Cómo se reacciona frente a la presencia de un "indigente"

Cómo se reacciona frente a la presencia de un "indigente"

Relato de un universitario de Bogotá

Por: Juan Francisco Molina
abril 09, 2015
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Cómo se reacciona frente a la presencia de un

Me encontraba en la universidad a las cinco de la tarde como es normal todos los días entre semana. De cinco a seis de la tarde tengo un espacio libre que comúnmente lo dispongo para realizar cualquier trabajo, o en el mejor de los casos, compartir y conversar con buenos amigos. Pues bien, aquel día me encontraba sin ninguna preocupación de realizar algún tipo de trabajo y me decidí a recorrer la periferia de la universidad. Cogí mi maleta y mis libros, bajé las escaleras hasta el primer piso, y como se ha vuelto un requerimiento en la universidad introduje el nuevo carnet que me permitía tanto entrar como salir. Una vez fuera de la universidad (cabe resaltar que Salí por la entrada secundaria, la del edificio 7ª) me dispuse a recorrer la avenida principal hasta la séptima. Ruta emblemática de la ciudad donde al día de hoy es de paso peatonal y frecuento observar todo tipo de espectáculos, desde el bailarín mas extrovertido hasta el cantautor que se ha quedado sin empleo y por sus propios medios intenta superar su crisis, es más, con un poco de suerte se ven personas realizando shows de alto riesgo.

Ya eran las 5:20 pm y me encontraba caminando por la séptima, eché un vistazo a mis alrededores y distinguí inmediatamente el gran número de indigentes que transitan por la zona. Me percaté casi al instante que la gente a su alrededor tendía a dispersarse, tal vez por su abandonada apariencia, o peor aún, por su irritable aroma.
Mientras eso ocurría, se me vino a la mente la pregunta de que habrá sucedido en el pasado de aquellas personas en estado de indigencia que deambulan por las calles de Bogotá. Al observarlos algunos parecen drogados, otros tantos aparentan ser amables y entre tanto otros parecen ser fantasmas, en sus recorridos parecen seres de otro mundo, como entes sin materialidad aparente que viven en un mundo paralelo al nuestro.

Mientras camino, observo y reflexiono se pasa volando el tiempo, miro mi reloj y son las 5:40 pm, se me ha hecho tarde, me dispongo a regresar a la universidad, camino lo más rápido posible para no llegar tarde. Estoy a unas cuatro cuadras de llegar a la universidad y al frente mío visualizo un indigente con una cobija en su cabeza y parte de su cuerpo. Delante de él hay una mujer bien vestida que al juzgar por su actitud parece no frecuentar mucho el centro de la ciudad, la detallo un poco más y luce angustiada, insegura y camina a paso rápido, concluyo que el centro de la ciudad (o por lo menos donde me encontraba) le parece muy abandonado y feo.

En algún momento ella mira hacia atrás, queda horrorizada al ver al indigente, observo que comienza a sudar y a caminar muy rápido, mientras tanto el indigente sigue su paso habitual y no se percata que adelante suyo se encuentra una mujer asustada con el solo hecho de sentir su presencia. En ese momento pienso y me digo a mi mismo que se hace bastante gracioso la actitud de la mujer, esto lo digo porque generalmente los indigentes no tienden a robar a nadie, dirijo nuevamente mi mirada sobre ella y observo que en su angustia decide parar un taxi; entra rápidamente y pone sus manos sobre su rostro (fiel expresión de miedo), el indigente sigue su camino y pasa a un lado del vehículo, atrás de él sigo yo y la observo y reafirmo mi pensamiento “El bogotano tiene una percepción errónea de la persona en estado de indigencia”, vuelvo a observar al indigente que va ahora muy por delante mío y creo poder afirmar que a lo mejor a esa persona menospreciada por la sociedad nunca se le paso por la cabeza hacerle cualquier tipo de daño a la mujer.
La anterior experiencia me recuerda muchos otros casos de discriminación hacia los habitantes de calle, es normal observar que las personas tiendan a hablar de estas personas como si fueran una plaga y no un ser humano, también es válido recordar el incidente que hubo en la universidad Javeriana donde las investigaciones arrojaron que por intolerancia, un indigente fue incinerado, un caso muy cruel y que da muestra del trato hacia a ellos; no quiero defenderlos, pero tampoco arremeter contra ellos.

Además en una última reflexión, creo poder afirmar que si bien las personas en estado de indigencia no tienden a causar algún tipo de daño a los sujetos que están a su alrededor, es posible que estos si generen un mal aspecto a las calles donde habitan puesto que no tienen un espacio donde asearse y cambiar de algún modo su repercusión en la sociedad.

Finalmente llego a la universidad. Son las 5:50 pm justo a tiempo para iniciar las clases nuevamente.

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