En 1984, para ofrecerles empleo a las viudas de los caídos en combate, la Policía Nacional montó una fábrica de confección de uniformes en el occidente de Bogotá. Son 719 personas entre madres cabeza de familia, discapacitados, adultos mayores y víctimas del conflicto armado que con su trabajo producen 180 mil uniformes al año.
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Esta aventura empresarial con vocación de servicio, la iniciaron 62 personas elaborando las exclusivas prendas institucionales en la fábrica administrada por el Fondo Rotatorio de la Policía Nacional.
Después de funcionar durante varios años en el occidente de Bogotá, la fábrica se trasladó a las instalaciones de la Escuela de Cadetes de la Policía Nacional General Francisco de Paula Santander donde funciona actualmente para tener una mayor área de producción y aumentar el número de empleados.
Angie Soler, capitana de la Policía Nacional, explica orgullosa que en la fábrica se elaboran 59 tipos de uniformes para la Policía. La cantidad de trabajo y empleos depende de los contratos interadministrativos que se logran firmar entre el Fondo Rotatorio de la Policía y entidades estatales como la Armada, la Fuerza Aérea, el Inpec o bomberos.
Actualmente, la fábrica de confecciones de la Policía, dividida en dos secciones: línea camisa y línea pantalón, está confeccionando 20 tipos de uniformes de dotación de hombres y mujeres de la institución como los de gala, diario o número 4, seguridad ciudadana, gorras, chaquetas y mantas wayú para el personal de esta etnia que labora en el Departamento de La Guajira.
En un día alcanzan a producir, por ejemplo, 500 chaquetas que es una de las prendas que requiere más trabajo en su elaboración. De otro tipo de piezas, menos complejas, están en capacidad de confeccionar hasta 800 y 1.000 prendas diarias, mientras que de las que incluyen bordados, se fabrican 400 prendas diarias.
Las 719 personas vinculadas laboralmente a la fábrica de confecciones de la Policía trabajan en dos turnos de 6 de la mañana a 2 de la tarde y de 2 de la tarde hasta las 10 de la noche. Muchos de los empleados han desarrollado habilidades, adquirido experiencia y logrado ascensos. Algunos otros han llegado con pocos conocimientos en confección o máquina plana y aprende rápido los secretos del oficio y el manejo de todas las máquinas de la fábrica como fileteadoras, dos agujas, herradoras, ribeteadoras, cose y corta, termo fijado, bordadora, presilladora y zigzaqueadora.
Para garantizar la calidad de las prendas, mantienen su trazabilidad y realizan un estricto control a cada una de las referencias y seriales para hacerle seguimiento a cada prenda y a quién le pertenece en caso de pérdida.
Del personal que labora en la fábrica del Fondo Rotatorio de la Policía Nacional, el 85 % son mujeres. De ese porcentaje, 185 son madres cabeza de hogar, hay 12 personas en condición de discapacidad, 6 afrodescendientes, 56 son personas mayores de 60 años y 8 viudas de miembros de la Policía, víctimas del conflicto armado. Una mujer es la trabajadora más antigua en la Forpo, lleva 24 años laborando en la fábrica y las más nuevas solo llevan dos meses.
Desde 2023, la entidad está enfocada en temas sociales y en la promoción de la igualdad, la equidad y la inclusión con un enfoque diferencial, labor que los mecedores de un reconocimiento internacional por parte de la Cámara de la Diversidad con la Certificación Friendly Biz, que tiene presencia en 20 países del mundo.