En noviembre de 2022, el presidente Gustavo Petro aseguró que uno de los objetivos de su Gobierno iba a ser convertir a Satena en la “aerolínea bandera de Colombia”. La idea del mandatario es que la compañía estatal crezca en importancia hasta el punto de poder competirle a Wingo o Clic e incluso a Avianca y a Latam y lo quiere lograr por medio de dos vías fundamentales, la internacionalización y la construcción propia de aviones.
Ese primer punto se materializó en marzo de 2023 cuando se inauguró la ruta Bogotá – Caracas, pero sufrió un traspiés cuando meses después esta fue cancelada inesperadamente. Sin embargo, el 16 de enero despegaron con una nueva ruta hacia Valencia, Venezuela, con lo cual mantienen el compromiso de llegar al vecino país.
Ahora bien, ni el arranque de los vuelos internacionales, ni la capitalización que fue anunciada en el primer semestre de 2023 han logrado que la aerolínea estatal les pise los talones a las privadas. En 2022, cerraron el año movilizando 1,04 millones de pasajeros y en 2023 apenas crecieron llegando a los 1,2 millones, mucho menos de lo que movilizaron las dos aerolíneas de bajo costo que operan en el país.
Teniendo en cuenta esto, el Presidente aprovechó la apertura de la Vitrina Turística de Anato (Asociación Colombiana de Agencias de Viajes y Turismo) 2024 para echarle una pulla a uno de los pocos ministros de su gabinete que se había salvado del escarnio público de su parte, Ricardo Bonilla.
Petro le recordó al Ministro de Hacienda que la cartera que dirige es propietaria de la aerolínea y que le corresponde a él tomar nota del fracaso que ha tenido en el objetivo de ser competitiva. “No podemos seguir con una aerolínea anclada”, aseguró el mandatario.
En enero de 2024, desde Tumaco, Petro regañó públicamente a su gabinete por trabajar de manera desarticulada, guante que le caía al ministro de Salud, Guillermo Jaramillo y al propio Bonilla, quienes habían tenido un roce después de que el primero propusiera una Reforma Tributaria para financiar los cambios en el sistema de salud y de que el segundo respondiera que estaba divagando. No obstante, esta es la primera ocasión en la que el Presidente echa a Bonilla al agua directamente, como sí lo había hecho ya con las ministras de Agricultura, Jhenifer Mojica y de Vivienda, Catalina Velasco.
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