El programa salió al aire el 2 de marzo de 1992. Ese mismo día el presidente César Gaviria anunciaba por la cadena nacional de televisión que el país entraba en racionamiento total de energía. El ministro de minas era Juan Camilo Restrepo y aún no es fácil de explicar cómo el gobierno se salvó de semejante crisis. El apagón duró once meses. El país volvió a tener luz en las horas de la noche el 7 febrero de 1993 cuando los embalses utilizados para producir energía eléctrica recuperaron nivel.
En otro lado de la ciudad en la emisora Caracol, un hombre de grandes ideas radiales, como Hernán Peláez, fue llamado por las directivas de la cadena radial a pensar y crear un programa para acompañar a los colombianos que llegaban a sus casas sobre las 6 de la tarde para enfrentarse a la oscuridad, sin televisión, sin bombillos para leer el periódico, las revistas o sus libros, con la familia reunida en expectativa. Lo único que podían tener a las manos eran sus radios transistores funcionando con un par de pilas para entretenerse.
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Debía ser una revista de variedades, ligero, entretenido que mezclara noticias, opinión, música y mamadera de gallo. El título no pudo ser más acertado: La Luciérnaga, un animalito único que alumbra en la mitad de la oscuridad.
La Luciérnaga arrancó esa misma noche. Peláez logró lo que querían: mezclar sátira, humor con las noticias del día. Los primeros en sumarse al equipo de Peláez fueron Guillermo Rodríguez, Juan Darío Lara y los imitadores Guillermo Díaz Salamanca y Alirio Parra, acompañados por los trovadores Los Marinillos de Medellín, entre otros.
Intercalaron la trova paisa con otros ritmos nacionales. El sello personal de Hernán Peláez, un musicólogo por pasión, lo puso poniendo boleros y tangos, y así se le empezó a dar otro matiz, que hasta el día de hoy han mantenido los únicos dos directores que después de Hernán Peláez ha tenido el programa.
El hoy director del programa Peláez y De Francisco, que hace con Martín De Francisco en la emisora LaW, cuenta cómo nació su inolvidable programa un lunes 2 de marzo a las 5pm, el cual dirigió por 22 años junto a decenas de periodistas y humoristas que pasaron por aquellos micrófonos.
El objetivo de La Luciérnaga era tener vida hasta que durara el apagón de Gaviria. El éxito de Peláez y su equipo fortalecieron a Caracol como la emisora más escuchada del país y la decisión de las directivas fue mantener el programa al aire un tiempo más. Al día de hoy lleva 32 años.
Pasado el apagón el programa fue tomando un tono más agudo, de crítica política con humor, de imitaciones que llevó a invitar a la mesa a periodistas y opinadores agudos como el escritor Gustavo Álvarez Gardeázabal que le impregnó un sello particular. El también vallecaucano entró al equipo en 2006 y recibía el cambio para entrar al aire desde su finca Porce, ubicada en Tulua, Valle del Cauca, a donde se refugió después de ser gobernador del Valle.
A Gardeázabal lo fichó Ricardo Alarcón, quien fue presidente de Caracol radio, otro caleño que lo escuchaba en un programa local. El escritor vallecaucano era propio para meterle picante político y comentarios editoriales. Lograron hacer con Peláez un tándem insuperable a la par de tejer una gran amistad.
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En el 2014, con la renuncia de Peláez empieza un recambio en el programa. A quien llamaron a coger la posta de Peláez fue el periodista Gustavo Gómez. El equipo se desintegra con la salida de Peláez. A su lado se va la periodista Claudia Morales y unos meses atrás ya se había ido Gabriel de las Casas. A finales de ese mismo 2014 finales de año se va Gustavo Álvarez Gardeázabal y el sacudón es grande. El desafío de Gustavo Gómez fue darle un tono nuevo al programa y mantener la audiencia del bien posicionado espacio, sin dejar de perder su esencia y el exitoso formato, por lo que sumó al equipo voces importantes como Pascual Gaviria a la cabeza periodística y Loquillo y Don Jediondo a la cabeza humorística. Después de cinco años Gustavo Gómez acepta irse a dirigir el programa estelar de noticias 6 am-9m, un espacio que dejó Darío Arismendi y deja La Luciérnaga, silla a la que llega Gabriel de Las Casas, quien por más de 20 años acompañó a Hernán Peláez como su coequipero. De las Casas está al frente desde 2019, quien quiso volver al formato inicial que arrancó Hernán Peláez un lunes 2 de marzo de 1992.