Cuando hay cambio de presidente y de alcaldes siempre hay esperanza y optimismo de cambios y de soluciones a los problemas sociales que luego se ven truncados, pues las cosas siguen igual o peor que antes; ¿pero de verdad los alcaldes pueden contribuir a propiciar cambios de fondo? Veamos uno por uno los principales problemas que las personas esperan se solucionen o por lo menos mejoren.
Inseguridad.
La inseguridad es quizás el principal problema que afecta a todas las personas, especialmente a los más vulnerables que son presa fácil de los delincuentes. Los alcaldes, sus secretarios de seguridad y por supuesto la policía, implementan medidas para reducirla, pero siempre se quedan cortas y termina con la conocida frase de los medios de comunicación: “La inseguridad está desbordada”.
Todos los alcaldes, no importa su ideología política y sus secretarios de seguridad, están siempre condenados al fracaso porque atacan solamente los efectos y no las causas que originan esta inseguridad y que no son otras que los problemas sociales: pobreza, desempleo, desigualdad, etc.
Los problemas sociales son el caldo de cultivo de todos los delitos: atracos, narcotráfico, robos, hurtos, crímenes, corrupción, etc y su solución como siempre he dicho es muy difícil, pues son problemas crónicos que vienen de muchos años en el país y que si no los puede solucionar ó al menos mitigar el gobierno central, para los alcaldes es una tarea casi imposible de lograr.
La impunidad, sea por errores de procedimiento de la policía, de la fiscalía ó interpretación de la ley por parte de los jueces, que origina que los delincuentes aún en flagrancia queden libres, también contribuye a la inseguridad.
Movilidad.
Es otro de los problemas que más afecta y produce estrés y ansiedad a las personas. Otro problema crónico, que se había podido solucionar desde hace décadas y que por culpa de los políticos corruptos y los dueños del transporte, que veían afectados sus intereses particulares, no se ha podido hacer.
En el caso de Bogotá que tiene uno de los peores transportes del mundo, se pudo haber solucionado gran parte del problema, pues en el año 1995 (hace 28 años) los Japoneses ofrecieron construir el metro, teniendo la concesión de su operación por varios años, como se acostumbra en este tipo de contratos, pero el negocio no se llevó a cabo por la oposición de los intereses particulares y para perjuicio de la mayoría de los residentes de Bogotá.
En el momento se está adelantando la construcción de la primera línea del metro, en medio de la pelea entre los políticos, pero con la gran esperanza que culmine su instalación. Por supuesto que la primera línea del metro no basta para solucionar el caótico tráfico Bogotano, la solución es integral con el funcionamiento, del metro, el Transmilenio y el SITP, de una manera articulada.
La mitigación de este gran problema si es posible para el alcalde de Bogotá, sacando adelante la construcción del metro con varias líneas. Lo que si parece imposible de solucionar es la imprudencia, incultura y falta de educación de muchos peatones, ciclistas y de conductores, especialmente de los motociclistas, que son el prototipo de la osadía, imprudencia, irrespeto por las normas de tráfico y falta de consideración por los demás.
Educación.
En las pruebas PISA (Programa para la evaluación Internacional de los estudiantes), que se hacen a nivel mundial y que mide los conocimientos de los estudiantes de nivel medio en matemáticas, ciencia y comprensión de lectura, le fue muy mal en general a América Latina y en particular a Colombia (ocupó el último puesto entre 44 países).
Por supuesto que este problema no lo pueden solucionar los alcaldes porque estos malos resultados, dependen del sistema de educación nacional de nuestros países; pero lo que sí pueden hacer los alcaldes es proporcionar instalaciones físicas adecuadas a los estudiantes, como así lo han hecho los anteriores alcaldes, seguir aumentando el ingreso gratuito a la mayor cantidad de estudiantes en las escuelas y colegios públicos, velar por el buen funcionamiento del programa PAE y cumplimiento de las obligaciones de las ciudades con los docentes. Éstos por su parte, deben capacitarse mejor y estar en permanente actualización.
Empleo
El desempleo en Colombia en diciembre de 2022 era del 11,2%, es decir unas 3.660.000 sin trabajo. En Colombia se han realizado tres grandes reformas laborales: 1965, 1990 y 2002. Esta última en el gobierno de Alvaro Uribe y que uno de los objetivos principales era disminuir el desempleo y la informalidad, pero como sabemos fracasó.
Ahora el gobierno de Gustavo Petro ha presentado otra reforma laboral, que también como uno de los objetivos principales es disminuir el desempleo y la informalidad, pero me temo que como las anteriores, este importante objetivo está condenado al fracaso; es que el desempleo y la informalidad no se pueden disminuir solamente con reformas laborales porque el problema del desempleo y la informalidad es causado por la pocas fuentes de trabajo debido a que el capitalismo en Colombia es subdesarrollado, endeble y raquítico.
Esta situación se presenta porque la sociedad Colombiana es excluyente y los dueños de los bienes de producción son unos pocos, así que las élites se han conformado con desarrollar el país de acuerdo a sus intereses particulares y se conforman con esta situación que los beneficia a ellos, pero no al resto de Colombianos.
Bueno ¿pero que pueden hacer entonces los alcaldes? Los alcaldes para fomentar el empleo deben y pueden hacerlo, mediante las obras de infraestructura, con buena planeación y licitaciones bien estructuradas y transparentes, dando prioridad a las obras que benefician al mayor número de habitantes de las ciudades.
Corrupción.
La corrupción es uno de los grandes problemas de Colombia, nuestro país ocupó el lugar 91 entre 180 países en el mundo en el año 2022. La corrupción se apropia de recursos que están destinados a mejorar la infraestructura del país, a programas sociales y no tiene ninguna consideración ni siquiera con programas de gran contenido social, como el PAE (Plan de Alimentación) de los niños, dineros para hospitales públicos, educación pública etc.
Los corruptos, muchas veces se salen con la suya, pues son protegidos por funcionarios y políticos corruptos y las leyes a pesar de las reformas que la castigan, son aún muy laxas, hay impunidad. El último gran escándalo de corrupción de Bogotá se produjo durante la alcaldía de Samuel Moreno (2008-2011), con el llamado “carrusel de la contratación, desde ese momento no se han vuelto a presentar hechos de corrupción en la alcaldía de Bogotá.
Los alcaldes pueden contribuir a la lucha contra la corrupción en sus ciudades, manejando pulcramente los dineros públicos, realizando licitaciones transparentes, supervisando la actuación de los funcionarios que manejan dineros, etc.