Con el saludo para el 2024 y las luces que nos dejó el pasado 2023 en cuanto al desarrollo e implementación del plan político del cambio como reto de mantener, crecer y defender dichos avances ganados en las presidenciales, asunto que obligaba a garantizar la presencia local y regional por parte de los 5 o 6 compromisarios políticos del Pacto Histórico, más los otros 6 o 12, o hasta 17 legatarios que al final se juntaron para intervenir en el pasado debate electoral a nombre de esa coalición, evento que desde el 29 de julio al momento de las inscripciones se observaron sus pequeñeces y dificultades de gestión y organización, situación a la cual algunos la presagiaron como “una potencial debacle”, por cuanto fue imposible garantizar la juntanza seria y convocante a la confianza ciudadana, dadas las desconcertantes decisiones por parte de “la organización electoral nacional” de la campaña del Pacto Histórico cuyos resultados también para muchas opiniones llevaron a la ruina política de dicha opción de cambio, dada la ausencia del Pacto Histórico en la geografía política local definida el 29 de octubre pasado.
Por lo anterior y frente a las también conocidas posturas de agentes y “empleados” de la oposición en las delegaciones locales y regionales (alcaldes y gobernadores, en particular), quienes provistos de cierta autoridad desde las posturas que ostentan y aupados por los poderosos que han detentado la autoridad impuesta, hoy se amontonan para invisibilizar, desconocer y maltratar los desarrollos democráticos de la propuesta de gobierno del cambio, vociferando posturas de “inconexión”, y en algunos casos de “desacato e irrespeto” a la autoridad nacional (léase Petro y Francia).
Por estos asuntos anotados, pongo a consideración esta carretica: pareciera que se juntan voces y botas promoviendo, a más del desacato, líneas de pseudoindependencias o posturas separatistas, solo basta leer al exgobernador del Meta y a los actuales alcaldes de Medellín y Cali y el gobernador de Antioquia, para no nombrar una caterva de arrogantes opositores, quienes aprovechándose de las dificultades del cambio, amasadas en los más de 150 años de imposición de la ignorancia como fórmula exitosa de domino y excelente caldo de cultivo para la manipulación y el engaño por parte de algunos elegidos antes y otros de los ganadores el 29 de octubre pasado, quienes ahora hacen de las suyas aprovechándose de ese oscurantismo político impuesto con corrupciones y artimañas sobre la aún mermada democracia que el presidente Petro juró defender y está cumpliendo.
Ahora no faltará un elegido con las mafias adelante proponiendo desobediencia local al gobierno central y desconocimiento a las políticas nacionales. ¡Pilas con esto!
Desde esas luces, herencia del 2023, observo que quienes están perdiendo su dominio con el gobierno del cambio, se juntan en montonera opositora para inventarse formulas disidentes de una pseudoautonomía regional, la cual tiene como fondo la exasperada tarea de ser un estorbo para el desarrollo económico del país y de cantera ponerle un palo a la rueda de la construcción de un pedazo de la paz con justicia social.
Pretendo así llamar la atención sobre esa treta opositora y con la fuerza y certeza de los mejores tiempos, estar alertas y activos este año, salir a la calle a caminar el pavimiento, a crear movilización ciudadana y hacer presencia con nuevas y viejas formas de apoyo y defensa a la construcción del cambio, de la “democracia plena” y de la paz total.
¿Quién dijo alguna vez que la teníamos fácil?