Capitalismo salvaje: principio del fin

Capitalismo salvaje: principio del fin

Fallaci decía que la libertad no existe porque siempre alguien te limitará, pero que esa libertad hay que buscarla porque es lo único que da razón a nuestras vidas

Por: Jorge Barros Rodriguez
diciembre 11, 2023
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Capitalismo salvaje: principio del fin
Fotografía: Canva

Oriana Fallaci, en esa cátedra de periodismo que es su libro “Entrevista con la historia”, decía: “La libertad no existe y no va a existir, porque siempre hay alguien que te va a limitar, la esposa, el padre, el novio o novia, el policía, el gobernante de turno”; pero sostiene Oriana, “que esa libertad hay que buscarla como si existiera, porque es lo único que le da razón a nuestras vidas”. Tenía toda la razón, este es el gran desafío de nuestros tiempos.

Cada determinada época las sociedades se descomponen dando paso a una nueva; y esa nueva sociedad exige un nuevo modelo de Gobierno. El camino para encontrar esa libertad ha marcado a muchas generaciones, que han hecho de ella su brújula. Sin embargo, el concepto de libertad es tan gaseoso, tan efímero, tan subjetivo.

Su búsqueda permitió que se erigiera en el mundo una joven democracia(Estados Unidos) que tomó la libertad como base y fundamento de su gobierno y terminó liderando el acontecer mundial y se convirtió en la máxima expresión del capitalismo. Esa misma libertad pasó a manos de los ciudadanos y estos le dieron la interpretación que quisieron y terminaron por meter al capitalismo en una encerrona y convertir al imperio gringo en uno de los más cortos de la historia, si no se hacen los ajustes correctos de inmediato.

Me explico: toda empresa tiene un objeto social que cumplir. A un laboratorio médico le dan la tarea de desarrollar medicamentos para controlar la presión y bajar los infartos y accidentes cardiovasculares; el laboratorio desarrolla un medicamento que elimina la basura que transporta la sangre (triglicéridos) y desaparece la presión, pero luego descubre que pueden ganar millones si no limpian la sangre, si no que desarrollan medicamentos que dilatan los vasos sanguíneos y bajan la presión. El mejor medicamento contra los triglicéridos y el colesterol cuesta más de 120 millones de pesos (unos 30,000 dólares) para que nadie los pueda comprar y millones de personas sigamos esclavos de los dilatadores (Estátina).

¿Puede el capitalismo meterse en el amor y transformarlo?

Hoy ha disminuido el consumo de carnes rojas y aumento el consumo de carnes blancas; un pollo que tardaba de 10 a 12 meses en estar listo para el consumo, hoy a punta de purina y hormonas lo tienen listo en poco más de un mes. Rompen todo el esquema de producción al no dejarlo dormir y al no permitirle moverse para que no gaste energías. ¿Qué tan confiable puede ser ese pollo torturado como alimento?

Una compañía de insumos agrícolas decidió modificar las semillas para aumentar la producción; los campesinos, algunos compraban las semillas, otros seguían el esquema tradicional de guardar las mejores semillas para sembrar en la próxima cosecha; esta compañía modificó las semillas y estas no se reproducen, por lo tanto, hay que comprarles a ellos la semilla si quieren sembrar.

El Estado les dio toda la libertad de hacer las cosas bien, pero ellos no pudieron abstenerse de montar monopolio y al controlar todo el proceso, montaron unas pequeñas autocracias.

El problema acá es de moral, es ético, porque ni el laboratorio, ni los productores de pollo, ni la empresa de insumos agrícolas han violado la ley. Esto sucede con toda actividad que ejerza el ser humano; la industria láctea, la comida chatarra, los cereales, los transgénicos, la industria petrolera, etc. Todos recibieron libertad a la hora de iniciar actividades, crearon un monopolio que desembocó en miles de dictaduras,conocidas como carteles) que hoy sostienen a punta de mentiras.

Ningún medio periodístico los toca porque pierden inmediatamente el apoyo publicitario, lo que termina generando “Autocensura” en el periodista que es todavía más grave.

Lo correcto hubiera sido que los empresarios, así como recibieron libertad de parte del estado, la hubieran mantenido, permitiendo discutir y corregir conductas orientadas a mantener la salud del planeta y no tener que hacerlo hoy a las malas y gracias al poder de las redes sociales y al peligro eminente que enfrentamos, al quedarnos sin planeta.

La industria láctea tendrá que aceptar que la leche no funciona en los adultos, estos ya no absorben calcio, en cambio le produce cálculo en los riñones y otros males.

La industria avícola tendría que producir el pollo en sus tiempos, ganando sabor y no envenenar a la sociedad con tanta hormona. ¿Que va aumentar el costo? Si. Y la sociedad lo va a aceptar.

La industria de insumos agrícolas tendría que producir semillas que puedan reproducirse y respetar la libertad de los campesinos de escoger, entre mantener su tradición de sembrar con semillas de sus mejores cosechas o comprarles a ellos sus nuevas semillas.

La industria petrolera debe permitir nuevos tipos de motores que utilicen otro tipo de elemento para generar energía, como sucedió con el motor de agua, que funcionaba muy bien y la mafia petrolera lo sepultó junto con el inventor que se negó a vendérselos porque sabía que era para destruirlo.

La industria farmacéutica se concentrará en bajar el costo del producto que limpia los vasos sanguíneos y  prolonga la vida del hombre a 150 años y entones nos exponemos a las movilizaciones y protestas de la industria fúnebre, ante la falta de muertos.

La industria de la academia está concentrada en producir profesionales con especializaciones en varias áreas y cargados de postgrados y MBA, mientras el ciudadano común y corriente, lleno solo de sabiduría popular, no entiende que en 50 años no tendremos planeta porque el carbón, el petróleo y sus derivados acabarán con él, mientras la sociedad insiste en fomentar conocimientos que poco  o nada aportan a solucionar la realidad apocalíptica que enfrentamos: se acaba el planeta.

Los medios, la mayoría son de grupos económicos,  y los otros los controlan con la pauta publicitaria, seguirán mirando para otro lado, o confundiendo a la opinión pública con sus manipulaciones y mentiras.

¿En eso debemos desgastarnos? ¿Para qué nos sirve hoy tanto conocimiento poco aplicable a nuestras realidades?

Aquí toma importancia la sabiduría milenaria del Creador: SOLO LA VERDAD OS HARÁ LIBRE.

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