Donar la ropa usada en buen estado es un asunto de conciencia social y responsabilidad ambiental, más aún cuando lo que no usamos puede servirle a las personas de estratos 1 y 2 que por su condición de vulnerabilidad reciben con gratitud esa ropa que en la Corporación El Minuto de Dios recibimos y transformamos en prendas limpias y empacadas de manera digna”, asegura Ernesto Peláez, gerente de esta entidad sin ánimo de lucro.
Para convertir la ropa usada en ropa de “primera” y digna, la Corporación El Minuto de Dios cuenta con el apoyo de empresas privadas. Ese accionar interinstitucional inicia con la recolección de la ropa que cualquier colombiano puede donar en los puntos de Servientrega, servicio de mensajería que lleva al Banco de Ropa ubicado en el barrio El Minuto de Dios de Bogotá, donde ropa y objetos se acopian en secciones especiales para su revisión y clasificación por género y edad, teniendo en cuenta que aquella en mal estado se recupera para continuar el proceso.
En ese momento,personas trabajan en el lavado de las prendas y luego estudiantes practicantes de diseño textil de El Sena son quienes rediseñan las prendas que presentan imperfecciones haciendo reparaciones, con una costura, un botón u otro arreglo.
Ya limpias y arregladas, las prendas se ordenan por talla y se doblan con perfección para ser despachadas a los 11 roperos existentes en el país, tres de los cuales están ubicados en sitios estratégicos y vulnerables en Bogotá y Soacha. Los otros 8 están en: Bolívar, Tolima, Antioquia, Valle del Cauca, Atlántico, Cauca y Nariño.
Cada ropero cuenta con un grupo de voluntarios, quienes clasifican nuevamente la ropa y le asigna un valor simbólico, como aporte al programa ya que ese dinero se convierte en puntos redimibles en otras prendas, que oscilan entre $2.000 y $15.000. Los beneficiarios del Programa ubicados en la Capital del País pueden acudir martes y jueves para favorecerse con esas prendas de “primera” pese a ser usadas.Y fuera de Bogotá, los horarios de atención varían según la región.
“Si cada vez más colombianos pensáramos en el reciclaje de ropa, habrá cada vez más población vulnerable accediendo a productos nuevos o usados que contribuyen a mejorar sus condiciones de vida bienestar e imagen personal, dignificando su condición”, enfatiza el gerente general de la Corporación El Minuto de Dios.
Así mismo, gracias a la solidaridad de todas las personas y empresas que donan prendas, es posible llegar a varias ciudades del país y ayudar a otras fundaciones que trabajan con comunidades vulnerables, agregó el directivo.
Según cifras de la Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos (UAESP), en Bogotá, se calcula que diariamente se botan entre 360 y 600 toneladas de ropa usada. “Por ello cobra especial relevancia nuestros programas Banco de Ropa y Roperos, que en unión han impactado positivamente a cerca de 20 mil colombianos.
