No todo es Medallo: ¿está reviviendo el movimiento noventero de “Cali Rap Cartel”?

No todo es Medallo: ¿está reviviendo el movimiento noventero de “Cali Rap Cartel”?

Estamos asistiendo en Colombia a un “boom” musical que el público que aprecia los sonidos urbanos hace tiempo estaba esperando...

Por: Carlos Alberto Mejía Toro
noviembre 29, 2023
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No todo es Medallo: ¿está reviviendo el movimiento noventero de “Cali Rap Cartel”?
Fotografía: Canva

Estamos asistiendo en Colombia a un “boom” musical que el público que aprecia los sonidos urbanos hace tiempo estaba esperando. Está sucediendo de la mano de un grupo de jóvenes caleños que, desde lo profundo de las barriadas del Distrito de Aguablanca, están rompiendo la burbuja paisa, para conquistar cada vez más oídos dentro y fuera de Colombia, y todo a punta de calidad lirical, destreza vocal, agilidad mental, jerga caleña, letras con contenidos crudos derivados de la vivencia callejera, y mucha pasión por la música.

Estamos hablando del autodenominado “Cali Cartel”, un grupo de jóvenes amigos de origen popular que cargados de sueños y de ganas, están logrando lo insospechado: romper la hegemonía musical de Medellín, para proponerle a Cali, al Valle, a Colombia y al mundo entero una nueva oferta de sensaciones sonoras dentro del género urbano: Mala Fama, Pirlo, Esteban Rojas, Reboll 333, Los Rogelios, Robin, DFZM y Soley, son algunos de sus representantes más relevantes.

El fenómeno del Cali cartel ha venido ganando reconocimiento en la escena del entertaiment a nivel nacional e internacional. Artistas consagrados dentro del género, como J Balvin, Ryan Castro, Blessd o Myke Towers  “se la están dando” a los muchachos del “Cali Cartel”, reconociendo en estos jóvenes artistas un gran potencial y talento. Recientemente uno de sus representantes más importantes, Estaba Rojas “La Nueva Luz del Diamante”, viajó a Valencia como invito a los Latin Grammy, y se espera que anuncie pronto la firma de un importante contrato con una reconocida compañía disquera.

Destacan en este grupo además de la calidad musical y de producción audiovisual de sus videoclips, un gran sentido de hermanda. En una entrevista reciente, Mala Fama (venezolano adoptado amorosamente por la muy noble y muy leal ciudad de Santiago de Cali)  hacía énfasis en cómo la unión de ellos era real, y no simple estrategia de marketing¸ sino que se trata de una amistad genuina, marcada por códigos de afecto, lealtad y trabajo en equipo. En mi opinión, esta es la gran fortaleza del “Cali Cartel”, con lo cual logran mandar un mensaje poderoso a una industria donde priman egos, ventajismo , celos, envidias y traiciones (recordemos el más reciente caso de Balvin y Benito).

Cabe destacar que, en términos culturales, el significa de los que están representando los muchachos del “Cali Cartel” es poderosísimo para unas juventudes cargadas de sueños, pero escasas de oportunidades y referentes. Los jóvenes en las barriadas de Cali y muchas ciudades de Colombia están escuchando la música del “Cali Cartel”, gozan de esos sonidos poderosos y sugestivos, y de esos “chanteos” (no me gusta mucho la palabra -¿hora de limpiar nuestra música urbana de la jerga boricua?-), pero ven también cómo el arte, en este caso la música, es un camino viable para surgir y lograr esos sueños tantas veces pospuestos.

Lo que están haciendo los del “Cali Cartel” es extraordinario, están encontrando por sí mismos los caminos del éxito. Sin embargo, existe el riesgo de que, en este mundo de las modas digitales, el “Cali Cartel” no sea más que otra moda más, una novedad sin futuro. Todo dependerá de la disciplina que tengan de acá en adelante, de cómo manejen la popularidad y la fama, de que mantengan los pies en la tierra, de que no olviden nunca sus orígenes, y, muy importante, de la relación que mantengan con las drogas. Ningún artista grande hoy en día vive la “vida loca”, de rumba, sexo y reggaetón. Nadie aguanta en ese voltaje. El éxito y las adicciones no van de la mano.

Dejando esto de lado, debo decirlos a los muchachos del “Cali Cartel”: me conquistaron muchachos. Brutal lo que están haciendo. Me declaro fan.

Quisiera resaltar por último, y con esto respondo la pregunta del título, cómo lo que está ocurriendo con el “Cali Cartel” me trae a la memoria algo similar ocurrido en los años noventa en la escena musical underground caleña. Permítaseme explicarlo con una anécdota: vivía yo en el Barrio Antonio Nariño del Distrito, y en mi casa compraron un equipo de sonido. Tenía yo doce años. Una vecina me prestó un casete con canciones de raperos americanos (50 cent, Shaggy, Nelly, Snoop Dog, entre otros). Este casete se me perdió, así que me fui al centro de Cali a conseguir un reemplazo. Arrimé a un puesto callejero, y le dije al señor simplemente que necesitaba un casete de rap, y efectivamente sacó de entre decenas de cartuchos lo que le pedía. Yo me fui contento para mi casa, a devolver el préstamo. Pero quise escuchar otro poquito antes de entregarlo. No era el mismo que se me había perdido. No obstante, producto de este azar, hice uno de los más hermosos descubrimientos musicales de toda mi vida. Ese día conocí al “Cali Rap Cartel”: un proyecto que aglutinaba a varios exponentes del rap caleño, entre los que destacaban las agrupaciones Matanza Danza, Zona Marginal, Artefacto, Ghettos Clan, entre otros. Con letras aguerridas, con contenido de crítica social, reflexivo, místico y vivencial, este ha sido el proyecto de Rap caleño más importante de todos los tiempos.

Pirlo ha dicho que fue él quien inventó el nombre del movimiento, haciendo referencia a que ellos son un Cartel, el de Cali, e insinuando a que tienen la fuerza de los carteles de la droga. No me gusta esa explicación, es francamente banal, y expresa cierto grado de inconsciencia respecto al rumbo actual del país, que se quiere desmarca del fenómeno del  narcotráfico: el mensaje en muy negativo. Les sugeriría respetuosamente que se identificaron con los ancestros del “Cali Rap Cartel”, que se reconozcan como herederos de ese legado potente que nos dejaron los pioneros del Rap en Cali. Esto le daría más significado, más valor a lo que están haciendo de cara a la opinión pública.

Adenda: para mí la tiradera entre Reboll 333 y Kris R, la va ganando Reboll. Eso de meter a Soley en medio como hizo Kris R, y decir cochinadas de una mujer es bajo, es criminal. Por ser tan puerco con el nombre de la pelada, merece que alguien le escupa la cara. Por eso eres la doble K.

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