Todos sabemos que en la bellísima ciudad de Bogotá, en la cual crecí y nací, se han generado unos cambios que demuestran que la ciudad ha evolucionado en términos de cultura ciudadana y ha fracasado en otros aspectos. Por supuesto, existen individuos de todo tipo que apoyan a un político o a otro y argumentan que la culpa es de la izquierda, o de la derecha. Petro, tal vez sea uno de los personajes más conocidos a nivel nacional por sus jugadas políticas arriesgadas, que le han costado a la ciudad algunas cosas pero que han mejorado otras también. Sin embargo escribo este artículo sin ánimos de defender a un político o posición política sino con la intención de reflexionar acerca de por qué realmente Bogotá, siendo la capital del país, cada día parece estar más deprimida.
Pero hablemos un poquito de historia. Sí, llevamos varios años en los que la izquierda se ha “tomado” Bogotá (como dicen los antipetristas) y sí, ha habido irregularidades de todo tipo que han quebrado a la ciudad. Un poco más de
"recorderis" también nos lleva a la implementación del Transmilenio que en su momento fue apropiado pero que en realidad es una tortura diaria para los habitantes de la ciudad. Más atrás se encontraba un alcalde que le apostaba a creer en la gente, en mejorar la cultura ciudadana y apostarle más a las ideas y costumbres que a la infraestructura y los bolardos. La historia sigue, pero yo honestamente no recuerdo más, no recuerdo porque nací en 1988 y antes de eso estaba ocupado jugando en el parque y viendo las tortugas ninja.
Lo que sí creo que es importante es que reflexionemos que la raíz de los problemas en Bogotá no es culpa de Petro, ni de Moreno, ni de Garzón (repito que no estoy defendiendo a ningún individuo ni corriente política). Creo que para entender lo que pasó en Bogotá nos toca pararnos en frente de un espejo, armarnos de valor, dejar de culpar a otros de nuestra desafortunada jornada diaria en una ciudad imposible y pensar que nosotros, tú y yo somos los que realmente hacemos que la ciudad sea cada día peor. Estoy seguro que publicando tus noticias en redes sociales acerca de por qué Petro es el peor alcalde del mundo no estás haciendo mucho, y estoy todavía más seguro que la culpa realmente de tu espacio urbano siendo tan terrible es tuya y mía por ser personajes pasivos frente a una problemática compleja. ¿Cuándo fue la última vez que te paraste a darle la silla a alguien en Transmilenio sin hacer mala cara? ¿Reflexionaste el día en el que cambiaste de carro por quinta vez en 3 años para contribuir al tráfico inaguantable? ¿De verdad necesitabas los 2 carros por el pico y placa? ¿Te gusta mirar mal a los que apoyan a un político o corriente política diferente a la tuya? ¿De verdad crees que tus memes burlándose de políticos cambian algo? ¿Tu valentía en Facebook y Twitter demostrando con pseudo-artículos que Petro es el padre de todos los males cambia realmente algo en Bogotá?
Por favor, dejemos la hipocresía, dejemos los discursos del odio argumentando que los “mamertos” que han escogido a la izquierda se tiran la ciudad y recalcando que tú no votaste por semejantes demonios. Recuerda que en Bogotá viven personas de todas partes y de todos los espectros sociales imaginables, y que aunque yo viva en chapinero y no tuve para desayunar esta mañana porque soy desempleado, no me quejo y no le echo la culpa a nadie de mis problemas personales. Si quieres a tu ciudad deja de quejarte y de publicar discursos de odio que demuestran tu ineptitud y falta de consciencia y crítica frente a un problema que realmente es más grande que el trancón que te aguantas por las mañanas, el rapero que odias en Transmilenio, el celular que te roban en cualquier sitio de la 93, o los huecos que dañan el rin 19 de tu carro modelo 2016. Deja de valorar la plata por encima de la cultura y el cemento por encima de la infraestructura social, recuerda que incluso el rapero que tanto odias tiene experiencias y como persona es muy valiosa, y mejor piensa en cómo incorporar estos problemas y personajes que desprecias de formas productivas en la sociedad. ¿Por qué no le pagamos a los raperos para que se burlen de los que se cuelan en Transmilenio? Ya sabemos, como lo demostró Mockus, que lo que más temen los bogotanos y los que viven en Bogotá es ser avergonzados (además las puertas anaranjadas no sirven para nada). ¿Por qué no sales en cicla en vez de comprar 2 carros?, y si te da miedo que te roben la cicla ¿por qué no diseñas estrategias educativas para mejorar la seguridad y evitar los robos de ciclas en Bogotá? ¿Por qué si trabajas en el centro compras una vivienda en el “norte”? si viviendo cerca a tu trabajo te podrías ir caminando y podrías dejar de quejarte de estas bobadas
Recuerda que tú no eres el único que vive en Bogotá, y las personas que duermen en las calles, los que trabajan en los buses, los que te roban el celular e incluso tus amigos con plata (no confundir dinero con cultura) son como tú, y todos nos juntamos para hacer la ciudad un poco más inaguantable; eres tú, soy yo, y somos nosotros los que deterioramos nuestro propio vivir. Acuérdate que fue cuando nos olvidamos que éramos personas capaces de convivir unos con otros de maneras respetuosas sin odiar a otros porque creen cosas diferentes a nosotros que todo se volvió un laberinto de injusticias.
La culpa es nuestra.
Sebastián Cuervo
@h2okt