El departamento de la Guajira es un lugar lleno de tradición y hasta su nombre lo indica, este traduce ‘Caribe hermoso’ y en wayunaiki antiguo Karive Pala ‘Mar Caribe’. Está conformado por 15 municipios y tiene un sin fin de atractivos turísticos y gastronómicos. Además, visitarlo no le cuesta mucho y la calidez de su gente lo hará sentir como en casa. Le contamos sobre un paraíso guajiro que no se debe perder si quiere conocer Colombia.
Este precioso lugar es una cuesta de arena amarilla muy empinada y desde la cima se observa el Mar Caribe. Parece sacado del clásico de Disney ‘Aladdín’, pero es el paisaje que se ve en las Dunas de Taroa, en Punta Gallinas, Guajira. El sitio queda en el extremo norte de Colombia y es el más septentrional de Suramérica. Para llegar debe ir en lancha desde el Cabo de La Vela durante dos horas, tras haber viajado por tierra tres horas más desde Riohacha.
Dunas de Taroa el paraíso guajiro
Allí puede surfear y deslizarse en la gran cúspide de arena y llegar justo al inicio del mar. Según la cuenta 'pueblitoscolombianos', existen varias cosas que debe saber para disfrutar al 100% de esta experiencia. Lo primero es negociar la duración del sandboarding, con media hora es suficiente, el calor y el peso de la tabla después de un largo tiempo pueden llegar a cansarlo. Respecto al precio, en promedio por ese tiempo le pueden llegar a cobrar $30 mil pesos.
En la caminata que hace desde el lugar donde lo deja el vehículo hasta la cima de las dunas, la brisa lo transportará a un desierto encantado. Eso si, es bastante fuerte y la arena puede tomar fuerza y golpear la piel con sus pequeños granos, por eso es importante llevar un pantalón de playa y no shorts. Por otro lado el calor puede alcanzar los 45 grados, así que recibirá una buena dosis de sol. Lleve bloqueador solar y evite los jeans.
Después de pasar un rato surfeando en la arena puede perfectamente dedicar su tarde a bañarse en el mar, el descanso perfecto, pues el agua es deliciosa y no suele haber mucha gente. Los atardeceres y paisajes que allí se aprecian son un deleite y el cierre perfecto de su aventura. Al día siguiente puede animarse a probar la gastronomía del lugar, como el cordero asado y conocer a los lugareños.
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