Hace cuatro años en un accidente de tránsito falleció en Quibdó, el sacerdote Efraín Gaitán Orjuela, un apóstol del periodismo y un defensor de los desposeídos del Chocó. El padre Gaitán fue un sacerdote claretiano, nacido en Bogotá, el 13 de junio de 1929, dedicó 44 de los 81 años que vivió al servicio de las causas sociales de los más humildes en el Chocó.
En su vida se destacó como un guía espiritual y un gran humanista que tuvo dos grandes pasiones: el sacerdocio y el periodismo, en ambas disciplinas se caracterizó por ser un consagrado defensor de los pobres, un promotor de obras sociales, un escritor versátil, un consumado estudioso y un crítico mordaz. Fue ante todo un intelectual que estudio sociología, periodismo y opinión pública en la Universidad Internacional Pro Deo en Roma. Fue autor de nueve libros, dos de los cuales quedaron inéditos, pero de todos quizás los más importantes fueron Biografía de las Palabras y La Clave del Éxito Periodístico por sus contenidos y por la trascendencia internacional que alcanzaron.
El primero, publicado en 1956, considerado en aquel momento como un texto único en su género en la lengua española y calificado por el extinto presidente de la Academia Colombiana de la Lengua Félix Restrepo: “como un libro erudito que revela profundos secretos de la lengua castellana”. El otro fue una especie de best seller del periodismo en la década del sesenta en España, México, Argentina y otros países latinoamericanos.
Entre sus otros libros se destacan Grandes del Chocó, Entre Dios y la Selva, Rastros y Rostros del Periodismo Chocoano 1519-2000, El Chocó de la A a la Z, Las Confesiones de un Misionero, el Periodismo Moderno y Anécdotas y refranes en el periodismo.
El padre Gaitán no se arrodillo jamás ante los poderosos, ni claudicó en la defensa de sus principios y sus ideas sobre lo que él consideraba importante para la sociedad y, en especial para los pobres. No le tuvo miedo a los desafíos. Como periodista fue amado y temido, siempre consideró que cuando se habla con la verdad y se encomienda a Dios, él se constituye en el guía que ilumina el camino hacia la justicia social.
Tanto en el periodismo como en el sacerdocio fue un osado librepensador, frentero, valiente, vengativo y combativo. No solo se reveló contra de las corrientes conservadoras de la jerarquía de la Iglesia Católica colombiana, sino que se enfrentó a los anticlericales y a la masonería. Por eso fueron famosas sus polémicas con el periodista Enrique Santos Montejo, Calibán y el ex residente Carlos Lleras Restrepo.
Gaitán desde que asumió en 1956, la dirección de la revista EL Voto Nacional fue un sacerdote polémico, sobre todo cuando decidió defender a los grupos progresistas de la Iglesia. En los cinco años que la dirigió dejó profundas huellas al transformarla de una simple hojita parroquial a una publicación influyente en el país. Igualmente en una revista crítica que fustigó a los anticlericales y apoyó a las corrientes renovadoras de la Iglesia. Fue un sacerdote rebelde e irreverente para los sectores conservadores de la Iglesia y por eso fue destituido de la revista con el sofisma de una supuesta malversación de fondo y luego enviado a una modesta parroquia en el barrio el Joyero en Bucaramanga para evitar el escándalo de su desvinculación por apoyar las tesis revolucionarias del padre Camilo Torres.
Luego de un breve periplo por Venezuela en 1967 por decisión propia se marchó a las selvas del Chocó como un humilde Párroco en el municipio chocoano de Bellavista, en donde realizó obras sociales como parques, centros de salud, casas para los pobres. Fue fundador de la Institución Educativa César Conto, la emisora Ecos del Atrato, librería
La Fe, la imprenta Graficas Camilo y los periódicos Presente y Chocófilo y, por consiguiente, fue arquitecto de un cambio profundo en el periodismo chocoano en los últimos 40 años con la creación de una escuela de periodismo que revolucionó en los últimos 40 años, la prensa y la radio en el Chocó.
El padre Gaitán fue junto con el escritor Reinaldo Valencia Lozano y el padre Isaacs Rodríguez, los tres hombres más determinantes e influyentes en la transformación cultural del Chocó en el siglo XX. En el ejercicio del periodismo en el Chocó fueron pocos los políticos y funcionarios públicos que se salvaron de sus punzantes críticas y sus caricaturas sarcásticas, al igual que en sus entrevistas inquisidoras en el programa radial “cabildo sabatino” que se emitió durante más de un lustro en la emisora Ecos del Atrato.
En el Chocó apoyó las protestas sociales y fue un defensor de los interese regionales y, por ende, un crítico de algunas decisiones controvertidas de los Obispos de Istmina y Quibdó, que generaron la suspensión de sus funciones sacerdotales en dos oportunidades. También incursionó en la política, en 1988 fue elegido concejal de Quibdó a nombre de la Unidad Cívica y en 1997 presentó su nombre como candidato a la alcaldía de la capital chocoana. Con su muerte se fue un líder, un maestro y un amigo que vivió una vida austera entre la sotana y el periodismo, en función de ayudar a los más desamparados en uno de los departamentos más pobres de Colombia.