Históricamente, los licores han sido los protagonistas en los diciembres de los colombianos, quienes suelen animar las fiestas navideñas con aguardiente o ron, los dos tragos que dividen los gustos del país. Esta temporada no ha sido la excepción. Sin embargo, la división está por cuenta de la batalla desatada entre las licoreras y el contrataque de la Fábrica de Licores de Antioquia que le apunta ahora al Ron Viejo de Caldas.
En este pugilato, está por un lado la Fábrica de Licores de Antioquia (FLA), encargada de fabricar marcas como el Aguardiente Antioqueño o el Ron Medellín y por el otro, la Industria Licorera de Caldas (ILC), famosa por su Aguardiente Amarillo de Manzanares y por su Ron Viejo de Caldas, las dos manzanas de la discordia.
El primer round de esta pelea, lo comenzó con la FLA cuando sacó al mercado un aguardiente de color amarillo llamado Real y la ILC alegó que era una copia de su Amarillo de Manzanares.
El juez de esta contienda es la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC), cuya cabeza en este momento es María Paula Belén Arenas Quijano, directora de Inversión Extranjera y Servicios en el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, ante la declaración de insubsistencia de María del Socorro Pimienta.
La ILC logró que la SIC prohibiera la comercialización del Aguardiente Real y, aunque la FLA intentó apelar, ya les negaron una vez la solicitud de levantar la medida cautelar y por el momento, sigue fuera del mercado.
La Fábrica de Licores de Antioquia fue la que hizo sonar la campana para darle comienzo al segundo round de esta acalorada batalla judicial
Con el combate entre el Amarillo y el Real todavía en marcha, la FLA encontró el objetivo perfecto para desquitarse: el Ron Viejo de Caldas, específicamente, tres de sus presentaciones: el Ron Viejo de Caldas 15, Gran Reserva Especial; el Ron Viejo de Caldas 5 Secretos, Juan De La Cruz y el Ron Viejo de Caldas 8 Atributos Carta de Oro.
Según la FLA, los números 15, 5 y 8 que están presentes en las etiquetas de los rones pueden generar la confusión de que esos son los años de añejamiento que tiene la bebida, cosa que no pasa en ninguno de los casos. Por ello, los acusó formalmente ante la SIC pidiendo que se impongan medidas cautelares por lo que ellos entienden que es publicidad engañosa.
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