El naipe del dolor: el olor de la impunidad en Llano Verde (saga poética protesta y política)

El naipe del dolor: el olor de la impunidad en Llano Verde (saga poética protesta y política)

La bandera de esta nación no es solo del color rojo, no está abanderada. Es que, en verdad, como la masacre de Las Bananeras y de Buga, de sangre está manchada... 

Por: María de los Ángeles Barrios Giraldo
febrero 23, 2024
Este es un espacio de expresión libre e independiente que refleja exclusivamente los puntos de vista de los autores y no compromete el pensamiento ni la opinión de Las2orillas.
El naipe del dolor: el olor de la impunidad en Llano Verde (saga poética protesta y política)
Fotografía: Canva

I|

💔|

¡Es el cántico del clamor!

¡Los acribillaron, sin ninguna zupia de compasión!

¡Es un crimen de lesa humanidad

ejecutar a alguien con futilazos en la cabeza, en la sesera!

Deben de tener esos salobres arantos,

una libación y degustación vinagrosa,

 que, antes, en la serendipia caleña,

eran melifluas como el trapiche legamoso y fangoso

de estas chancacas, de estas andantes panelas.

¡Es el canto del clamor!

¡Los acribillaron sin ninguna compasión!

¡Es un crimen de lesa humanidad ejecutar a alguien con disparos en la zona del cerebro!, ¡en la cabeza!

Deben de tener esas flores un sabor vinagre que eran antes dulces como una panela.

Pobre naturaleza del cañaduzal, en la hacienda de Las Flores, que tuvo que evidenciar ese fatídico delito. 

¿Cuántas noches penumbrosas con el sombrío y lúgubre insomnio, estos y estas habitantes se habrán sumergido? 

¡Unos impulsos desalmados! 

Aquí no vale ese vil agüero del: “No, es que, seguramente, esos negrito’ andaban en cuentos o en caminaos raros”.

No creo que sea un “itinerario raro” salir un rato, de sus casas, a comer caña y a elevar los ensueños de sus cometas.

El mar de Buenaventura, el río Cali y su pedacito de las nubes del cielo, conjunto a los pinos, no pudieron cumplir sus metas. 

Las líneas de sus cordones de zapatos, jamás se pudieron amarrar.  

El retrato de unos ángeles que se elevaron muy prematuramente.

¡El trapiche, junto a los árboles de los álamos y los guayacanes, se desmoronaron! 

Así como se cayeron sus cometas en su recorrido y contra el pasto, se chocaron.

¿Será qué a la fauna y flora que estaban allí, podrán superar ese trauma de ese horrible hecho que, desafortunadamente, no fue solo un “susto”? 

Así mismo, les destrozaron sus vidas, sus sueños se los arrebataron.

II

|💔🥀|

¡Eran unas psiquis inocentes! 

¡Son de una sangre carmesí indolente!,

de un matanza, de una masacre horripilante.

Entiéndame, por favor, no ven que también soy de una piel que está en el periodo etario jovial.

¡Por eso, me duele mucho más! 

¡Una cartografía de índole mortal!

Los asesinaron, sin ningún tipo de pudor,

el alma de la familia, de sus madres, padres, acudientes que sienten el inextinguible dolor.

El señor Álvaro Caicedo y la señora Ruby Cortés, con todo el respeto del mundo, les digo que el vigor de su lexía y el juramento de la justicia divina de Dios, sin ser de la humana, claramente, no quedará en vano.

Con la justicia divina de Nuestro Padre del pelo cano. 

Una plegaria luctuosa y un Padre Nuestro, para Nuestro Señor; la salvación sos vos. 

Por favor, no nos dejes en un desierto de babel.

De los santos oleos, no nos dejes una espada y un clavel de papel. 

¡Eran sus ojos, sus últimas lágrimas de agua salada, unos luceros titilantes llenos de amor!

¿Dónde queda la cultura de la paz?

¿Dónde queda el honor de la patria que independizó el señor Simón Bolívar? 

III 

|💔🪦🩸|

¡Son nomás holgazanes embusteros y bufonas impostoras con un antifaz!

Son complexiones que no son vivos en su sensibilidad. 

Estos cuerpos no sienten la parte más blanda del corazón.

Dejaron una laguna del sosiego, junto a sus habitantes, destrozados y asustados. 

¡Dejan a una capital sin una inhalación legitima y sin un pulmón!

¡En el barrio Llano Verde!

¡En la urbe de Santiago de Cali, cada nanosegundo que recorre, la inseguridad más dejan que se agrande!

¡Ellos y ellas son víctimas de un barrio donde hay reinsertados de los grupos ilegales!

De un barrio que solo fue construido hace diez años y que han transcurrido como anormales. 

Lo habitan personas desplazadas por la violencia y víctimas de este embrujado maleficio. 

Los enigmas de una trama criminal que hay en este barrio, ubicado al oriente de Cali y en su máxime desquicio. 

¡Y las marcas de sacrificios las dejan, cómo casi todas las muertes en la República de Colombia, en el departamento del Valle del Cauca!

Lo catastrófico de todo este infortunio actual es que…, este no es el único caso archivado de un crimen y de una mata que mata. 

Es tan solamente el reflejo del espejo de la violencia en la zona del Pacífico colombiano,

de los tapices tricolores de mi litoral del Pacífico valluno. 

Cinco almas, cinco corazones, cinco vidas que antes de marcharse de este mundo, sus frágiles pericias fueron heridas…

Que sus sinhuesos a la tortura de la angustia no concebidas y al agobio fueron sometidas. 

Pa’ nada vino el presidente de la República, Iván Duque, y el fiscal de la nación, Francisco Barbosa, el 28 de agosto del 2020…

¡Es qué el pueblo tenía una exigencia, como una cuota mínima y antes de que la paciencia de la sapiencia en sus cabezas se les reviente! 

Si, igualmente, siguen en el mismo hueco falsario en este caso.

Que por cierto, no es extrajudicial… pero en la cascada de la verdad, sí que es elemental. 

Les invito, en la escalera de sus sentimientos, de esta injuria a cavilar. 

No está lo competentemente investigado.

No debe ser por la Fiscalía “alabado”. 

IV

|💔⚰🔪☢|

Ni porque las necropsias les dejan una evidente luminiscencia… 

Yo creo que ellos/ellas no creen en el calor y el cariño que deja la estrella tipo G.

No existió la cobija de la protección contra el garrote que se le está dando al glóbulo, no se transformó en la fotosíntesis del eje. 

La puerta de cabuya, de los árboles de los mangos, y de las orquídeas, renazca la esperanza y el perdón se los colme. 

Que es inmensa en su iridiscencia. 

Son, son lechos que solo en el yacimiento, les queda una pizca de algo…

Pero, de su bonhomía, ya no queda nada de nada. 

Las líneas de sus cordones de los zapatos, jamás se pudieron volver a amarrar.  

Ya no queda el sendero de la mangata, y del océano de la inocencia, en la que navegaban estas niñas y estos niños.

El zibá de sus lexías idílicas de caña ya no volverán a gritar eufóricamente.

Esto tiene que quedar en la bodega y en el avenoir de los anti-olvidos.

No solo se puede guardar en un baúl y tartamudee ornamentalmente. 

V:

|💔💥⚠🧨🚨|

Todo este acmé violento está ocurriendo por unas viles y arsenales mentes.

¿Acaso, la comunidad tiene una ataraxia de qué es “incrusta”?

¡Es por la repetitiva inoperancia del INPEC y del sistema de justicia! 

El alarido del arrebol que debería de ser ya una seña de una protesta.

Se tiene que brotar todos los predicamentos en ese predio que tanto “alumbraban”. 

¿Por qué la centella de la patria se ha volcado de fiel a injusta?

¡Facinerosos que llevaban un arma que era un revolver calibre 38 en punta!

Es que, luego, ¿sus familias, la loza quebrada son las qué la pagan?

¿Dónde quedó el racimo colgado en la palma del raciocinio?

Una huella violenta de la marea. 

Cómo hace de falta la velada de la calma.

El desasosiego frenético del jarrillón.

¡La primavera por completo se marchitó!,

¡el verano entumido ya se despidió!

¡El bigote rosáceo magenta, de este orbe, ya se desapareció! 

El gozo de un jugo de lulo, pronto a pronto, completamente se amargó. 

De tantos reclamos al cielo, los muslos de mis piernas están más pesadas de lo cotidiano, están hartas del pusilánime dolor. 

Un volcán indivisible; ni una lava invisible en su razón.

Después del lado y de ese colapso, viene una bomba...

Un arrebol que se pasa del matiz naranja; ya es un tapiz de la sangre perenne.

Que deja más que una cicatriz  que va más allá de lo hipócritamente  “simple”,

una sola lexía inmarcesible que esto lo recita:  - "¡explota!". 

Solo de un aguacero, del cólera de la sangre, una demorada gota.

Un olor mordido en los charcos, pero en los charcos de agua, que tienen una salsa salada. 

¡Una montaña con gigantes grietas se les dejó a estos mancebos y mancebas de 14 y 16 años!

¡Pero ya están sacrificadas las incisiones y el perverso daño!

Justicia para los jóvenes de las almas inocentes de Álvaro José Caicedo, Jair Cortés, Josmar Paul Cruz, Luis Fernando Montaño y Léider Cárdenas.

VI:

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De sus labios secos de tanto llorar, evocan una imploración secuestrada por pesadas cadenas.

 Pobres de sus familias en el valle y de sus madres vestidas de un tapiz negro azabache luctuoso.

Esta cinta de estas letras es solo un homenaje chiquito; más, de esta melancolía inexorable, no es de un norte melifluo

En estos versos, les recuerdo al Gobierno, que no vaya a ver más anualidades en los que no se destapen las luces diáfanas del caso de estos múltiples homicidios. 

Sintieron el presagio de los caudales arrebatados de los rumores de los ríos. 

Un homenaje de seres con ropa de unos matices de los blancos puros. 

Hoy, un trágico, ruboroso y desdichado 11 de agosto del año 2020.

Ni un alba más; no se debe abusar de la residencia de la resiliencia.

Se les exige la resolución; no se necesita la desilusión de la leñosa resistencia. 

Se le está quedando la voz con un raspeo' y lloriqueo a la recitadora de este suicidio del emblema.

No sé si es una queja, no sé si es una trágica hoguera de una madriguera, o si es un poema. 

No hay una tubería diáfana para los canales en donde no hay una fogata rellena del fulgor. 

Hoy, hay que echar memoria, pero en el año del 2021.

La balsa del encalambrado camino que desvió a los guías del pechichón montuno. 

Una balsa inundada por obedecer a la maldad y por el incesante e inseguro augurio. 

Un año sin la suavidad de la crema de peinar, de unos extremos retrasos.

Una anualidad de impunidad y del silencio de los bélicos siniestros.  

La base de la justicia, como las estrellas ultrajadas, están partidas en dos. 

Como cuando pasa una canoa ranchá’  por las fuentes hídricas en su arduo peldaño.

¿Es un Estado con el pelo afro y es que está ya muy caído?

VII

|💔🤐🔨🔥🌄🙏🖤|

La bandera de esta nación no es solo del color rojo, no está abanderada.

Es que, en verdad, como la masacre de Las Bananeras y de Buga, de sangre está manchada. 

Un dispararte de la vida que deja un poco la fe y la fatiga machacada. 

En un país lleno de fallas y de gallas como Colombia...

Este suceso es como el café pasilla. 

¡Hace tanta falta la fe, la bondad y la grácil moksha

¡Las nieblas escabrosas de una guerra sin conmiseración! 

Las mafias que no están atendidas por las tinieblas. 

El azaz petricor y de los barrancos que ellos y ellas han sufrido,

creo que los morados en la piel que no son acendrados y de los muchos/muchas que,  a esto, les hemos huido y no les hemos atendido. 

Autora: María de los Ángeles Barrios Giraldo.

Seudónimo poético: Mangata Selenofóbica.

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