Pocas semanas después de haberse cerrado definitivamente la adquisición de Nutresa —la megalatina de alimentos— por parte del Grupo Gilinski y sus socios árabes al Grupo Empresarial Antioqueño, Gabriel Gilinski, primogénito del Jaime Gilinski, y quien ya había mostrado su audacia empresarial con la adquisición del Grupo Semana a Felipe López a finales del 2019, a sus 37 años sorprendió con un megaproyecto agroindustrial que presentó desde la planta de producción de Nutresa en Rionegro, (Antioquia): sembrar 15.000 hectáreas de cacao en zonas cocaleras en un plan a 10 años y con una inversión de 1.5 billones.
Lo más llamativo de la propuesta es brindarle una alternativa productiva para los campesinos que —de manera voluntaria— quieran sustituir con ese producto la siembra de cultivos ilícitos. La estrategia encaja en el plan de Misiones Territoriales de la Política Nacional de Drogas. Se establecerá un vivero en el sur del país para la producción de los 10 millones de árboles de cacao anunciados para los próximos cinco años y luego los viveros se ubicarán en los departamentos en los que el Gobierno tiene planeado sembrar para reemplazar cultivos ilícitos: departamentos como Nariño, Cauca y Putumayo, y también en la zona del Catatumbo, marcadas además por el conflicto.
El espíritu de esta iniciativa empresarial tocó al presidente, al punto de haber aceptado desplazarse con una amplia comitiva a la planta de producción de Nutresa en Rionegro (Antioquia) donde fue recibido no solo por el miembro patrimonial de la junta directiva, Gabriel Gilinski, quien habló en representación de la compañía, sino por el veterano presidente de la multilatina, Carlos Ignacio Gallego, ratificado en el cargo tras reconocerle el trabajo de décadas que ha logrado ubicar la compañía en el punto en que se encuentra.
Por primera vez no habrá reparto de utilidades y estas se reinvertirán en proyectos como este.
Los chocolates, una exitosa línea de negocio en Nutresa
En el mundo precolombino maya, en Mesoamérica, el cacao tenía un gran valor —y el chocolate, bebida derivada de esta, era llamado bebida de los dioses—. Si bien su origen fue americano, su consumo se generalizó en el mundo. La fruta está muy valorizada. El plan de producción de esta materia prima, cuya calidad será controlada, alimentará esta exitosa línea de negocio que tiene marcas consolidadas como Chocolatina Jet, Jumbo, Mont Blanc, Tutto, Chin Chin, Winter’s, La Especial, Nucita, Chocolisto y el tradicional chocolate de cocina Corona.
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Un programa afín a la política de sustitución
El acuerdo es un apoyo al programa de sustitución de cultivo que impulsa el gobierno y está claro que las 10.000 hectáreas estarán ubicadas en territorios en los que se adelantan procesos de sustitución voluntaria. Las restantes 5000 serán zonas determinadas por el Gobierno.
Además, durante 10 años, Nutresa acordó comprar cacao a precio de mercado a diversas asociaciones y cooperativas de campesinos. Y para eso, se establecerá un vivero de siembra de diez millones de árboles de cacao que ya se mencionó, que estará en el sur del país en el que la compañía de alimentos asumirá el 50% de los costos de su mantenimiento.
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Al respecto del acuerdo el presidente Petro señaló: “Tenemos a un campesinado que quiere salir de la hoja de coca porque solo deja muertos. La oportunidad de salir de ahí es hoy y es donde el Gobierno tiene que actuar. No se trata de meter a los campesinos en la cárcel, sino de cómo llevarlos hacia una economía lícita. Y aquí hay un ejemplo concreto, pero no es el único. Hay que poner los huevos en varias canastas”.
La movida es un claro gana-gana para las dos partes: por un lado, Nutresa se asegura insumos para su producción de cacao a más y mejores niveles y el Gobierno encuentra un aliado cuyo proyecto comercial es de paso un impulso al proceso de sustitución de cultivos para que la hoja de coca deje de ser el sustento de miles de familias campesinas colombianas, una apuesta que es medular en el Gobierno Petro.