Las posturas políticas, las que sean, no tienen hoy escapatoria: imposible que pertenezcan a bloques diferentes a “izquierda” o “derecha”. No hay “centro”, “liberales”, “medioambientalistas”, categorías que son reducibles solo y nada más que a la derecha o a la izquierda.
El perfil de un ciudadano de corte socialdemócrata, respetuoso de los derechos humanos, de la diversidad racial, étnica, de las orientaciones sexuales, de la religiosa, que crea en los mercados y las empresas y a la vez en las regulaciones que eviten los abusos y los monopolios, no cabe en la mente en blanco y negro como lo que es, en el perfil liberal democrático. En la olla… Para la izquierda será un derechista, capitalista vergonzante, y viceversa: un cargaladrillos del comunismo para sectores de extrema derecha…
A propósito de las elecciones presidenciales en Argentina y la clara derrota de Massa a cargo de Milei, de nuevo, supuestamente, la izquierda contra la derecha, se olvidan las inclinaciones de Perón, el bisabuelo político de Massa, los esposos Kirchner y tantos otros eslabones intermedios. Ay, Argentina, la expotencia mundial, la tierra de Nobeles en ciencias, el país de las mejores librerías de América Latina, del metro más antiguo, del mayor ingreso per cápita…
El general Perón fue un ferviente admirador de Hitler y Mussolini. Cuando era oficial activo fue agregado militar en Italia, tuvo contactos con agentes de las feroces SS alemanas, aún antes de terminar la segunda guerra*. Criminales de guerra alemanes, sin duda con la colaboración de británicos y norteamericanos eran contrabandeados a Suiza y de allí a la Argentina (hay que recordar que, finalmente, el dictador Franco era preferible al dictador Stalin, que el enemigo número uno después del fin de la guerra era el comunismo, así que hacerse los ciegos y sordos frente a la salida de criminales de guerra alemanes no parecía tan grave…).
Eichmann, Mengele, para citar solo dos nazis prominentes, vivieron en la Argentina… Adolf Eichmann, el hombre que podía haberse ganado la medalla del buen empleado por su acucioso trabajo en la logística de transportar familias judías a los campos de concentración y organizar, de forma eficiente, su asesinato.
La gran escritora Almudena Grandes, en Los pacientes del doctor García, describe de maravilla cómo operaban esas redes, en las que España, la de Franco, participó jugando un papel crucial.
López Rega, peronista puro y duro, fue organizador de la AAA, la Alianza Anticomunista Argentina, coalición fatídica entre peronistas, antiperonistas, delincuentes y miembros de fuerzas de seguridad
De regreso a Argentina el general Perón en el 73, cuando otro presidente peronista, Cámpora, le entrega el poder, también deja herederos de fuerte inclinación anticomunista… y paramilitar. Su esposa María Isabel Martínez, convertida en primera mandataria en el 74, a la muerte del general, es la marioneta del verdadero mandamás: José López Rega, el ministro de Bienestar Social. Se cree que los militares fueron los únicos causantes de las decenas de miles de desapariciones, que asociamos con las madres de la Plaza de Mayo en busca de sus nietos. López Rega, peronista puro y duro, fue organizador de la AAA, la Alianza Anticomunista Argentina, coalición fatídica entre peronistas, antiperonistas, delincuentes y miembros de fuerzas de seguridad, financiada con recursos públicos, que asesinaba, a diario, entre fines del 73 y el 75, decenas de sindicalistas, estudiantes y, en fin, candidatos al título de comunista.
Entonces, por favor, sin pretender afirmar que Massa sigue las orientaciones de los patriarcas de los 50 y los 70, vale la pena recordar de dónde nace la cadena de movimientos que generaron o contribuyeron a generar, además de crisis económicas, corrupción a granel, graves violaciones a los DDHH. Pobre Argentina, postrada por el peronismo y también por los antídotos.
*Uki Goñi, La auténtica Odessa, La fuga nazi a la Argentina de Perón
