Al título falta agregarle cochones, almohadas, cobijas, toallas y algunos elementos para el hogar con los que muchas personas subsisten vendiéndolos en los barrios populares de Medellín, con la modalidad de créditos a 8, 15, 20 o 30 días.
Pero específicamente en el barrio Belén Las Violetas, de la comuna 16, de ésta querida Medellín, los “del Combo” o los que controlan “”La vuelta”, que extrañamente nunca son asediados ni molestados por policía o autoridad alguna, hace aproximadamente tres años, en vista del elevado consumo y distribución diaria de huevos en tiendas y supermercados, decidieron montar una distribuidora, con la gran ventaja de obligar, de verdad, obligar, a los comerciantes a comprarles únicamente los huevos a ellos. Y a la par, se acercaron a los autos adaptados para esa tarea, que desde tiempo atrás y de manera legal, surtían los huevos a los comerciantes, como los son, Huevos Avinal y huevos Kikes.
Como buenos tenderos, los del barrio, hicieron saber lo ocurrido y todos los habitantes se enteraron de la ventajosa, obligada y acertada operación comercial, por parte de los bandidos, pero ninguna persona se pronunció en contra y yo que lo manifesté personalmente al sargento de la Policía que Comandaba el CAI Castillo, ubicado a escasas seis cuadras, recibí como respuesta que tenía que instaurar una denuncia sustentada para que las Fiscalía iniciara una “exhaustiva” investigación.
Ahí quedó el asunto de los huevos y hoy, sin saber la marca ni la procedencia de los huevos, se compran y se consumen en el barrio, con la certeza de que las ganancias van directo a las arcas de los bandidos.
Hace aproximadamente 15 días, después de que al acertado empresario de Arepas Sonsoneñas, un producto de Medellín, y que los habitantes del barrio comentaran lo fáciles de calentar, la textura, la buena presentación, la duración, el buen sabor y hasta lo nuevos y decorados de los autos distribuidores, a los desocupados bandidos, se les ocurrió otra brillante y rentable idea.
Consistía en adecuar un local, comprar maquinaria, asadores, contratar señoras y dos distribuidores; y claro, tomar la energía EPM de contrabando, para no pagar. Con todo montado, iniciarían a fabricar las arepas y obligarían a los comerciantes a comprarles a ellos para que los consumidores se vieran en la obligación de comprar y de consumir esas improvisadas arepas. Lo de prohibirles a los distribuidores Arepues y La Sonsoneña, que eran los más reconocidos y que recorrían diariamente el barrio, resultaba una tarea muy fácil. Obviamente, que en éste país la legalidad pone la cara a todo y por eso es atacada por el estado y por la delincuencia, en tanto que los bandidos andan escondidos y atacan a la legalidad y gozan del apoyo o tolerancia por parte de las autoridades legales. Perdón por el chascarrillo, no pude evitarlo.
Se me olvidaba anotar que como uno de los jefes del “Combo” tiene papá y hermanos carpinteros y con carpintería que fue dotada por nuestra innovadora Alcaldía Municipal, hace cinco años prohibieron el ingreso al barrio de personas a píe o en autos que entraran vender camas, colchones, puertas, ventanas y todo lo relacionado con el amoblamiento del hogar.
¿A dónde vamos a parar, qué productos tendremos que comprarle mañana a estos bandidos, que además de imponer terror, tienen el control de las ventas de vicio, que no son pocas y que cobran “vacunas” semanales y quincenales a pequeños y medianos comerciantes del barrio?
¿Dónde está la autoridad, dizque cuadrante, eso qué es y porqué siempre se ven las motos de la policía estacionadas en los lugares donde permanecen los delincuentes y todos hablando amenamente?
Recientemente, la Alcaldía de Medellín dotó a la Policía de la cuidad con autos, motos y aparatos tecnológicos por un valor de $ 6.500.000 y siguen insistiendo a las personas de bien que tienen que denunciar a los delincuentes, con nombre propio, para iniciar una investigación. Y esa platica que entrega la Alcaldía, ¿qué se hace?
De verdad porque no tengo una economía tan boyante como para irme del país y me tengo que quedar y aguantar abusos y descaros de la legalidad y de la ilegalidad.
Y estoy seguro que esta situación no se solucionará con la pomposa visita en 2016 del carismático, sumiso y humilde Papa Francisco.
