La pelea entre la Industria Licorera de Caldas y la Fábrica de Licores de Antioquia ha sido un tire y afloje constante desde que los paisas decidieron sacar al mercado un aguardiente con una presentación bastante similar a uno de los productos más icónicos de la Industria caldense. Se trata del denominado Aguardiente Real, cuya botella y tipografía de la etiqueta se asemejan a las del Aguardiente Amarillo de Manzanares, con el que además comparten el característico color.
La semana pasada, los antioqueños la cerraron con la noticia de que la Superintendencia de Industria y Comercio los había sancionado prohibiéndoles promocionar y comercializar su Aguardiente Real. No tardaron en salir a asegurar que contaban con registro Invima, con marca registrada y que llevaron a cabo todos los procedimientos necesarios para sacar a la venta este tipo de productos y anunciaron que se verían obligados a apelar.
Pero, la Industria Licorera de Caldas fue más rápida y le clavó otra daga a los antioqueños al anunciar que iban a comenzar acciones judiciales contra cualquier establecimiento que venda el “nuevo amarillo” y obligar a la Fábrica de Licores de Antioquia a retirarlo de forma inmediata. Esta estrategia está liderada por el equipo jurídico encabezado por el exviceministro de Justicia y exsuperintendente de Industria y Comercio, Pablo Felipe Robledo del Castillo y su firma Robledo Abogados.
La pelea también se traslada a las redes
Los caldenses están empecinados en demostrar que el Amarillo es “de ellos y únicamente de ellos” tanto dentro como fuera de los estrados judiciales. A través de la cuenta de Instagram de su distribuidora oficial, publicaron un reel con el caption “Si no es Amarillo de Manzanares no es real” haciendo un juego de palabras con el nombre de su nueva competencia.
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