¿Escuchará Petro el mensaje?
Opinión

¿Escuchará Petro el mensaje?

Engañarse sobre el significado de la movilización de ayer es una decisión. Aprender y reconocer, es otra. Es sencillo: hay enorme descontento con el gobierno

Por:
abril 22, 2024
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No cabe duda: ayer domingo 21 de abril de 2024 salió mucha, muchísima gente a la calle, quizás como nunca. ¿Cuánta? El gobierno habla de 250.000 en todo el país y algunos hablan de millones… En Bogotá fueron, con certeza, muchos más de los 70.000 que la Secretaría de Gobierno de Bogotá reconoce. La Plaza de Bolívar llena de gente entrando y saliendo, y decenas de cuadras por la carrera séptima hacia el norte, atestadas de manifestantes como lo muestran los videos tomados por drones, apuntan a que fueron centenares de miles solo en la capital. Y Medellín, Cali y varias otras, con impresionante asistencia.

Engañarse sobre el significado de la movilización de ayer es una decisión. Aprender y reconocer, también es una decisión. Es sencillo: hay enorme descontento en el país con el gobierno.

El gobierno debe reflexionar: hay aún dos años y casi cuatro meses por delante que debería aprovechar para redefinir sus estrategias, negociar con los diversos actores que juegan papeles críticos en los cambios que pretende adelantar, concertar, conformar buenos equipos que se comprometan a trabajar de manera articulada y eficiente.

Varios saldos:

La democracia en Colombia sale ganadora. Por un lado, hay que abonarle al gobierno que garantizó la seguridad de los marchantes. Por otro, que las marchas transcurrieran pacíficamente tiene gran valor. No hubo actos violentos físicos, aunque sí de violencia simbólica (casos como el del ataúd) de parte de unos pocos, repudiable.

Error garrafal en sectores del petrismo atribuirle la movilización al uribismo (lo que lo haría, en realidad, muy exitoso) y a lo que se denomina la “extrema derecha”. Las manifestaciones no fueron, como algunos lo aseguran, representación del paramilitarismo. Gran ceguera.


Ningún líder político puede atribuirse el éxito. En ello radica la fuerza de la demostración del 21 de abril. Fue un movimiento ciudadano que desbordó a los políticos opositores


Ningún líder político puede atribuirse el éxito. Ni la señora Cabal ni nadie tienen el derecho de adueñarse del fenómeno de ayer. En ello radica la fuerza de la demostración del 21 de abril. Fue un movimiento ciudadano que desbordó a los políticos opositores.

Miles salieron a la calle sin tener vínculos políticos; en tal sentido, es también una marcha ciudadana de opinión.

Hubo quienes votaron en el 2022 por Petro ante la disyuntiva que planteaba la presencia del ingeniero Rodolfo Hernández. Muchos salieron a manifestar. Aunque los políticos del “centro” no han dado la talla, millones de colombianos no comulgan con posiciones extremas. 

Gente inconforme por razones diversas, médicos y personal del sector salud, pacientes, que ven con gran temor la intervención de las EPS, sindicatos, transportadores, colombianos alarmados ante la inseguridad en los territorios, miembros de comunidades científicas que carecen de interlocución en el gobierno o que han sido ofendidos (“soy geólogo y tengo cerebro”), empresarios pequeños y medianos, microempresarios, muchos protestantes contra la propuesta de la constituyente, personas hartas del talante  pendenciero y errático del primer mandatario, ciudadanos decepcionados por la ausencia de ejecución de programas públicos… en fin, participantes con gran variedad de motivaciones llenaron las calles.

Por eso, absurdo el cuento de referirse a los manifestantes como la oligarquía marchando: ¿tanto oligarca en un país con tanta inequidad?

Hit de Laura Sarabia, cuya edad es equivalente a la de la vida pública de Petro como congresista y mandatario, una de las pocas voces sensatas: “…esta es una semana que como gobierno debemos afrontar en reflexión y autocrítica…”

Hasta ahora, el tono del presidente ha sido despectivo, desconociendo el significado de la marcha. No parece acogerse a la reflexión ni a la autocrítica. Es su decisión: olvidar que gobierna para todo el país y no solo para sus menguantes seguidores.

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