Después de un enriquecedor debate con un amigo que invalida y ataca el uso de terapias alternativas, Carlos Palacio, columnista de las 2 orilas, luego de leerlo y entender bien el instrumento de medición tanto suyo como de nuestra medicina que llamamos “basada en la evidencia”, agradezco al fin la luz que me permite comprender porque los estudios que demuestran los efectos de medicinas diferentes no son tenidos en cuenta ni validado por ellos.
En la medicina basada en la evidencia el mejor instrumento de medición de los efectos de cualquier cosa se conoce como “estudio doble ciego aleatorio con control”. Explico para todos los que como yo, ignoramos a profundidad de qué se trata. Es un método en el que a un grupo de pacientes al azar con una patología X se les suministra un medicamento o terapia y hay un grupo control con la misma patología al que se le suministra otra cosa o placebo, pero ni el investigador ni los pacientes saben en qué grupo se encuentran (eso es doble ciego). Si las conclusiones del estudio demuestran que la curación fue superior en el grupo de pacientes tratados con el medicamento o terapia evaluado vs el grupo de control, son tenidos en cuenta como válidos. Todo esto para excluir la posibilidad de que el investigador pueda tratar mejor a quienes reciben la sustancia analizada, lo que puede influenciar el resultado. Y todos los pacientes por igual deben creer que están recibiendo el tratamiento adecuado. Es decir, la ciencia sabe que el factor subjetivo tiene un poder tan grande de auto-curación, que tienen que excluirlo para demostrar que una sustancia tiene un efecto real. Este instrumento de medición es maravilloso para lo que está diseñado, la valoración de sustancias.
Desafortunada o afortunadamente las medicinas alterativas no son sustancias, no excluyen jamás el factor humano en su abordaje, al contrario es el factor más importante. Lo subjetivo es justo el punto que se busca tocar, porque cambia totalmente la respuesta de un ser humano frente a un estímulo. Nunca en la práctica de la medicina alternativa dos pacientes con la misma enfermedad se tratan de la misma manera porque lo que se busca es el conflicto detrás del síntoma que llevó a la enfermedad actual. No siempre se encuentra, no voy a decir que es un método infalible, pero cuando se encuentra es un proceso muy bonito, porque el paciente abre los ojos, se da cuenta y puede encontrar otro camino para leer el acontecimiento y resignificarlo, eso convierte a la enfermedad en un amigo que tiene algo que enseñarte. Como resultado de esto algunas personas se curan, otras aprenden a convivir mejor con su enfermedad y pueden reducir el uso de medicamentos convencionales, otras simplemente cambian su manera de leer la vida, desdramatizan el acontecer y viven más tranquilas. Este tipo de resultado es imposible de medir en estudios doble ciego por obvias razones, no hace falta ser brillantes para darnos cuenta. Y es posible que no sea estadísticamente significativo, yo no soy estadística, no conozco de eso. Lo que sí sé es que para un solo ser humano, hacer un cambio en la lectura de un evento que le pesa, lo agobia y lo enferma, es el 100%, aunque diluido entre otros con la misma enfermedad su cambio signifique una cifra más allá de la centésima. Y para mí, el hecho de poder acompañar un proceso tan bello como ese valida 100% el ejercicio de mi profesión.
Los seres humanos no somos números y es un poco triste y desgastante que muchos científicos no puedan abrir sus mentes sino con números, que están muy bien para medir muchas cosas, pero que son incapaces de medirlo todo.