LA MOVILIZACION NO ES UN PECADO, aunque así lo traten de vender. Sus naturales enemigos le tienen miedo y es por eso que corren a demonizarla, la estigmatizan y de paso la criminalizan. La movilización masiva y pacífica, contrario a lo que se piensa es una "presión" debida y legítima. Es un derecho inalienable del Constituyente Primario, que no debe ser macartizado.
La protesta social se encuentra contemplada en el artículo 37 de nuestra Constitución Nacional y, con frecuencia aparece, cuando se cierran los canales democráticos. El pueblo en la calle, es la vía expedita para manifestar la inconformidad, que produce la vulnerabilidad, el desamparo, el prevaricato, el abuso de autoridad y, en este caso, la negativa de unos funcionarios pagados por nosotros los contribuyentes, cuando no cumplen con el ostensible acto administrativo, de seleccionar Fiscal General de la Nación entre tres mujeres preclaras e impolutas.
El ciudadano del común, sea de izquierda, derecha o indiferente a cualquier ideología, se encuentra en condiciones de indefensión frente a los abusos de los burócratas que lo ejercen desde un poder dominante. Al ciudadano, solo le queda la calle, como último recurso para manifestarse. Es el escenario ideal que los visibiliza, es por eso que genera tanto miedo al establecimiento y de allí el afán por estigmatizarla.
La movilización popular, al ser satanizada, se contrae, la neutralizan y por sustracción de materia se disipa; se pierde, se evapora, al etiquetar a sus concurrentes como vándalos, guerrilleros, vagos y desocupados. El plan de acabarlas es blando, calculado, controlado. La hirsuta derecha, diabólicamente, ubica las protestas, dentro del concepto de "Revolución Molecular Disipada", que enmarca las protestas, en un supuesto plan para acabar con las democracias en América Latina.
El concepto pueril hace carrera y penetra en la gente del común, que adhiere a la propaganda que va en contra de su derecho. Lo vimos el 8 de febrero: una masiva movilización en todas las ciudades de Colombia, exigiendo celeridad en la selección de fiscal.
Ante el éxito rotundo de la protesta social, procedieron a contaminarla y sus medios de comunicación a ambientar unas especies que conllevaron a tratar de deslegitimarlas. Afortunadamente, sus nefarios propósitos no tuvieron el éxito esperado y quedó en evidencia el afán de desprestigiar la marcha ciudadana.
Sin embargo, todo el éxito alcanzado, posteriormente, se vio empañado por los pedidos de importantes dirigentes del Progresismo como Gustavo Bolívar. Dentro de una lógica con apariencia loable, Bolívar, le otorgaba la razón a los atrabiliarios de derecha. En este orden, solicitaba, que el 22 de febrero fecha en la cual se volverían a reunir los 23 reyezuelos de la C.S.J, no debería de haber movilización.
La razón expuesta para esta determinación era, que la "presión" que se ejercía sobre los magistrados impedía la elección del fiscal. La suya fue una interpretación equivocada de lo que significa movilizarse, cuando se protesta por una causa justa y además siendo una acción legal y constitucional. Con esta postura, se le dio razones a todos aquellos que propugnan por enmarcar la movilización como una acción indebida.
Lo anterior, es interpretar la movilización como un elemento perturbador que eventualmente impediría "la autonomía" de los 23 reyezuelos. La falsa narrativa crea percepciones; en este orden, los honorables magistrados se sentirían presionados, por una turba anárquica y vandálica que pretende repetir los hechos de noviembre de 1985, cuando la toma y retoma del Palacio de Justicia. ¡Pamplinas!
El resultado fue lo esperado: ¡menos eligieron fiscal general! Lo expresado fue una gran equivocación. Parece que ceder ante las presiones de los medios hegemónicos de la ultraderecha, lo hemos normalizado y vuelto costumbre. "Dar papaya" se nos convirtió en una manera de proporcionar munición a los que atacan al gobierno del cambio, sin argumentos serios, pero efectivos a la hora de hacer daño mediático.
De nuevo, este 7 de marzo se reúnen en pleno los magistrados de la Corte Suprema de Justicia. Existe una tendencia que ha conquistado 13 votos, o sea que se encuentra a 3 votos de su elección: es Amelia Pérez, una jurista de quilates. En un insulto a su inteligencia y en su condición de mujer ya empezaron a atacarla por lo que dice su esposo en la red social Twitter, hoy la X.
Pero la movilización, tan necesaria, se debería impulsar para este próximo 07 de marzo, que es la nueva reunión de la sala plena. Poco a poco se ha ido olvidando, poco a poco se ha diluido. ¡A eso juegan! Songo Sorongo, logra su efecto la estigmatización y criminalización del derecho a la protesta a través de la movilización; mientras tanto la señora Mancera se va atornillando en su interinidad de Fiscal. ¡Caemos redonditos!
*Arquitecto de Univalle