Desde tiempos inmemoriales, los animales han compartido nuestro mundo, y su vínculo con los humanos va más allá de lo meramente físico. En las últimas décadas, este vínculo ha sido explorado y aprovechado de una manera sorprendente, a través de la Terapia Asistida con Animales (TAA).
En una época donde la atención a la salud mental y emocional se torna cada vez más esencial, la Terapia Asistida con Animales emerge como un faro de esperanza y sanidad en medio de la oscuridad.
Según datos proporcionados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 450 millones de personas en todo el mundo padecen de trastornos mentales, lo que representa una preocupante cifra que refleja la magnitud de esta crisis de salud.
En este contexto, la Terapia Asistida con Animales emerge como una herramienta poderosa y prometedora para abordar estos desafíos y proporcionar apoyo a quienes lo necesitan.
Es importante mencionar experiencias en otros países, como Estados Unidos, Reino Unido y Australia, ya que la TAA ha ganado popularidad y reconocimiento por su efectividad en una variedad de contextos.
Por ejemplo, en el Centro de Rehabilitación Brooke’s Place en Indianápolis, Indiana, se utilizan perros especialmente entrenados para ayudar a niños y adolescentes que están de duelo por la pérdida de un ser querido. Los resultados han sido asombrosos, ya que se ha evidenciado una reducción significativa en los síntomas de duelo y depresión.
En el ámbito de la salud mental, un estudio realizado en el Reino Unido encontró que la presencia de animales de compañía en hospitales psiquiátricos llevó a una disminución del 12% en los episodios de agresión entre pacientes.
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Además, en los Estados Unidos, la terapia asistida con caballos se ha utilizado con éxito en veteranos de guerra que sufren de trastorno de estrés postraumático (TEPT), con tasas de éxito que superan el 80%.
Asimismo, la integración de animales en entornos educativos no solo promueve el bienestar emocional de los niños, sino que también fomenta una mayor empatía y comprensión hacia otras formas de vida. Es por esto que, en un mundo cada vez más fragmentado, violento y desconectado, la Terapia Asistida con Animales emerge como una solución poderosa para sanar y para crear valores de vida.
Por lo tanto, en un país como Colombia, donde los desafíos de salud mental y emocional son una realidad palpable, la implementación de la Terapia Asistida con Animales (TAA) podría marcar una diferencia significativa en la vida de muchas personas.
Según datos del Instituto Nacional de Salud de Colombia, los trastornos mentales afectan a más de 6 millones de colombianos, representando aproximadamente el 13% de la carga total de enfermedad en el país.
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Es así como, la implementación de estrategias de TAA en Colombia también podría tener un impacto positivo en comunidades vulnerables, incluyendo a niños en situación de riesgo, personas mayores y víctimas de violencia.
Programas como la terapia asistida con perros en centros de rehabilitación para víctimas de violencia doméstica o la equinoterapia para niños con discapacidades podrían ofrecer un camino hacia la recuperación emocional.
Además de los beneficios individuales, la TAA podría contribuir a la construcción de una sociedad más compasiva y empática en Colombia. La interacción con animales fomenta valores como el respeto, la responsabilidad y la empatía, que son fundamentales para la cohesión social y la construcción de comunidades fuertes y saludables.
Aunque enfrentar los desafíos que conlleva la implementación de la Terapia Asistida con Animales en Colombia pueda parecer una tarea desafiante para las instituciones pertinentes, como el Ministerio de Salud y las Secretarías Departamentales, los beneficios sobrepasarían con creces cualquier obstáculo, y no solo eso, Colombia se podría convertir en un país de América Latina pionero en el tema.
Es momento de reconocer el poder transformador inherente a esta forma de terapia y de unir fuerzas para hacerla accesible a todos los colombianos que puedan beneficiarse de ella. Al hacerlo, abrimos las puertas hacia un futuro más prometedor y lleno de esperanza para nuestra nación y su gente.
Exdirectora del Instituto de Protección y Bienestar Animal de Bogotá