El pasado 22 de enero, la Superintendencia de Industria y Comercio le dio una muy buena noticia al empresario barranquillero Samuel Tcherassi, la primera que recibía en mucho tiempo. Tras revisar el caso que enfrentaba a su empresa Akmios con la barbadense Bridgewood Capital Inc por la propiedad de la marca Epeka (antes EPK), la entidad determinó que no había motivos suficientes para sostener las acusaciones de usurpación y por tanto decidió levantar las restricciones que le había puesto a la marca en el país para permitirle volver a operar con normalidad.
Sin embargo, este regreso no podía ser inmediato, puesto que, en el transcurso del pleito legal, la empresa de Samuel Tcherassi acumuló millonarias deudas tanto con entidades del sector financiero como con proveedores.
Una opción con la que contaban entonces era solicitarle a la Superintendencia de Sociedades entrar en proceso de reorganización empresarial acogiéndose a la Ley 1116. Pero, optaron por buscar soluciones por su cuenta y cuadrar cuentas directamente con ellos. Algo que para Therassi iba a salir a la perfección, puesto que ya tenía en la cabeza regresar de forma triunfal en octubre de 2024 coincidiendo con la celebración del Halloween y ya no con tiendas de 100 metros cuadrados, sino con megatiendas de 300.
Ahora, dos meses después de la decisión de la Superintendencia de Industria y Comercio, sigue estando lejana la fecha del regreso de Epeka, pero no dejan de ser constantes las quejas de los proveedores que ya eran el pan de cada día cuando estaban sancionados. Según Caracol Radio, la empresa adeudaría más de $ 1.500 millones por concepto de servicio de confección de ropa y muchos de los denunciantes alegan que más allá de los problemas financieros, se presentó mala fe por parte de los deudores.
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