a las otras categorías, el nuevo Rey en la canción inédita es el actual alcalde de San Diego Cesar, Unaldo José Rocha Calderón, de 48 años de edad con el Merengue «Canta Valle, Canta».- Sara Marcela Arango Pérez, oriunda de La Apartada – Córdoba, a sus 19 años de edad se convirtió en la Reina Mayor, en tanto que en la Piqueria se impuso Ángel María González Valdemar de 34 años de edad, nacido en Lorica, Córdoba.
La canción que nos sirve como apertura de este cuento es de autoría de Antonio Francisco Serrano Zúñiga, y se llama “El despertar de un acordeón”, grabada en 1975 por el conjunto de Tomás Alfonso “Poncho” Zuleta Díaz y Nicolás Elías “Colacho” Mendoza Daza.- Del autor digamos que nació en Santa Marta y fue un reconocido compositor e intérprete de la música vallenata con un legado insuperable, fallecido en Bogotá a la edad de los 76 años.-
Con una formación en economía y un bachillerato del Liceo Celedón de Santa Marta, Antonio Serrano Zúñiga demostró su compromiso con la educación al ejercer como rector en varias instituciones educativas. Su legado trascendió la enseñanza, ya que sus composiciones musicales cautivaron los corazones de muchos, dice la historia.-
Sus letras resonaron en el alma de Colombia y más allá y fue reconocido en todo el país.- Su música fue interpretada por renombradas agrupaciones como Jorge Oñate y los Hermanos López, los Hermanos Zuleta, Poncho Pérez y Elberto 'El Debe' López, Andrés 'El Turco' Gil y Gabriel Chamorro, José María 'Chema' Ramos y Carlos Lleras Araújo, Rafael Orozco y Emilio Oviedo, así como El Binomio de Oro.- Su prolífica creación también incluyó canciones inolvidables como 'Nostalgia de amor', 'Reminiscencias', 'Despertar de un acordeón', 'Viejo guayacán', 'Bellos tiempos', 'Serenata decembrina' y 'Enamorado corazón'.-
Esas melodías resuenan de vez en cuando y son un tributo a su pasión, su dedicación y su habilidad para transmitir emociones a través de la música, de allí la estrofa que sigue: “Los aires musicales de una bella acordeón / son notas melodiosas que alegran el corazón.- Yo le agradezco a Poncho cuando me viene a busca’ / que por ser tan obstinado siempre tiene que triunfar / se pone a improvisar con sentido y con razón / y a mi negra querida se le ablanda el corazón.- ¡Ay!, Poncho, compadre querido / como hago pa’ parrandear contigo / ¡Ay! negra déjame salir / que ya vino el compadre por mi / ¡Ay!, negro vete a parrandear / que ya Poncho te vino a busca’”.-
Y qué tal esta otra joya que dice así: “Aves que cruzan el cielo / de ese pueblo hermoso de la lejanía / arreboles de la tarde que incitan al alma cantarle al amor / Brisas de noches marinas que roban aromas a la patria mía / nubecita silenciosa que besas la tierra y te entregas al sol / tráiganme noticias de las cosas bellas que dejé allá en mi región / una madre buena, un amor sincero y un padre trabajador / Esas son las cosas que me detienen en el camino de mi aventura / y entre la ternura de sus recuerdos / me pongo triste y me hago cantor / son mis sentimientos / pedazos sutiles del poema que aprendí / de aquellos poetas que cantaron versos / en el pueblo en que nací”.-
Esas letras, sin mucho nivel de detalles, pertenecen al patillalero Nicolás Maestre Martínez, quien surge como un folclorista estudioso de la misma promoción de Juvenal Daza Bermúdez, Octavio de Jesús Daza Daza y Armando Moscote, y eso lo dice todo.- En su repertorio se destaca de manera especial una oda al Río Guatapurí que se titula "El Rey del Valle". Otros títulos: "La casita", "El pobre Beto", "Dime, dime", "Las cosas mías" y "La petatera". "El hachero" narra el mundo campesino de Rafael Barrera que hacha en mano descuaja las montañas dejando al descubierto uno de los mayores daños ecológicos como es la tala de nuestros bosques para darle paso a otros cultivos.- La canción se llama “Las cosas mías”.-
Nuestro invitado ahora es Fernando Meneses Romero, quien nació en el municipio de La Gloria Cesar, en el hogar del telegrafista Ubaldo Meneses y el ama de casa Juanita Romero.- En su infancia fue influenciado por el compositor Julio Erazo, amigo de su padre y quien frecuentaba su casa. De joven compuso boleros, valses y romanzas tropicales.-
Luego de culminar sus estudios secundarios en 1967 decidió estudiar medicina en la Universidad de Cartagena y una de sus tantas letras es la que traigo para este día que se llama “Canasta de ensueños”, que dice así al comenzar: “Si supieras cariñito la falta que tú me haces / cuando no estás a mi lado / caminando entre la gente / voy perdido en pensamiento y siento que más te amo / Pedacito de mi alma / vivo en cada gesto tuyo / vivo en tu risa y tu llanto / de tormentos hago flores / que en bellos ramos de amores en notas convierto y canto / Y de noche cuando duermes cariñito / quiero ver llegar la aurora más temprano / cuando en la almohada el sol dibuje en tu cara / pueda verme envuelto entero entre tus brazos / y esconder mi cara entonces en tu pelo / y sentir que con tu amor yo me agiganto.-