Hasta hace dos años las constructoras iban viento en popa con cifras récord de ventas y utilidades. No solo las que estaban orientadas a la vivienda sino a la obra pública en general. La llegada del gobierno Petro significó un frenazo, y ni la Ministra de vivienda Catalina Velasco ni los dos Ministros de transporte o las cabezas de Invias, han encontrado la ruta para hacer despegar el sector. El resultado: 366 constructores en proceso de reestructuración por parte de la Supersociedades en cabeza de Billy Escobar Pérez y 147 en liquidación.
Son 513 compañías bajo el manto de la ley de quiebras.
En el grupo se incluyen sociedades involucradas en escándalos de corrupción, cuyos dueños han terminado condenados como es el caso de la Constructora Norberto Odebrecht SA y la concesionaria Ruta del Sol que tiene a José Elías Melo, expresidente de Corficolombiana la empresa de Luis Carlos Sarmiento socia del concesionario, en la cárcel.
Otro paquete de constructoras que están en proceso de liquidación son las del Carrusel de la contratación de Bogotá, que involucró a los hermanos Moreno Rojas –Samuel e Iván, el primero en la alcaldía y el segundo en el congreso- y que arrastró a muchos contratistas, por ejemplo, Conalvias, la sociedad protagonista de la cesión del contrato de la Calle 26 cuyo presidente Andrés Jaramillo fue condenado.
En la lista de compañías en liquidación también está la Concesión autopista Bogotá Girardot SA en el que los hermanos Nule y Alex Char, cuñado de Guido Nule tuvieron la mayor participación. Los Nule terminaron condenados, pagaron cárcel y tuvieron que devolverle millones al Estado; pero una cantidad mínima respecto de los millones que alcanzaron a acumular y a la cantidad de gente que estafaron.
Golpe a los constructores de vivienda de distintos estratos sociales
El negocio de la vivienda también se vino abajo y ha terminado golpeado, sin consideración del estrato social de la urbanización o el edificio. Es el caso de tradicionales constructoras que han entrado en etapa de reorganización, dándose una última oportunidad o en liquidación como Mazuera Villegas, una empresa emblemática recordada por las urbanizaciones cuyo nombre empezaba por M: Ciudad Modelia, Mandalay, Malibu, Mazuren.
Hay otras reconocidas constructoras como Conhime SAS y Covín SA en Antioquia que se encargó de diseñar los edificios Guarne, San Juan de la Tasajera y la inconclusa Mazzaro, una unidad residencial dejada a medias que terminó convertida en un problema para los involucrados en la obra. Otra empresa en liquidación es Pedro Gómez empresa pionera en la construcción de centros comerciales como Unicentro y Andino. La empresa de Gómez entro a ley de quiebras por los cambios en la industria, no tener buenas practicas de gobierno corporativo y falta de adaptación al nuevo ambiente.
¿Qué ha pasado, cual ha sido el problema?
Según Guillermo Herrera, el presidente de la Cámara Colombiana de Construcción (Camacol), existe un problema en el sector. La caída de las viviendas VIS y VIP, viviendas de interés social y vivienda de interés prioritario, ha afectado de forma seria a las constructoras, según Camacol durante 15 meses se ha observado una reducción en la compra de vivienda VIS. Incluso para Guillermo el 2023 fue un año terrible. Para el presidente parte de la crisis es el cambio de enfoque en el programa “Mi casa ya”, aunque no solo los constructores de vivienda están buscando cobijo en la ley de insolvencia.
El programa, Mi casa ya, fue lanzado durante el gobierno de Juan Manuel Santos, en 2015, con el ministro Luis Felipe Henao a la cabeza del ministerio de vivienda. El objetivo del programa es otorgar subsidios para facilitar la compra de vivienda de interés social y prioritario (VIS y VIP). La política le dio un empujón importante a la construcción de vivienda que sin duda favoreció a grandes constructores como Luis Carlos Sarmiento que firmó convenios por $1.1 billones para vivienda social; pero al mismo tiempo fue una política que permitió que cerca de 220.000 hogares adquieran inmuebles.
En el gobierno Duque continuó la política de subsidios a la demanda y se asignaron 200 mil subsidios para la compra de vivienda al tiempo que impulsó a grandes constructores como Amarilo, Constructora Colpatria y Marval que fueron empresarialmente ganadores por tomar la mayor parte del pastel. Incluso, el sector aguantó bien la pandemia y la contracción económica asociada a la misma.
El presidente Petro decidió continuar Mi casa ya y le asignó cerca de un billón de pesos para ser ejecutados por la Ministra de vivienda Catalina Velasco. Sin embargo, la política no logró sostener los mismos niveles de ventas. El 2023 fue muy contrastante con respecto al 2022, cuando se vendieron un total de 19.593 unidades comerciales. Unas cifras que reflejaron los problemas generados por unos cambios en el programa que no resultaron, por disminuir la entrega de subsidios.
La caída del sector de la construcción es indiscutible y las causas son claras: los cambios improvisados en Mi casa ya, las altas tasas de interés bancario y la disminución en el número de subsidios. Con todo el panorama anterior solo sobreviven las constructoras con altos niveles de liquidez y musculo financiero. Para las medianas y pequeñas les toco un totazo, que se refleja en las cifras de casos de Reestructuración y liquidación que presentó en su informe la Super sociedades.
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